Durante todo este mes los niños y niñas de Valledupar están recibiendo atención especial, toda vez que en abril se celebra el Día del Niño y la Recreación en Colombia; sin embargo, en el casco urbano, hay muchos de ellos que siguen viviendo la cruda realidad que les tocó enfrentar desde su primera infancia. Se […]
Durante todo este mes los niños y niñas de Valledupar están recibiendo atención especial, toda vez que en abril se celebra el Día del Niño y la Recreación en Colombia; sin embargo, en el casco urbano, hay muchos de ellos que siguen viviendo la cruda realidad que les tocó enfrentar desde su primera infancia. Se trata de los niños y niñas que viven en las invasiones, esos terrenos en los que se respira, se vive, miseria y abandono.
Hace algunos meses, la administración municipal realizó la diligencia de desalojo de la invasión la Fe ubicada en el entorno del barrio Villa Taxi, después del “huracán” llegó la calma y con ella el abandono de las entidades comprometidas en brindar apoyo a la niñez desamparada.
En la actualidad aún permanecen familias desplazadas en ese lugar en los que también conviven niños que le hacen el quite a la indiferencia de los mayores con cualquier juguete viejo con el que puedan jugar.
Los niños de la invasión la Fe son menores que como todos, necesitan la protección del Estado y que se les garantice el respeto a sus derechos, uno de ellos, el juego.
En ese lugar, los niños no tienen ninguna posibilidad de divertirse, aunque algunos, los mayorcitos, acuden al parque más cercano, otros, los más pequeños y vulnerables, tienen que conformarse con hacerle compañía a sus padres, toda vez que el gobierno y las entidades comprometidas con la infancia se han olvidado – según los pocos invasores que habitan el lugar- de brindar mayores oportunidades de recreación a los más pequeñitos.
Milena Amaya López vive con su esposo y su pequeña hija de año y medio en un rancho de tablas y plástico con el que esperan resistir las lluvias que se avecinan. Milena cuenta que por ese lugar no llega nadie, ni las autoridades municipales ni el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para apoyarlos en las necesidades que puedan tener los menores y mucho menos con actividades lúdicas o recreativas, derecho fundamental de los niños y niñas.
Luz Mila Granados es vecina de Milena y coincide con ella, al afirmar que después del desalojo, a ese lugar no ha vuelto a llegar el gobierno. Ella vive con su esposo y su tres hijos de 12, 9 y 1 año. Las necesidades son muchas advierte y se desespera cuando piensa en que pronto llegarán las lluvias torrenciales a inundar su rancho y no tiene como proteger a sus hijos del agua, porque con los primeros aguaceros comenzaron a presentar brotes en la piel, gripa y fiebre.
Doña Luz Mila se queja de la prestación del servicio de salud, “tenemos carnet del sisbén, pero no recibimos un buen servicio, los llevamos al médico y nos dan unos medicamentos que no mejoran la salud de los muchachos”, dijo.
A estas madres de familia les preocupa la temporada invernal, porque en esta época es cuando prolifera el mosquito transmisor del dengue y sus familias se ven expuestas a esta enfermedad.
En Valledupar ya se han adelantado algunas actividades para conmemorar el Día del Niño y la Recreación, brindándole a los niños espacios de esparcimiento y sana diversión; sin embargo, no han alcanzado a cubrir a los sectores vulnerables como los pequeños que habitan las invasiones, que además de recreación, necesitan suplir otras necesidades urgentes como la salud.
La Policía Nacional, en coordinación con la oficina de Gestión Social del Municipio, realizó un multitudinario y colorido desfile en el que los pequeños tuvieron la oportunidad de disfrutar de la compañía y los actos de mimos y payasos, agrupaciones musicales, concursos y muchas sorpresas.
Por su parte, el Alcalde Luís Fabián Fernández y la Primera Gestora Social compartieron con los niños y niñas de preescolar y primaria, un conversatorio en el que los menores dieron a conocer sus necesidades en materia educativa, mientras que el Concejo Municipal, les abrió espacio en el recinto este 22 de abril para que se conviertan en concejales por un día y otras fundaciones e instituciones comprometidas con la niñez continúan entregando apoyo a los niños a través de programas sociales.
Durante todo este mes los niños y niñas de Valledupar están recibiendo atención especial, toda vez que en abril se celebra el Día del Niño y la Recreación en Colombia; sin embargo, en el casco urbano, hay muchos de ellos que siguen viviendo la cruda realidad que les tocó enfrentar desde su primera infancia. Se […]
Durante todo este mes los niños y niñas de Valledupar están recibiendo atención especial, toda vez que en abril se celebra el Día del Niño y la Recreación en Colombia; sin embargo, en el casco urbano, hay muchos de ellos que siguen viviendo la cruda realidad que les tocó enfrentar desde su primera infancia. Se trata de los niños y niñas que viven en las invasiones, esos terrenos en los que se respira, se vive, miseria y abandono.
Hace algunos meses, la administración municipal realizó la diligencia de desalojo de la invasión la Fe ubicada en el entorno del barrio Villa Taxi, después del “huracán” llegó la calma y con ella el abandono de las entidades comprometidas en brindar apoyo a la niñez desamparada.
En la actualidad aún permanecen familias desplazadas en ese lugar en los que también conviven niños que le hacen el quite a la indiferencia de los mayores con cualquier juguete viejo con el que puedan jugar.
Los niños de la invasión la Fe son menores que como todos, necesitan la protección del Estado y que se les garantice el respeto a sus derechos, uno de ellos, el juego.
En ese lugar, los niños no tienen ninguna posibilidad de divertirse, aunque algunos, los mayorcitos, acuden al parque más cercano, otros, los más pequeños y vulnerables, tienen que conformarse con hacerle compañía a sus padres, toda vez que el gobierno y las entidades comprometidas con la infancia se han olvidado – según los pocos invasores que habitan el lugar- de brindar mayores oportunidades de recreación a los más pequeñitos.
Milena Amaya López vive con su esposo y su pequeña hija de año y medio en un rancho de tablas y plástico con el que esperan resistir las lluvias que se avecinan. Milena cuenta que por ese lugar no llega nadie, ni las autoridades municipales ni el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para apoyarlos en las necesidades que puedan tener los menores y mucho menos con actividades lúdicas o recreativas, derecho fundamental de los niños y niñas.
Luz Mila Granados es vecina de Milena y coincide con ella, al afirmar que después del desalojo, a ese lugar no ha vuelto a llegar el gobierno. Ella vive con su esposo y su tres hijos de 12, 9 y 1 año. Las necesidades son muchas advierte y se desespera cuando piensa en que pronto llegarán las lluvias torrenciales a inundar su rancho y no tiene como proteger a sus hijos del agua, porque con los primeros aguaceros comenzaron a presentar brotes en la piel, gripa y fiebre.
Doña Luz Mila se queja de la prestación del servicio de salud, “tenemos carnet del sisbén, pero no recibimos un buen servicio, los llevamos al médico y nos dan unos medicamentos que no mejoran la salud de los muchachos”, dijo.
A estas madres de familia les preocupa la temporada invernal, porque en esta época es cuando prolifera el mosquito transmisor del dengue y sus familias se ven expuestas a esta enfermedad.
En Valledupar ya se han adelantado algunas actividades para conmemorar el Día del Niño y la Recreación, brindándole a los niños espacios de esparcimiento y sana diversión; sin embargo, no han alcanzado a cubrir a los sectores vulnerables como los pequeños que habitan las invasiones, que además de recreación, necesitan suplir otras necesidades urgentes como la salud.
La Policía Nacional, en coordinación con la oficina de Gestión Social del Municipio, realizó un multitudinario y colorido desfile en el que los pequeños tuvieron la oportunidad de disfrutar de la compañía y los actos de mimos y payasos, agrupaciones musicales, concursos y muchas sorpresas.
Por su parte, el Alcalde Luís Fabián Fernández y la Primera Gestora Social compartieron con los niños y niñas de preescolar y primaria, un conversatorio en el que los menores dieron a conocer sus necesidades en materia educativa, mientras que el Concejo Municipal, les abrió espacio en el recinto este 22 de abril para que se conviertan en concejales por un día y otras fundaciones e instituciones comprometidas con la niñez continúan entregando apoyo a los niños a través de programas sociales.