Entre los aplausos y los cantos de una multitud, el cuerpo de Diomedes Díaz fue sepultado en Valledupar. El Cacique de La Junta les dejó sus canciones a sus seguidores, que vinieron de distintas partes del mundo.
Entre los aplausos y los cantos de una multitud, el cuerpo de Diomedes Díaz fue sepultado en Valledupar. El Cacique de La Junta les dejó sus canciones a sus seguidores, que vinieron de distintas partes del mundo.
Familiares, amigos y seguidores del Cacique, así como curiosos, vendedores ambulantes y personajes públicos, fueron llegando desde muy temprano a la Plaza Alfonso López de Valledupar. Ahí, en plena tarima Francisco el Hombre, fue el adiós a Diomedes Díaz. Un personaje que por su talento y forma de ser marcó un antes y un después en la historia del folclor vallenato.
En poco tiempo, la plaza se llenó de seguidores. A pesar de que era Navidad, los amantes de la música del cantante estuvieron ahí para acompañar sus restos mortales hasta su última morada. Hecho que sin duda le dio un sabor diferente a una de las fiestas más importantes del año y que demostró que ese amor que ‘El Cacique’ profesaba por su fanaticada, era reciproco.
Mientras todos llegaban al lugar de encuentro, el sol alcanzó la parte más alta de un cielo despejado que parecía abierto para recibir el alma festiva del que para muchos, es el artista más grande del vallenato.
La jornada inició con una eucaristía, en la que además de pedir por el descanso de ‘El Cacique’, se pidió por el consuelo de sus seguidores y la continuidad de la música vallenata después de ese golpe tan duro. Una forma de apoyar en Dios, el consuelo a ese dolor que deja en el pecho de todos, la partida de alguien que definitivamente, deja un hueco que nunca podrá ser resanado.
Una parranda de despedida
Como no podía ser de otra forma, la música vallenata estuvo presente durante el sepelio de Diomedes. Los más grandes intérpretes del folclor le dieron a su modo, el último adiós al ‘Monstruo’ del vallenato.
El homenaje musical inició con la presentación de los Niños del Vallenato del Turco Gil, una serenata que en alguna oportunidad ‘El Cacique’ le pidió al director de esta agrupación para el momento de su muerte.
Al terminar el canto de los Niños, Rafael Santos, hijo del fallecido cantante, subió a la tarima y demostró que por sus venas corre la misma sangre Díaz que tenía su papá: con potencia, estilo, seguridad y madurez, hizo que el corazón de los presentes sintieran, por momentos, que era el mismo Diomedes quien estaba en el escenario.
Continuando con sus herederos musicales, el homenaje siguió con la presentación de Martín Elías, el hijo menor de la primera familia del Cacique que interpretó Mi Primera Cana. Presentación que se vio interrumpida por ese dolor que invadió la garganta del artista y que apretó el corazón de todos los que estaban en la plaza Alfonso López.
A los dos hijos de Diomedes, les siguieron Iván Villazón, Peter Manjares, Poncho Zuleta, Jorge Oñate y los versos de Iván Zuleta. Todos unidos por el dolor que da la partida de este gran artista.
El cierre de las presentaciones estuvo a cargo de Silvestre Dangond. Este reconocido artista interpretó ‘Gaviota herida’ y durante su canto, lanzó expresiones de dolor que conmovieron a los presentes y arrancaron más de una lágrima.
Así bajó por última vez de la tarima Francisco el hombre
El momento más emocionante de la despedida, fue cuando el homenaje llegó a su fin y el féretro fue bajado de la tarima para su traslado al cementerio Jardines del Ecce Homo. Ahí, en medio de los aplausos de todos, el alma vallenata se unió en un lamento y las lágrimas, sonrisas de alegría y tristeza fueron un solo recuerdo, el de Diomedes Dionisio Díaz Maestre.
Mientras el féretro era montado en el camión de Bomberos, donde fue trasladado hasta su última morada, la tarima que tantas veces lo vio actuar parecía incompleta y sola, y aunque estaba llena de familiares y amigos de ‘El Cacique’, algo en ella no era igual.
