En 1968, cuando se hizo el primer Festival Vallenato, el ‘Viejo Villo' se convirtió en la revelación del concurso.
El sonido del acordeón se mezclaba con el ruido de la lluvia que caía en la Plaza Alfonso López, y que se emancipaba ante el idilio de las notas y fogueada voz de Ovidio Granados, Rey de Mariangola. Era el Festival de 1968.
El aguacero que cayó en Valledupar la noche del martes hizo que Ovidio recordara la lluvia de aplausos que escuchó ‘el Viejo Villo’ cuando subió a la tarima para competir por la corona del primer Festival. En la final estuvo con sus ídolos en la música vallenata: Gilberto Alejandro Durán Díaz y Luis Enrique Martínez.
Sabía que era muy arriesgado jugarle de tú a tú, a los grandes del momento: Durán y Martínez. No importó. Porque el muchacho de 25 años que se robaba las miradas y la algarabía del público asistente a la final tenía melodía, rutina y sentimiento.
Recuerda ‘el Viejo Villo’ como lo llaman cariñosamente, que su guacharaquero, en ese momento, le decía que cuidado se dejaba ganar de Florentino Flórez (acordeonero), “él era habladorcito” dijo, pero le contestó rápido y certero, como era con su acordeón: “para qué voy hablar, eso se va a ver es allá (tarima)”.
“Cuando quedamos en la final Alejo Durán, Luis Enrique Martínez y yo, le puse la mano en el hombre a Miguel Yanet (guacharaquero) y le dije, ahora dónde está tu pupilo… risas”… Granados estuvo acompañado de una gran fórmula festivalera; en la caja Rodolfo ‘el Pulpo’ Castilla y Miguel Yanet, su cantante en la agrupación Los Playoneros del Cesar, en la guacharaca.
El hijo ilustre de Mariangola, un corregimiento a unos 30 minutos de Valledupar, lleva plasmada en su memoria el repertorio que utilizó para enfrentar a los colosos de ‘Alejo’ y Luis Enrique: “toqué El pajarito (paseo), un merengue de Freddy Molina y El cachaquito (paseo)”.
En ese primer Festival Vallenato no era obligación tocar el aire de puya, así lo asegura Ovidio, pero lo primordial era merengue y paseo.
“Alejo tocó los cuatro aires… ese viejo fue muy inteligente porque a él nadie le dijo que no había reglamento… él era mi ídolo con Luis Enrique Martínez”.
Esa noche de abril de 1968, ‘Villo’ recuerda que por ser seguidor de Durán y Martínez “se los tiró a ganar, pero nos echaron engañifa. A ‘Alejo’ se lo llevaron para donde Consuelo (AraújoNoguera), me lo dijo él mismo, allá medio le aflojaron el tornillo por donde pasa la correa del acordeón y cuando estaba tocando la primera pieza le hizo fuerza al acordeón; claro, de inmediato se reventó y Alejo paró y dijo ‘perdonen muchachos se me acaba de reventar la correa del acordeón pero así los voy a complacer’”, esa frase para ‘Villo’ hizo que Alejandro Durán viera la plaza blanca; llena de los pañuelos que antes él había obtenido con su interpretación.
Hoy, después de casi 47 años de su primera presentación en el Festival Vallenato, Granados porta una fortuna y una espina en su corazón: “pisoteé a mis ídolos, pero no pude ganar”.
El jurado en esa ocasión estuvo integrado por Alfonso López Michelsen, Rafael Escalona, Hugues Martínez, Evaristo Gutiérrez, Gustavo Gutiérrez, Jaime Gutiérrez de Piñeres, Carlos Vidal, Alfonso Cotes, Tobías Enrique Pumarejo y Rodrigo Montero.
La decisión de la junta después del encantamiento del pueblo por la interpretación del paseo Alicia adorada, la puya ‘Mi pedazo de acordeón’, el son ‘Corralito’ y el merengue ‘Envejeces corazón’, fue por Gilberto Alejandro Durán Díaz.
El segundo lugar lo ocupó Ovidio Granados, que en ese entonces dirigía el conjunto Los Playoneros del Cesar y el tercer puesto Luis Enrique Martínez, a la postre el gran derrotado de este festival a juicio de los entendidos.
No pudo ganar
La corona de Rey Vallenato fue esquiva para Ovidio Granados, este acordeonero de raíces vallenatas y de nota planera, se presentó en tres ocasiones (1968, 1975, 1983) a la competencia más grande de música de acordeón en el mundo entero: “en todas quedé de segundo y dije no me presento más porque no me van a llamar Ovidio Segundo… risas”.
El mayor de la dinastía Granados argumenta que cuando aprendió a tocar (8 años) era mas bonita la música y, a sus 72 años “se siente decepcionado porque no le rinde como antes”. ‘El Viejo Villo’ critica que hoy el aire de la puya la tocan “más arrebatá y es vallenato”.
Su dedicación y fortaleza, es quizás, además del acordeón, la mejor arma de Ovidio Granados, puesto en su familia hay tres Reyes Vallenatos y un Rey de Reyes; el primero fue su hijo Hugo Carlos (Rey en 1999 y Rey de Reyes en el 2007); luego Juan José, otro de sus hijos, se alzó con la corona en el 2005; y finalmente, Almes llevó la última corona a la dinastía en el 2011. Cabe anotar, que Adelmo ‘Memo’ Granados, ha sido Rey y Rey de Reyes interpretando la caja en varias ocasiones.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
En 1968, cuando se hizo el primer Festival Vallenato, el ‘Viejo Villo' se convirtió en la revelación del concurso.
