Entre tres y cinco toneladas diarias de leche en polvo empacada de varias marcas venezolanas y no menos de 100 mil kilos de queso cada semana, son comercializados en Barranquilla y cerca del 60% es distribuido hacia el interior del país; esta afirmación la hace la Federación Colombiana de Ganaderos y recrudece la realidad de los productores del campo colombiano frente al fenómeno de la ilegalidad.

El presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie, le planteó la crítica situación al Ministro de Agricultura y Desarrollo, Rural Rubén Darío Lizarralde,  a través de una carta, para solicitar medidas tendientes a revisar y erradicar el problema.

 “…para Venezuela es estratégico no salir de sus productos agropecuarios básicos y para Colombia es estratégico no recibir más allá de lo aprobado en acuerdos comerciales, el contrabando hacia nuestro país está afectando el abastecimiento venezolano y los ingresos de los productores colombianos”, dijo Lafaurie, asunto que calificó como paradoja.

El líder gremial señaló en su carta al ministro Lizarralde, que  “es un crimen contra los consumidores venezolanos, que la leche y los quesos que allá se están necesitando, estén siendo enviados a Colombia de contrabando; y es un crimen contra los ganaderos colombianos, que además de las importaciones acordadas en los TLC, el precio de la leche cruda esté siendo afectado a la baja por el contrabando”.

El presidente  de FEDEGÄN recalcó en su comunicación que detrás de esta situación está la enorme distorsión cambiaria entre las dos monedas, suficiente para remunerar al comprador ilegal colombiano, que puede romper los precios del mercado interno conservando un importante margen, y también para el contrabandista venezolano, que convierte sus pesos a dólares y los vende en su país a un precio, ahora mismo, siete veces superior al del dólar regulado por el gobierno venezolano.
 

Por Andrés Llamas Nova
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