En el camión de Bomberos, además del artista fallecido, iban sus hijos y familiares más cercanos. Ahí, unidos en un solo dolor, partieron hacia el cementerio acompañados por una multitud dolida que cantaba las canciones del recordado ‘Papá de los pollitos, los pollos y los gavilanes’.
Desde Venezuela vinieron a despedirlo
Delia de Ana, una venezolana seguidora de Diomedes, se enteró de la muerte del artista a través de las redes sociales. En ese momento, supo, llegó la hora de cumplir esa promesa que hizo desde hace un tiempo atrás: “si Diomedes se muere, viajo a Valledupar”.
“Yo vivo en Machiques, la capital del cielo venezolano, cuando supe la noticia dije que iba a venir y enseguida me puse en la tarea. Lo primero que hicimos fue hacer estos carteles que trajimos y armar las maletas” dijo la seguidora, quien además aseguró que lo más difícil fue conseguir los pasajes, que por la época de fin de año estaban muy costosos, además de dejar a parte de su familia en una fecha como Nochebuena y Navidad. Algo que, como ella misma dijo, imitando el famoso grito del cantante fue “¡con mucho gusto!”
Delia de Ana es abogada de profesión y seguidora de Diomedes de tiempo completo. Conoce cada una de las canciones del Cacique y durante la ceremonia en la Plaza Alfonso López, las interpretó de forma alegre y bullanguera, palabras que además utilizó para definir al músico colombiano, de quien aseguró era fanática desde niña y lo será hasta el último de los días de su vida.
A su llegada, solo tuvo tiempo de dejar su equipaje en casa de su hermano y de inmediato se trasladó hasta la plaza Alfonso López, donde esperó para darle el último adiós.
Puntos de vista
Edgardo Brochero González: Realmente consternados por esta noticia. Hay que destacar el comportamiento de las personas y definitivamente Valledupar no tuvo Navidad.
Iván Cotes, Vendedor ambulante: gracias a Diomedes y como él quería hoy estamos recibiendo nuestro aguinaldo, hemos vendido mucho y eso era lo que él quería.
Pepe Morón Reales
Entre los aplausos y los cantos de una multitud, el cuerpo de Diomedes Díaz fue sepultado en Valledupar. El Cacique de La Junta les dejó sus canciones a sus seguidores, que vinieron de distintas partes del mundo.
Entre los aplausos y los cantos de una multitud, el cuerpo de Diomedes Díaz fue sepultado en Valledupar. El Cacique de La Junta les dejó sus canciones a sus seguidores, que vinieron de distintas partes del mundo.
Familiares, amigos y seguidores del Cacique, así como curiosos, vendedores ambulantes y personajes públicos, fueron llegando desde muy temprano a la Plaza Alfonso López de Valledupar. Ahí, en plena tarima Francisco el Hombre, fue el adiós a Diomedes Díaz. Un personaje que por su talento y forma de ser marcó un antes y un después en la historia del folclor vallenato.
En poco tiempo, la plaza se llenó de seguidores. A pesar de que era Navidad, los amantes de la música del cantante estuvieron ahí para acompañar sus restos mortales hasta su última morada. Hecho que sin duda le dio un sabor diferente a una de las fiestas más importantes del año y que demostró que ese amor que ‘El Cacique’ profesaba por su fanaticada, era reciproco.
Mientras todos llegaban al lugar de encuentro, el sol alcanzó la parte más alta de un cielo despejado que parecía abierto para recibir el alma festiva del que para muchos, es el artista más grande del vallenato.
La jornada inició con una eucaristía, en la que además de pedir por el descanso de ‘El Cacique’, se pidió por el consuelo de sus seguidores y la continuidad de la música vallenata después de ese golpe tan duro. Una forma de apoyar en Dios, el consuelo a ese dolor que deja en el pecho de todos, la partida de alguien que definitivamente, deja un hueco que nunca podrá ser resanado.
Una parranda de despedida
Como no podía ser de otra forma, la música vallenata estuvo presente durante el sepelio de Diomedes. Los más grandes intérpretes del folclor le dieron a su modo, el último adiós al ‘Monstruo’ del vallenato.