El sonido del acordeón se mezclaba con el ruido de la lluvia que caía en la Plaza Alfonso López, y que se emancipaba ante el idilio de las notas y fogueada voz de Ovidio Granados, Rey de Mariangola. Era el Festival de 1968.
El aguacero que cayó en Valledupar la noche del martes hizo que Ovidio recordara la lluvia de aplausos que escuchó ‘el Viejo Villo’ cuando subió a la tarima para competir por la corona del primer Festival. En la final estuvo con sus ídolos en la música vallenata: Gilberto Alejandro Durán Díaz y Luis Enrique Martínez.
Sabía que era muy arriesgado jugarle de tú a tú, a los grandes del momento: Durán y Martínez. No importó. Porque el muchacho de 25 años que se robaba las miradas y la algarabía del público asistente a la final tenía melodía, rutina y sentimiento.
Recuerda ‘el Viejo Villo’ como lo llaman cariñosamente, que su guacharaquero, en ese momento, le decía que cuidado se dejaba ganar de Florentino Flórez (acordeonero), “él era habladorcito” dijo, pero le contestó rápido y certero, como era con su acordeón: “para qué voy hablar, eso se va a ver es allá (tarima)”.
“Cuando quedamos en la final Alejo Durán, Luis Enrique Martínez y yo, le puse la mano en el hombre a Miguel Yanet (guacharaquero) y le dije, ahora dónde está tu pupilo… risas”… Granados estuvo acompañado de una gran fórmula festivalera; en la caja Rodolfo ‘el Pulpo’ Castilla y Miguel Yanet, su cantante en la agrupación Los Playoneros del Cesar, en la guacharaca.
El hijo ilustre de Mariangola, un corregimiento a unos 30 minutos de Valledupar, lleva plasmada en su memoria el repertorio que utilizó para enfrentar a los colosos de ‘Alejo’ y Luis Enrique: “toqué El pajarito (paseo), un merengue de Freddy Molina y El cachaquito (paseo)”.
En ese primer Festival Vallenato no era obligación tocar el aire de puya, así lo asegura Ovidio, pero lo primordial era merengue y paseo.
“Alejo tocó los cuatro aires… ese viejo fue muy inteligente porque a él nadie le dijo que no había reglamento… él era mi ídolo con Luis Enrique Martínez”.
Esa noche de abril de 1968, ‘Villo’ recuerda que por ser seguidor de Durán y Martínez “se los tiró a ganar, pero nos echaron engañifa. A ‘Alejo’ se lo llevaron para donde Consuelo (AraújoNoguera), me lo dijo él mismo, allá medio le aflojaron el tornillo por donde pasa la correa del acordeón y cuando estaba tocando la primera pieza le hizo fuerza al acordeón; claro, de inmediato se reventó y Alejo paró y dijo ‘perdonen muchachos se me acaba de reventar la correa del acordeón pero así los voy a complacer’”, esa frase para ‘Villo’ hizo que Alejandro Durán viera la plaza blanca; llena de los pañuelos que antes él había obtenido con su interpretación.
Hoy, después de casi 47 años de su primera presentación en el Festival Vallenato, Granados porta una fortuna y una espina en su corazón: “pisoteé a mis ídolos, pero no pude ganar”.
El jurado en esa ocasión estuvo integrado por Alfonso López Michelsen, Rafael Escalona, Hugues Martínez, Evaristo Gutiérrez, Gustavo Gutiérrez, Jaime Gutiérrez de Piñeres, Carlos Vidal, Alfonso Cotes, Tobías Enrique Pumarejo y Rodrigo Montero.
La decisión de la junta después del encantamiento del pueblo por la interpretación del paseo Alicia adorada, la puya ‘Mi pedazo de acordeón’, el son ‘Corralito’ y el merengue ‘Envejeces corazón’, fue por Gilberto Alejandro Durán Díaz.
El segundo lugar lo ocupó Ovidio Granados, que en ese entonces dirigía el conjunto Los Playoneros del Cesar y el tercer puesto Luis Enrique Martínez, a la postre el gran derrotado de este festival a juicio de los entendidos.
No pudo ganar
La corona de Rey Vallenato fue esquiva para Ovidio Granados, este acordeonero de raíces vallenatas y de nota planera, se presentó en tres ocasiones (1968, 1975, 1983) a la competencia más grande de música de acordeón en el mundo entero: “en todas quedé de segundo y dije no me presento más porque no me van a llamar Ovidio Segundo… risas”.
El mayor de la dinastía Granados argumenta que cuando aprendió a tocar (8 años) era mas bonita la música y, a sus 72 años “se siente decepcionado porque no le rinde como antes”. ‘El Viejo Villo’ critica que hoy el aire de la puya la tocan “más arrebatá y es vallenato”.
Su dedicación y fortaleza, es quizás, además del acordeón, la mejor arma de Ovidio Granados, puesto en su familia hay tres Reyes Vallenatos y un Rey de Reyes; el primero fue su hijo Hugo Carlos (Rey en 1999 y Rey de Reyes en el 2007); luego Juan José, otro de sus hijos, se alzó con la corona en el 2005; y finalmente, Almes llevó la última corona a la dinastía en el 2011. Cabe anotar, que Adelmo ‘Memo’ Granados, ha sido Rey y Rey de Reyes interpretando la caja en varias ocasiones.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN