En 265 páginas y 10 capítulos que hacen parte del libro, José Zequeda Mestre, representante del ‘Cacique de La Junta’, da detalles de las confidencias del gran ídolo de las multitudes.
José Zequeda Mestre por su trabajo pero sobre todo por su amistad y compadrazgo, estuvo muy de cerca al ‘Cacique de La Junta’, durante sus últimos quince años de vida. En este tiempo fueron muchas las cosas que compartieron, tantos momentos buenos como difíciles que fueron los que propiciaron a que de la cima cayera en lo profundo del hueco.
Todas esas vivencias pero en especial las confidencias, fueron plasmadas en el libro ‘Las últimas horas de Diomedes Díaz.
Los últimos quince años de la vida de Diomedes Díaz Maestre, estuvieron llenos de altibajo y ahí estuvo José Zequeda, escuchando sus confidencias, esas mismas que escribió en su libro, el cual fue lanzado anoche en el tradicional kiosco del Cacique, aprovechando la fecha de su natalicio.
EL PILÓN: ¿En qué consiste el libro?
José Zequeda: El libro consiste en anécdotas desconocidas para el público y sus seguidores, cuando decido hacer el libro es para comentar las ideas, los proyectos que ‘El Cacique’ tuvo que nunca llevó a la realidad, los comportamientos de giras, en hoteles, en aviones, las decepciones de amigos y familiares, de cómo fue la vivencia en la cárcel, durante el tiempo en que estuvo prófugo de la justicia cuando lo buscaban por el proceso de Doris Adriana, los amores que tuvo en la cárcel, las infidelidades y muchos detalles que me gustaría que la gente leyera el libro para que se dé cuenta lo ameno que es esta historia.
EP: ¿No le da temor que digan que este libro es para sacarle provecho económicamente con la figura de Diomedes?
JZ: Para muchos de pronto esa es la imagen que tienen, pero en la literatura como en la música, quienes se quedan en fin de cuentas con los beneficios económicos son las editoriales y las casas disqueras, este libro tiene un costo de 35 mil pesos, de esos, yo solamente recibo el 10 % por cada libro, ahí está el contrato con la editorial. Siendo yo una persona desconocida en la literatura no le dan un valor porque es un riesgo el que ellos están corriendo, les llamó la atención es porque el libro trata de Diomedes Díaz.
EP: ¿Cuál parte del libro podría generar polémica?
JZ: Pienso que es cuando nosotros llegamos al ocaso, en el sentido en que las personas van marcando etapas en la vida en donde pasan por lo más alto y luego comienzan a derrumbarse, es cuando llegan las necesidades económicas de Diomedes porque no puede trabajar por diversas razones, él pasó por un mal momento y quiso llamar a sus amigos que se beneficiaron de él en ciertas grabaciones con saludos y le sacaron el cuerpo, al igual que familiares también lo hicieron, ahí lo explico de manera clara que todo era un interés y cuando se necesitaba de las personas le fallaban y eso lo decepcionó mucho.
EP: Los últimos momentos de Diomedes, ¿él sí fue feliz?
JZ: No. Diomedes se decepcionó de familiares, de amigos y pienso que cuando él impuso ese tren de vida, es porque quería como morirse, se sentía cansado, aburrido, decepcionado. Pienso que él no nos colaboraba, tuvo esa salida de bohemio de tomar tragos todos los días, de no preocuparse por nada y de gozarse la vida al máximo porque ya estaba decidido a morir.
EP: Pero se decía que Diomedes le tenía mucho miedo a la muerte
JZ: Miedo a la muerte era cuando se veía en una clínica, pero cuando ya estaba en su casa, de pronto analizando su propia vida, decía que para qué vivir. Él me lo decía que si él hubiera sabido cómo iba a ser su vida, se le hubiera tirado al río que pasaba por la finca, y se hubiera dejado morir, porque decía que era una vida en donde los placeres eran poco, porque no tenía la dicha de llegar a un restaurante en familia y poder disfrutar de una comida porque ahí le llegaba la gente a pedirle autógrafos, yo le decía que ese era el peso de la fama, entonces me respondía que si él hubiese sabido que era de esa forma, le hubiera huido a todo esto.