El homenaje musical inició con la presentación de los Niños del Vallenato del Turco Gil, una serenata que en alguna oportunidad ‘El Cacique’ le pidió al director de esta agrupación para el momento de su muerte.
Al terminar el canto de los Niños, Rafael Santos, hijo del fallecido cantante, subió a la tarima y demostró que por sus venas corre la misma sangre Díaz que tenía su papá: con potencia, estilo, seguridad y madurez, hizo que el corazón de los presentes sintieran, por momentos, que era el mismo Diomedes quien estaba en el escenario.
Continuando con sus herederos musicales, el homenaje siguió con la presentación de Martín Elías, el hijo menor de la primera familia del Cacique que interpretó Mi Primera Cana. Presentación que se vio interrumpida por ese dolor que invadió la garganta del artista y que apretó el corazón de todos los que estaban en la plaza Alfonso López.
A los dos hijos de Diomedes, les siguieron Iván Villazón, Peter Manjares, Poncho Zuleta, Jorge Oñate y los versos de Iván Zuleta. Todos unidos por el dolor que da la partida de este gran artista.
El cierre de las presentaciones estuvo a cargo de Silvestre Dangond. Este reconocido artista interpretó ‘Gaviota herida’ y durante su canto, lanzó expresiones de dolor que conmovieron a los presentes y arrancaron más de una lágrima.
Así bajó por última vez de la tarima Francisco el hombre
El momento más emocionante de la despedida, fue cuando el homenaje llegó a su fin y el féretro fue bajado de la tarima para su traslado al cementerio Jardines del Ecce Homo. Ahí, en medio de los aplausos de todos, el alma vallenata se unió en un lamento y las lágrimas, sonrisas de alegría y tristeza fueron un solo recuerdo, el de Diomedes Dionisio Díaz Maestre.
Mientras el féretro era montado en el camión de Bomberos, donde fue trasladado hasta su última morada, la tarima que tantas veces lo vio actuar parecía incompleta y sola, y aunque estaba llena de familiares y amigos de ‘El Cacique’, algo en ella no era igual.
En el camión de Bomberos, además del artista fallecido, iban sus hijos y familiares más cercanos. Ahí, unidos en un solo dolor, partieron hacia el cementerio acompañados por una multitud dolida que cantaba las canciones del recordado ‘Papá de los pollitos, los pollos y los gavilanes’.
Desde Venezuela vinieron a despedirlo
Delia de Ana, una venezolana seguidora de Diomedes, se enteró de la muerte del artista a través de las redes sociales. En ese momento, supo, llegó la hora de cumplir esa promesa que hizo desde hace un tiempo atrás: “si Diomedes se muere, viajo a Valledupar”.
“Yo vivo en Machiques, la capital del cielo venezolano, cuando supe la noticia dije que iba a venir y enseguida me puse en la tarea. Lo primero que hicimos fue hacer estos carteles que trajimos y armar las maletas” dijo la seguidora, quien además aseguró que lo más difícil fue conseguir los pasajes, que por la época de fin de año estaban muy costosos, además de dejar a parte de su familia en una fecha como Nochebuena y Navidad. Algo que, como ella misma dijo, imitando el famoso grito del cantante fue “¡con mucho gusto!”
Delia de Ana es abogada de profesión y seguidora de Diomedes de tiempo completo. Conoce cada una de las canciones del Cacique y durante la ceremonia en la Plaza Alfonso López, las interpretó de forma alegre y bullanguera, palabras que además utilizó para definir al músico colombiano, de quien aseguró era fanática desde niña y lo será hasta el último de los días de su vida.
A su llegada, solo tuvo tiempo de dejar su equipaje en casa de su hermano y de inmediato se trasladó hasta la plaza Alfonso López, donde esperó para darle el último adiós.
Puntos de vista
Edgardo Brochero González: Realmente consternados por esta noticia. Hay que destacar el comportamiento de las personas y definitivamente Valledupar no tuvo Navidad.
Iván Cotes, Vendedor ambulante: gracias a Diomedes y como él quería hoy estamos recibiendo nuestro aguinaldo, hemos vendido mucho y eso era lo que él quería.
Pepe Morón Reales