Alrededor de 190 trabajadores llegan a diario a los fondos en busca de reclamar las cesantías que les consignaron las empresas donde laboran, de ahí que estas oficinas se encuentren atiborradas de gente. Las cesantías son una prestación social que todo empleador debe reconocer a los trabajadores con la finalidad que estos puedan atender sus […]
Alrededor de 190 trabajadores llegan a diario a los fondos en busca de reclamar las cesantías que les consignaron las empresas donde laboran, de ahí que estas oficinas se encuentren atiborradas de gente.
Las cesantías son una prestación social que todo empleador debe reconocer a los trabajadores con la finalidad que estos puedan atender sus necesidades primarias en caso de quedar cesantes, así pues estas constituyen una forma de ahorro que se vuelve casi obligatoria, sin embargo, en Valledupar, al igual que en muchas otras partes del país las personas las retiran y las utilizan para educación o financiar vivienda.
Este caso puede ejemplificarse con Verónica Fernández, quien retiró este dinero para pagar la Universidad de su hijo mayor. “Este dinero lo voy a utilizar para poder completar la matrícula de mi hijo, porque con lo que tengo no me alcanza, entonces ellos pasan el cheque directamente a la universidad y se paga el excedente”, dijo la mujer.
Es preciso recordar que las cesantías se deben liquidar al finalizar el año o al término del contrato de trabajo y el valor no se entrega al trabajador sino que se consigna en un fondo de cesantías que administra los recursos y se obtienen unas rentabilidades cuyos intereses son entregados al inicio de cada año a los afiliados; la única manera en que el empleado reciba de manera directa el pago de este dinero es cuando se termine el contrato de trabajo.
Sin embargo y pese a que estas pueden ser reclamadas en el momento en que se necesitan para los fines citados, hay otros que esperan a que estas ganen intereses para utilizar el dinero cuando estén en calidad de cesantes, como lo hizo saber el trabajador Carlos Vuelvas, quien aseveró que “yo no reclamo las cesantías porque esas me sirven más adelante cuando ya hayan ganado intereses y además ese dinero puedo utilizarlo dado el caso que me llegue a quedar sin trabajo”.
En la presente semana, algunos de estos fondos se ven llenos de gente buscando reclamar el dinero, ante esto, la directora comercial de Porvenir en Valledupar enfatizó que al día están atendiendo cerca de 190 personas que van a retirarlas y generalmente lo hacen por educación o por reforma o compra de vivienda. “A pesar que la ley dice otra cosa y que sea un ahorro, generalmente se tergiversa y las necesidades económicas que se tienen en el hogar llevan a la persona a alterar documentos y dicen que es para reforma de vivienda, que son documentos más fáciles de adulterar, pero la empresa se encarga de vigilar que el dinero se invierta para lo que se está retirando”.
Por: Freddy Oñate Acevedo / EL PILÓN
Alrededor de 190 trabajadores llegan a diario a los fondos en busca de reclamar las cesantías que les consignaron las empresas donde laboran, de ahí que estas oficinas se encuentren atiborradas de gente. Las cesantías son una prestación social que todo empleador debe reconocer a los trabajadores con la finalidad que estos puedan atender sus […]
Alrededor de 190 trabajadores llegan a diario a los fondos en busca de reclamar las cesantías que les consignaron las empresas donde laboran, de ahí que estas oficinas se encuentren atiborradas de gente.
Las cesantías son una prestación social que todo empleador debe reconocer a los trabajadores con la finalidad que estos puedan atender sus necesidades primarias en caso de quedar cesantes, así pues estas constituyen una forma de ahorro que se vuelve casi obligatoria, sin embargo, en Valledupar, al igual que en muchas otras partes del país las personas las retiran y las utilizan para educación o financiar vivienda.
Este caso puede ejemplificarse con Verónica Fernández, quien retiró este dinero para pagar la Universidad de su hijo mayor. “Este dinero lo voy a utilizar para poder completar la matrícula de mi hijo, porque con lo que tengo no me alcanza, entonces ellos pasan el cheque directamente a la universidad y se paga el excedente”, dijo la mujer.
Es preciso recordar que las cesantías se deben liquidar al finalizar el año o al término del contrato de trabajo y el valor no se entrega al trabajador sino que se consigna en un fondo de cesantías que administra los recursos y se obtienen unas rentabilidades cuyos intereses son entregados al inicio de cada año a los afiliados; la única manera en que el empleado reciba de manera directa el pago de este dinero es cuando se termine el contrato de trabajo.
Sin embargo y pese a que estas pueden ser reclamadas en el momento en que se necesitan para los fines citados, hay otros que esperan a que estas ganen intereses para utilizar el dinero cuando estén en calidad de cesantes, como lo hizo saber el trabajador Carlos Vuelvas, quien aseveró que “yo no reclamo las cesantías porque esas me sirven más adelante cuando ya hayan ganado intereses y además ese dinero puedo utilizarlo dado el caso que me llegue a quedar sin trabajo”.
En la presente semana, algunos de estos fondos se ven llenos de gente buscando reclamar el dinero, ante esto, la directora comercial de Porvenir en Valledupar enfatizó que al día están atendiendo cerca de 190 personas que van a retirarlas y generalmente lo hacen por educación o por reforma o compra de vivienda. “A pesar que la ley dice otra cosa y que sea un ahorro, generalmente se tergiversa y las necesidades económicas que se tienen en el hogar llevan a la persona a alterar documentos y dicen que es para reforma de vivienda, que son documentos más fáciles de adulterar, pero la empresa se encarga de vigilar que el dinero se invierta para lo que se está retirando”.
Por: Freddy Oñate Acevedo / EL PILÓN