EP: ¿En algún momento Diomedes llegó a ser prepotente con su público?
JZ: Nunca, Diomedes no conocía la palabra prepotente, él si sabía que tenía algunos dotes superiores a los de los demás, él lo sabía pero no hacía alarde de esto, quería ser el mejor como lo plasmó en una de sus canciones, le gustaba el perfeccionismo en las cosas, pero la prepotencia nunca se la alcancé a conocer, era una persona que regañaba a sus trabajadores pero cuando lo hacía que se pasaba luego pedía disculpas, era la persona más humilde y llevadera.
EP: En una de las canciones del último trabajo discográfico en diciembre de 2013, decía que él cantaba para complacer a Teodora, a José y a Consuelo, ¿Se sentía él obligado a trabajar?
JZ: Diomedes si no trabajaba no comía, creo que si Diomedes hubiera tenido plata se hubiera retirado finalmente de esa profesión porque terminaba aburrido, él me decía, compadre estoy cansado qué otra cosa podemos hacer porque estoy casado, yo le respondía, no ‘Cacique’ lo que usted sabe es cantar y eso es lo que le ha dado triunfos, podemos es reorganizarlo con los conciertos que solo hiciera uno, pero no, él nunca le prestaba atención a uno y terminaba haciendo su santa voluntad. Diomedes si no trabajaba no tenía plata para sostenerse a sí mismo y a todo el batallón que él sostenía, él era el cimiento de toda una familia, había muchas demandas de alimentación que si no cumplía se iba para la cárcel, entonces él se veía obligado a trabajar para poder cumplir con esto.
Por YELENE CUAN PERTUZ/ EL PILÓN
redacció[email protected]
En 265 páginas y 10 capítulos que hacen parte del libro, José Zequeda Mestre, representante del ‘Cacique de La Junta’, da detalles de las confidencias del gran ídolo de las multitudes.
José Zequeda Mestre por su trabajo pero sobre todo por su amistad y compadrazgo, estuvo muy de cerca al ‘Cacique de La Junta’, durante sus últimos quince años de vida. En este tiempo fueron muchas las cosas que compartieron, tantos momentos buenos como difíciles que fueron los que propiciaron a que de la cima cayera en lo profundo del hueco.
Todas esas vivencias pero en especial las confidencias, fueron plasmadas en el libro ‘Las últimas horas de Diomedes Díaz.
Los últimos quince años de la vida de Diomedes Díaz Maestre, estuvieron llenos de altibajo y ahí estuvo José Zequeda, escuchando sus confidencias, esas mismas que escribió en su libro, el cual fue lanzado anoche en el tradicional kiosco del Cacique, aprovechando la fecha de su natalicio.
EL PILÓN: ¿En qué consiste el libro?
José Zequeda: El libro consiste en anécdotas desconocidas para el público y sus seguidores, cuando decido hacer el libro es para comentar las ideas, los proyectos que ‘El Cacique’ tuvo que nunca llevó a la realidad, los comportamientos de giras, en hoteles, en aviones, las decepciones de amigos y familiares, de cómo fue la vivencia en la cárcel, durante el tiempo en que estuvo prófugo de la justicia cuando lo buscaban por el proceso de Doris Adriana, los amores que tuvo en la cárcel, las infidelidades y muchos detalles que me gustaría que la gente leyera el libro para que se dé cuenta lo ameno que es esta historia.
EP: ¿No le da temor que digan que este libro es para sacarle provecho económicamente con la figura de Diomedes?
JZ: Para muchos de pronto esa es la imagen que tienen, pero en la literatura como en la música, quienes se quedan en fin de cuentas con los beneficios económicos son las editoriales y las casas disqueras, este libro tiene un costo de 35 mil pesos, de esos, yo solamente recibo el 10 % por cada libro, ahí está el contrato con la editorial. Siendo yo una persona desconocida en la literatura no le dan un valor porque es un riesgo el que ellos están corriendo, les llamó la atención es porque el libro trata de Diomedes Díaz.
EP: ¿Cuál parte del libro podría generar polémica?
JZ: Pienso que es cuando nosotros llegamos al ocaso, en el sentido en que las personas van marcando etapas en la vida en donde pasan por lo más alto y luego comienzan a derrumbarse, es cuando llegan las necesidades económicas de Diomedes porque no puede trabajar por diversas razones, él pasó por un mal momento y quiso llamar a sus amigos que se beneficiaron de él en ciertas grabaciones con saludos y le sacaron el cuerpo, al igual que familiares también lo hicieron, ahí lo explico de manera clara que todo era un interés y cuando se necesitaba de las personas le fallaban y eso lo decepcionó mucho.
EP: Los últimos momentos de Diomedes, ¿él sí fue feliz?
JZ: No. Diomedes se decepcionó de familiares, de amigos y pienso que cuando él impuso ese tren de vida, es porque quería como morirse, se sentía cansado, aburrido, decepcionado. Pienso que él no nos colaboraba, tuvo esa salida de bohemio de tomar tragos todos los días, de no preocuparse por nada y de gozarse la vida al máximo porque ya estaba decidido a morir.
EP: Pero se decía que Diomedes le tenía mucho miedo a la muerte
JZ: Miedo a la muerte era cuando se veía en una clínica, pero cuando ya estaba en su casa, de pronto analizando su propia vida, decía que para qué vivir. Él me lo decía que si él hubiera sabido cómo iba a ser su vida, se le hubiera tirado al río que pasaba por la finca, y se hubiera dejado morir, porque decía que era una vida en donde los placeres eran poco, porque no tenía la dicha de llegar a un restaurante en familia y poder disfrutar de una comida porque ahí le llegaba la gente a pedirle autógrafos, yo le decía que ese era el peso de la fama, entonces me respondía que si él hubiese sabido que era de esa forma, le hubiera huido a todo esto.
EP: ¿En algún momento Diomedes llegó a ser prepotente con su público?
JZ: Nunca, Diomedes no conocía la palabra prepotente, él si sabía que tenía algunos dotes superiores a los de los demás, él lo sabía pero no hacía alarde de esto, quería ser el mejor como lo plasmó en una de sus canciones, le gustaba el perfeccionismo en las cosas, pero la prepotencia nunca se la alcancé a conocer, era una persona que regañaba a sus trabajadores pero cuando lo hacía que se pasaba luego pedía disculpas, era la persona más humilde y llevadera.
EP: En una de las canciones del último trabajo discográfico en diciembre de 2013, decía que él cantaba para complacer a Teodora, a José y a Consuelo, ¿Se sentía él obligado a trabajar?
JZ: Diomedes si no trabajaba no comía, creo que si Diomedes hubiera tenido plata se hubiera retirado finalmente de esa profesión porque terminaba aburrido, él me decía, compadre estoy cansado qué otra cosa podemos hacer porque estoy casado, yo le respondía, no ‘Cacique’ lo que usted sabe es cantar y eso es lo que le ha dado triunfos, podemos es reorganizarlo con los conciertos que solo hiciera uno, pero no, él nunca le prestaba atención a uno y terminaba haciendo su santa voluntad. Diomedes si no trabajaba no tenía plata para sostenerse a sí mismo y a todo el batallón que él sostenía, él era el cimiento de toda una familia, había muchas demandas de alimentación que si no cumplía se iba para la cárcel, entonces él se veía obligado a trabajar para poder cumplir con esto.
Por YELENE CUAN PERTUZ/ EL PILÓN
redacció[email protected]