En la capital del Cesar muchas son las familias que cada semestre sufren por las temporadas de lluvias. Este es un drama que parece de nunca acabar.
Las pisadas tenían que ser firmes, cualquier falsedad en las piernas podía terminar en una caída inevitable. En el camino de entrada a la vivienda había pedazos de bloques y ladrillos para evitar pisar el charco que rodeaba su casa, como si simulara una piscina, pero esta vez de color marrón y llena de mosquitos.
En la puerta de la casa en obra gris, de dos piezas, una utilizada como cuarto y la otra como sala-cocina, se encontraba una mujer, que por su situación de discapacidad adquirida hace 12 años, luego de un sangrado interno, debe permanecer la mayor parte del tiempo sentada.
Su vista parecía eternizada en frente de su vivienda, en donde llegó hace 20 años al ser desplazada del corregimiento de La Mina, jurisdicción de Valledupar. Ella miraba un horizonte sin esperanzas, donde su única compañía son las plagas, el monte y las aguas que se desbordan en cada llovizna de una acequia que atraviesa El Paraíso, y los más de 11 sectores que hace parte de la margen derecha del río Guatapurí.
Mariana Maestre, de 58 años, lleva dos décadas aguantando el drama de la temporada de lluvias, de la desesperación que invade a más de mil familias que habitan en zonas de alto riesgo en Valledupar.
“Esta situación es caótica, tengo tres días sin ir al lavadero”, dijo Maestre refiriéndose al lugar donde lava improvisadamente su ropa, en las afueras de su casa.
Mariana no pudo aguantar las lágrimas al recodar que más de mil familias han sido reubicadas, exactamente 1.601, según cifras del Fondo de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana de Valledupar, Fonvisocial, pero ella permanece en el olvido.
“Yo lo que quiero es tener alas para salir de aquí. Miro para un lado es monte, por el otro y es monte y para abajo agua. Tengo que encerrarme antes de 6:00 de la tarde porque hay muchos mosquitos y según los médicos no puedo estar encerrada porque soy hipertensa (lloró) y lo peor es que en el barrio llevamos más de tres días sin luz, porque el transformador se nos dañó”, dijo la mujer que en su humilde vestir demostraba una necesidad absoluta.
Edith Martínez, es vecina de Mariana, al igual que Mariela Ortiz, las dos preparaban, a fuera del rancho de tablas, a eso de las 10:30 de la mañana, los alimentos para la sopa que venderían a medio día para sostener sus hogares. A ellas la lluvia les afecta igual o peor que a las demás familias. Están acostumbradas y preparadas, pero no satisfechas con las inundaciones de sus viviendas.
“Así como el agua entra, así sale, solo nos toca esperar horas para que pase eso”, afirmó una de ellas.
Las dos habitan hace 17 años en el sector en donde, según ellas, “cada quien lucha por su vida”, porque además de las amenazas de la naturaleza deben refugiarse del peligro de la zona, de los jóvenes delincuentes que azotan el lugar.
Jesualdo Gámez Calderón reside hace 20 años en el barrio El Paraíso, igual tiempo que lleva esperando una reubicación en la urbanización El Edén, al sur de la ciudad, sin embargo, aclara que no sabe qué es peor, si vivir en la margen derecha o al lado de la acequia que atraviesa las casas destinadas a la población desplazada y vulnerable.
José de Dios Hurtado, líder de la urbanización El Edén, reafirmó la situación de los habitantes de ese sector. “Nosotros estamos sufriendo por esa acequia, todas las casas se inundan, el agua suba en más de 40 centímetros porque la acequia no está canalizada a pesar de que fue un compromiso de Fonvisocial”.
“El barrio está sufriendo por todo, por mosquitos, charcos y estamos pensando en la nueva enfermedad, el Chikunguña, que no nos vaya a dar”, agregó el gestor comunitario, quien aclaró que hace algunos días la comunidad tuvo una reunión con la Contraloría y Fonvisocial, entidad que hizo un compromiso de realizar en los próximos meses la canalización del afluente.
Hurtado especificó que al parecer Fondo de Vivienda espera que la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, dé el aval para comenzar la obra y si no es así irá hasta la Procuraduría para denunciar la situación, porque aparentemente el terreno en que fue construida la urbanización también es de alto riesgo.
Y mientras en El Edén se resuelve la situación, en el asentamiento denominado Las Mercedes, a orillas del afluente, en la parte suroccidental de Valledupar, el drama de las familias no es diferente, allí las familias tienen doble riesgo: la acequia y líneas de alta tensión de la empresa de servicios públicos mixta, Transelca.
El afluente que también atraviesa y afecta los barrios Villa Taxi, Galán, Villa Maruámake, El Hogar, El Limonar, La Victoria, Villa Luz, Populandia y Ciudadela 450 Años, ha generado estragos en los residentes de la invasión Las Mercedes, allí muchos de los hogares han perdido sus enseres por fuertes corrientes en época invernal.
Lina Agudelo* es una de las personas que habita sobre la acequia, su vivienda es hecha sobre tablas, bolsas y toda clase de material resistente y reciclable, el que muchas veces ha sido arrastrado por las aguas. Pero ella afirma estar acostumbrada. Ya que no tiene a donde ir para estar tranquila busca rinconcitos para guardar sus cosas y cuidar de sus dos hijos.
¿Qué pasa con la reubicación?
D’Angela Maestre Oñate, gerente del Fondo de Interés Social y Reforma Urbana de Valledupar, Fonvisocial, aseguró a EL PILÓN que a las más de 1.600 reubicaciones que se han hecho hasta el momento en Valledupar, en donde han sido trasladadas familias desplazadas y vulnerables a la urbanización El Edén, Nando Marín y Lorenzo Morales, se sumarán otras más, pero habrá que esperar hasta que el Gobierno Nacional las asigne para la próxima fase.
“Aún no han oficializado el listado de las viviendas que quedaron activas en una nueva convocatoria, eso tiene un proceso, en el que Comfacesar, DPS y Fonvivienda tiene definido pasos para cumplir con la asignación”, aseguró Maestre Oñate.
Aunque muchas familias habitan en la margen derecha y aseguran que necesitan una vivienda digna, no todas podrán acceder a ella, según Fonvisocial, que arrojó una cifra de 1.300 ubicadas en dicho sector, pero que solo el 60% sería reubicado, el 40% no aplicaría o no tienen derecho a la vivienda, porque al parecer algunos de los habitantes ya tienen residencia, otros tienen el puntaje del Sisbén alto o no tienen.
Alerta
Omar Franco, director del Instituto de Hidrología, Metereología y Estudios Ambientales, IDEAM, aseguró que este mes ha sido el más lluvioso de los últimos 40 años, por lo que indicó que existe alerta en varios ríos del país por considerables aumentos en los caudales provenientes de la Sierra Nevada de Santa Marta, tales como el Guatapurí, Fundación, La Sierra y El Gaira.
Para este viernes el IDEAM pronostica las lluvias más fuertes del año, que disminuirán durante el fin de semana.
¿Qué hacer entonces?
Por ahora las familias en estado de riesgo en Valledupar deben estar alerta ante cualquier situación de emergencia, según Juan Lara, miembro del comité de Gestión del Riesgo Municipal.
Lara manifestó que la comunidad debe tomar conciencia de los riesgos a veces originados por la falta de cultura, tal como sucede con la acequia Las Mercedes, en inmediaciones de los barrios al suroccidente, que en los últimos días tuvo que ser intervenida para sacar toda clase de residuos.
De igual manera, el funcionario recomendó prevención ante visitas al balneario Hurtado por posibles crecientes súbitas o avalanchas.
PIE DE FOTOS/ JOAQUÍN RAMÍREZ
Mariana Maestre ve con nostalgia el terreno de su vivienda que permanece lleno de agua.
La tristeza ‘inunda’ el corazón de esta mujer discapacitada que hace todo lo posible por caminar en su casa con media parte del cuerpo inmóvil.
Con palos y piedras los habitantes de la margen derecha buscan detener las aguas de lluvia y de las acequias cercanas para que no inunden sus casas.
Los niños son los más afectados, no tienen donde jugar y los mosquitos los persiguen.
Este es el actual panorama de la urbanización El Edén, donde esta acequia anega las viviendas entregadas por el Gobierno.
En la invasión Las Mercedes las amas de casa se la ingenian con sacos llenos de arena y escombros para detener el caudal por posible creciente.
Por Merlin Duarte García/El Pilón
[email protected]
En la capital del Cesar muchas son las familias que cada semestre sufren por las temporadas de lluvias. Este es un drama que parece de nunca acabar.
Las pisadas tenían que ser firmes, cualquier falsedad en las piernas podía terminar en una caída inevitable. En el camino de entrada a la vivienda había pedazos de bloques y ladrillos para evitar pisar el charco que rodeaba su casa, como si simulara una piscina, pero esta vez de color marrón y llena de mosquitos.
En la puerta de la casa en obra gris, de dos piezas, una utilizada como cuarto y la otra como sala-cocina, se encontraba una mujer, que por su situación de discapacidad adquirida hace 12 años, luego de un sangrado interno, debe permanecer la mayor parte del tiempo sentada.
Su vista parecía eternizada en frente de su vivienda, en donde llegó hace 20 años al ser desplazada del corregimiento de La Mina, jurisdicción de Valledupar. Ella miraba un horizonte sin esperanzas, donde su única compañía son las plagas, el monte y las aguas que se desbordan en cada llovizna de una acequia que atraviesa El Paraíso, y los más de 11 sectores que hace parte de la margen derecha del río Guatapurí.
Mariana Maestre, de 58 años, lleva dos décadas aguantando el drama de la temporada de lluvias, de la desesperación que invade a más de mil familias que habitan en zonas de alto riesgo en Valledupar.
“Esta situación es caótica, tengo tres días sin ir al lavadero”, dijo Maestre refiriéndose al lugar donde lava improvisadamente su ropa, en las afueras de su casa.
Mariana no pudo aguantar las lágrimas al recodar que más de mil familias han sido reubicadas, exactamente 1.601, según cifras del Fondo de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana de Valledupar, Fonvisocial, pero ella permanece en el olvido.
“Yo lo que quiero es tener alas para salir de aquí. Miro para un lado es monte, por el otro y es monte y para abajo agua. Tengo que encerrarme antes de 6:00 de la tarde porque hay muchos mosquitos y según los médicos no puedo estar encerrada porque soy hipertensa (lloró) y lo peor es que en el barrio llevamos más de tres días sin luz, porque el transformador se nos dañó”, dijo la mujer que en su humilde vestir demostraba una necesidad absoluta.
Edith Martínez, es vecina de Mariana, al igual que Mariela Ortiz, las dos preparaban, a fuera del rancho de tablas, a eso de las 10:30 de la mañana, los alimentos para la sopa que venderían a medio día para sostener sus hogares. A ellas la lluvia les afecta igual o peor que a las demás familias. Están acostumbradas y preparadas, pero no satisfechas con las inundaciones de sus viviendas.
“Así como el agua entra, así sale, solo nos toca esperar horas para que pase eso”, afirmó una de ellas.
Las dos habitan hace 17 años en el sector en donde, según ellas, “cada quien lucha por su vida”, porque además de las amenazas de la naturaleza deben refugiarse del peligro de la zona, de los jóvenes delincuentes que azotan el lugar.
Jesualdo Gámez Calderón reside hace 20 años en el barrio El Paraíso, igual tiempo que lleva esperando una reubicación en la urbanización El Edén, al sur de la ciudad, sin embargo, aclara que no sabe qué es peor, si vivir en la margen derecha o al lado de la acequia que atraviesa las casas destinadas a la población desplazada y vulnerable.
José de Dios Hurtado, líder de la urbanización El Edén, reafirmó la situación de los habitantes de ese sector. “Nosotros estamos sufriendo por esa acequia, todas las casas se inundan, el agua suba en más de 40 centímetros porque la acequia no está canalizada a pesar de que fue un compromiso de Fonvisocial”.
“El barrio está sufriendo por todo, por mosquitos, charcos y estamos pensando en la nueva enfermedad, el Chikunguña, que no nos vaya a dar”, agregó el gestor comunitario, quien aclaró que hace algunos días la comunidad tuvo una reunión con la Contraloría y Fonvisocial, entidad que hizo un compromiso de realizar en los próximos meses la canalización del afluente.
Hurtado especificó que al parecer Fondo de Vivienda espera que la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, dé el aval para comenzar la obra y si no es así irá hasta la Procuraduría para denunciar la situación, porque aparentemente el terreno en que fue construida la urbanización también es de alto riesgo.
Y mientras en El Edén se resuelve la situación, en el asentamiento denominado Las Mercedes, a orillas del afluente, en la parte suroccidental de Valledupar, el drama de las familias no es diferente, allí las familias tienen doble riesgo: la acequia y líneas de alta tensión de la empresa de servicios públicos mixta, Transelca.
El afluente que también atraviesa y afecta los barrios Villa Taxi, Galán, Villa Maruámake, El Hogar, El Limonar, La Victoria, Villa Luz, Populandia y Ciudadela 450 Años, ha generado estragos en los residentes de la invasión Las Mercedes, allí muchos de los hogares han perdido sus enseres por fuertes corrientes en época invernal.
Lina Agudelo* es una de las personas que habita sobre la acequia, su vivienda es hecha sobre tablas, bolsas y toda clase de material resistente y reciclable, el que muchas veces ha sido arrastrado por las aguas. Pero ella afirma estar acostumbrada. Ya que no tiene a donde ir para estar tranquila busca rinconcitos para guardar sus cosas y cuidar de sus dos hijos.
¿Qué pasa con la reubicación?
D’Angela Maestre Oñate, gerente del Fondo de Interés Social y Reforma Urbana de Valledupar, Fonvisocial, aseguró a EL PILÓN que a las más de 1.600 reubicaciones que se han hecho hasta el momento en Valledupar, en donde han sido trasladadas familias desplazadas y vulnerables a la urbanización El Edén, Nando Marín y Lorenzo Morales, se sumarán otras más, pero habrá que esperar hasta que el Gobierno Nacional las asigne para la próxima fase.
“Aún no han oficializado el listado de las viviendas que quedaron activas en una nueva convocatoria, eso tiene un proceso, en el que Comfacesar, DPS y Fonvivienda tiene definido pasos para cumplir con la asignación”, aseguró Maestre Oñate.
Aunque muchas familias habitan en la margen derecha y aseguran que necesitan una vivienda digna, no todas podrán acceder a ella, según Fonvisocial, que arrojó una cifra de 1.300 ubicadas en dicho sector, pero que solo el 60% sería reubicado, el 40% no aplicaría o no tienen derecho a la vivienda, porque al parecer algunos de los habitantes ya tienen residencia, otros tienen el puntaje del Sisbén alto o no tienen.
Alerta
Omar Franco, director del Instituto de Hidrología, Metereología y Estudios Ambientales, IDEAM, aseguró que este mes ha sido el más lluvioso de los últimos 40 años, por lo que indicó que existe alerta en varios ríos del país por considerables aumentos en los caudales provenientes de la Sierra Nevada de Santa Marta, tales como el Guatapurí, Fundación, La Sierra y El Gaira.
Para este viernes el IDEAM pronostica las lluvias más fuertes del año, que disminuirán durante el fin de semana.
¿Qué hacer entonces?
Por ahora las familias en estado de riesgo en Valledupar deben estar alerta ante cualquier situación de emergencia, según Juan Lara, miembro del comité de Gestión del Riesgo Municipal.
Lara manifestó que la comunidad debe tomar conciencia de los riesgos a veces originados por la falta de cultura, tal como sucede con la acequia Las Mercedes, en inmediaciones de los barrios al suroccidente, que en los últimos días tuvo que ser intervenida para sacar toda clase de residuos.
De igual manera, el funcionario recomendó prevención ante visitas al balneario Hurtado por posibles crecientes súbitas o avalanchas.
PIE DE FOTOS/ JOAQUÍN RAMÍREZ
Mariana Maestre ve con nostalgia el terreno de su vivienda que permanece lleno de agua.
La tristeza ‘inunda’ el corazón de esta mujer discapacitada que hace todo lo posible por caminar en su casa con media parte del cuerpo inmóvil.
Con palos y piedras los habitantes de la margen derecha buscan detener las aguas de lluvia y de las acequias cercanas para que no inunden sus casas.
Los niños son los más afectados, no tienen donde jugar y los mosquitos los persiguen.
Este es el actual panorama de la urbanización El Edén, donde esta acequia anega las viviendas entregadas por el Gobierno.
En la invasión Las Mercedes las amas de casa se la ingenian con sacos llenos de arena y escombros para detener el caudal por posible creciente.
Por Merlin Duarte García/El Pilón
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