Tras permanecer varios días hospitalizado en una clínica de Montería, falleció en la madrugada de ayer, el acordeonero Enrique Díaz Tovar, célebre por la interpretación de la canción La caja negra.
Aunque su vida musical transcurrió en las sábanas de Córdoba, Sucre y Bolívar, donde alegró muchas fiestas y parrandas, es recordado en todo el país especialmente por los amantes del folclor vallenato que lo consideraron como un verdadero juglar.
Además de interpretar magistralmente el acordeón, Enrique Díaz era compositor y cantante, cualidades que lo hacían poseedor de un carisma único que alternaba con apuntes y chistes que solía referir en sus presentaciones.
Por el parecido en el tono de la voz, a Enrique Díaz, muchos lo comparaban con el Rey Vallenato, Alejo Durán de quien fuera su gran amigo.
“Cuando mi compadre Alejo murió, prometí que no me fumaba más un cigarrillo” dijo en una entrevista el recién desaparecido juglar.
Nacido en el municipio de Marialabaja, Bolívar, el intérprete de La Caja Negra, El Rico Cují, La Plata se acaba, entre otras, se fue de este mundo dejando un gran legado y una riqueza narrativa de la tradicional oral del hombre caribe provinciano.
El cadáver de Enrique Díaz, es velado en su casa, en el municipio de Planeta Rica, Córdoba, donde residía junto a su familia y donde también vivió y fue sepultado Alejo Durán.
La Caja Negra
Aunque la composición es de la autoría de Rafael Valencia, es el mayor de los éxitos interpretados por Enrique Díaz, canción que era solicitada en sus presentaciones, y que fue grabada por Carlos Vives en su álbum Clásicos de la Provincia.
El Festival Vallenato
Desde Valledupar, la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata lamentó el deceso del juglar y lo calificó como una gran figura del vallenato auténtico, a la vez que presentó notas de condolencias a sus familiares y amigos.
El comunicado de la fundación señala que “el maestro Enrique Díaz, era de extirpe pueblerina y sobresalió por su autenticidad, por su popularidad y por su manera de expresar sus conceptos con claridad y jocosidad”.
“Se despidió de la vida un inigualable juglar que predicó con su manera noble y grata de ser y además que a cada acontecimiento de su vida lo premió con diversos cantos. Era de esos seres extraordinarios por su talento y calidad humana y se convirtió en un paradigma del folclor vallenato”. Indica en otro aparte.
Tras permanecer varios días hospitalizado en una clínica de Montería, falleció en la madrugada de ayer, el acordeonero Enrique Díaz Tovar, célebre por la interpretación de la canción La caja negra.
Aunque su vida musical transcurrió en las sábanas de Córdoba, Sucre y Bolívar, donde alegró muchas fiestas y parrandas, es recordado en todo el país especialmente por los amantes del folclor vallenato que lo consideraron como un verdadero juglar.
Además de interpretar magistralmente el acordeón, Enrique Díaz era compositor y cantante, cualidades que lo hacían poseedor de un carisma único que alternaba con apuntes y chistes que solía referir en sus presentaciones.
Por el parecido en el tono de la voz, a Enrique Díaz, muchos lo comparaban con el Rey Vallenato, Alejo Durán de quien fuera su gran amigo.
“Cuando mi compadre Alejo murió, prometí que no me fumaba más un cigarrillo” dijo en una entrevista el recién desaparecido juglar.
Nacido en el municipio de Marialabaja, Bolívar, el intérprete de La Caja Negra, El Rico Cují, La Plata se acaba, entre otras, se fue de este mundo dejando un gran legado y una riqueza narrativa de la tradicional oral del hombre caribe provinciano.
El cadáver de Enrique Díaz, es velado en su casa, en el municipio de Planeta Rica, Córdoba, donde residía junto a su familia y donde también vivió y fue sepultado Alejo Durán.
La Caja Negra
Aunque la composición es de la autoría de Rafael Valencia, es el mayor de los éxitos interpretados por Enrique Díaz, canción que era solicitada en sus presentaciones, y que fue grabada por Carlos Vives en su álbum Clásicos de la Provincia.
El Festival Vallenato
Desde Valledupar, la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata lamentó el deceso del juglar y lo calificó como una gran figura del vallenato auténtico, a la vez que presentó notas de condolencias a sus familiares y amigos.
El comunicado de la fundación señala que “el maestro Enrique Díaz, era de extirpe pueblerina y sobresalió por su autenticidad, por su popularidad y por su manera de expresar sus conceptos con claridad y jocosidad”.
“Se despidió de la vida un inigualable juglar que predicó con su manera noble y grata de ser y además que a cada acontecimiento de su vida lo premió con diversos cantos. Era de esos seres extraordinarios por su talento y calidad humana y se convirtió en un paradigma del folclor vallenato”. Indica en otro aparte.