La Universidad de Los Andes es engalanada por estos días con la obra artística del vallenato Ronald Prado Olivo, titulada Hibri-Nación, elaborada con líneas, puntos y círculos, que nace de un proceso de observación y análisis de lo relacionado con el diseño y la imaginería indígena en general.

“A partir de allí surge un lenguaje que se va mezclando con técnicas más contemporáneas. Es un ejercicio de dibujo que se va construyendo poco a poco, dando como resultado una obra ambigua, que tiene la posibilidad que el espectador encuentre una variable amplia de relaciones que signifiquen varias cosas”, explicó el artista de tan sólo 31 años.

Hibri-Nación es un proyecto que juega con el concepto de la Nación como una idea abstracta e intangible, pero que al mismo tiempo está presente como íconos o elementos identidarios de una Nación. En este caso consistió en intervenir un espacio con esos lineamientos conceptuales, aludiendo al juego de palabras de hibridación; es una obra abierta a su interpretación, minuciosa en el dibujo, producto de muchas horas de trabajo.

“Pese a que tiene referencias claras de la etnia indígena, es un trabajo espontáneo que se va construyendo a medida que el tiempo va pasando. Hay bocetos previos, pero quedan a un lado en la medida que el espacio va brindando directrices; dependiendo si las paredes estaban agrietadas, tenían huecos o la textura era corrugada, lo cual permitió la configuración final”, anotó Prado Olivo.

Ronald Prado considera que es un trabajo que relaciona el movimiento con lo ambiguo, con lo que se transforma de ideas al concepto de la ciudad. “Voy recorriendo calles y capto el ruido, el ambiente y la gente, construcciones; y de una manera u otra es un reflejo o producto de esa amalgama de referentes que se van construyendo en mi propuesta”, subrayó.

Esta es la tercera exposición individual de Ronald Prado, seguida de ‘Espíritu Viral’ en la Galería de Bellas Artes en Barranquilla (2014) e ‘Hiperficie’, en la Galería ZQD de Bogotá (2011).

Percepción del curador
En la opinión del curador de la obra, Jaider Orsini, Prado tiene destreza para dibujar, poniendo a dialogar imágenes propias del cruce de caminos de la región que habita. “Es una intersección que suma los recursos de la imaginación de comunidades indígenas al flujo indiscriminado de espejismos que invade a toda ciudad que se comunique con el mundo”, enfatizó.

Hibri-Nación, según Orsini, posee una gráfica sintética, armada a partir de los giros y meandros del dibujo, manifestando que “Prado construye un nicho visual híbrido y ambiguo, retoma los símbolos propios de lo local y lo nacional, pero les resta jerarquía y los interpreta como signos. Así le abre paso a un espacio metafórico de confluencias iconográficas cargadas de nuevas formas y sentidos que invitan a reflexionar sobre la economía de la imagen”.

ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
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