Los acordeoneros serán los encargados de rendir con sus notas el más grande homenaje al maestro Escalona, quien sonreirá desde su ‘Casa en el aire’. Por Juan Rincón Vanegas [email protected] “De muchos será alabada su inteligencia y jamás será echado en el olvido. No se borrará su memoria y su nombre vivirá de generación en […]
Por Juan Rincón Vanegas
[email protected]
“De muchos será alabada su inteligencia y jamás será echado en el olvido. No se borrará su memoria y su nombre vivirá de generación en generación. Los pueblos cantarán sus cantos y la asamblea pregonará sus alabanzas”.
Consuelo Araujonoguera
Esta vez las canciones del maestro Rafael Escalona volverán a estar como su frase famosa “de boca en boca” y ahora se le añade “de acordeón en acordeón” porque los 258 ejecutantes inscritos para el 43º Festival de la Leyenda Vallenata tendrán la bella misión de cantar y tocar sus obras.
Esta maravillosa iniciativa de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata permitirá agregar un nuevo ingrediente al homenaje que se le tributará al maestro Rafael Escalona, el hombre que se dió a la tarea de poner de moda el vallenato en Colombia, y para esto lo presentó en sociedad, cuando solamente era música de provincia.
El ambiente vallenato estará repleto de melodías a las que se le agregan estrofas y coros que hablan de aspectos muy nuestros que hicieron posible que muchos personajes e historias dieran el salto de Patillal, Valledupar, el Cesar, Magdalena y La Guajira, hasta los lugares no imaginados.
El más grande de todos
En las distintas tarimas 52 acordeoneros infantiles, 77 juveniles, 60 aficionados y 69 profesionales, se encargaran de entregar ese regalo que tendrá gran significado, porque nunca antes se habían unido para ‘tocar’ la obra musical del maestro Escalona.
Muy bien lo anotó el abogado y escritor Jorge Naín Ruiz: “Escalonitis aguda en el Valle”, una manera exacta para indicar lo que se vive en esta tierra donde nacieron la mayoría de las canciones del hombre que con su talento e ingenio logró llamar la atención del mundo.
Desde distintos puntos de la geografía nacional e incluso del exterior llegaron los acordeoneros para interpretar las más de 100 canciones del maestro Escalona y se volverán a repetir las historias conocidas, pero que marcaron un hito en la música vallenata.
Muy bien lo describió Consuelo Araujonoguera: “Escalona, es el más grande der todos, el que resiste todos los análisis que se le quieran hacer a sus cantos y el que aguanta todas las criticas. El que soporta impasible el paso del tiempo y los embates de la gigantesca ola de nuevos compositores, porque está sereno y afianzado en la rotundidad de su magnifica obra musical y el que, en fin, no necesita hacer más nada de lo que ya ha hecho para permanecer en la alta cumbre del vallenato, donde solamente él ha llegado”.
También el ex presidente Alfonso López Michelsen acotó que “En Cien años de soledad, Gabriel García Márquez menciona a Rafael Escalona como sobrino de un obispo. Mentira. Rafael Escalona no tiene un obispo en su árbol genealógico. Tiene ángel que es mucho mejor. Un viejo adagio francés decía: “se nace poeta y el orador se hace”. Nadie puede convertirse en poeta, ni se nace con ángel. El de Rafael Escalona es grandototote, como decimos en el altiplano, o cipote ángel como se dice en la Costa, porque siendo un hombre letrado, consigue ser un creador del folclor que alcanza un nivel popular de dimensiones increíbles”.
‘El testamento’
El joven Sergio Luís Rodríguez, desde niño ha sido el más fiel Rey Vallenato, incluso ostenta el récord de haber ganado dos coronas infantiles. Cuando en 1994 se subió a la tarima Francisco El Hombre de la Plaza Alfonso López, no podía con el acordeón y se optó porque tocara sentado en una silla. De esta manera se presentó el actual Rey del Festival de la Leyenda Vallenata, pero más aún porque aprendió a tocar el acordeón con la canción ‘El testamento’ que para él tiene gran significado.
“Esa canción es algo que ha marcado mi vida. ‘El testamento’ es la canción que llevó en el corazón y el alma porque fue con la que aprendí a tocar el acordeón y el maestro Escalona, donde esté me está iluminando y deseando que haga lo mejor para llegar lejos en este bello folclor.
Cuando toco o escucho ‘El testamento’, se me eriza la piel y sé que esa canción me sirvió para llegar donde estoy”, expresó Sergio Luis Rodríguez, quien compartió gratos momentos con el maestro Escalona.
El retrato de Molina
Cuando estaba a punto de terminar de escribir, mi hijo Juan Miguel, me llamó la atención para decirme que me buscaba Rafael Escalona, exactamente era Rafael Escalona, el hijo, porque el viejo ya había partido para la eternidad. Allá debía estar sentado en un taburete para que Jaime Molina le pintara el retrato.
El lienzo estaba en blanco y Consuelo Araujonoguera le dijo a Jaime Molina que en el fondo del cuadro le pintara el palo de mango de la plaza Alfonso López y le añadiera unas mariposas amarillas y que en el pico tuvieran unas flores de trinitaria. Estando en eso se apareció la vieja Sara, a llamarle la atención al maestro Escalona, porque no le había llevado el corte blanco con su collar para hacerse el traje bonito. La razón era natural, ella quería flequetear en el cielo.
FRASE PARA DESTACAR
En las distintas tarimas 52 acordeoneros infantiles, 77 juveniles, 60 aficionados y 69 profesionales, se encargaran de entregar ese regalo que tendrá gran significado, porque nunca antes se habían unido para ‘tocar’ la obra musical del maestro Escalona.
Escalona con sus amigos, entre ellos Gabriel García Márquez, siempre parrandeó acompañado de un acordeón, en este caso el de ‘Colacho’ Mendoza.
Los acordeoneros serán los encargados de rendir con sus notas el más grande homenaje al maestro Escalona, quien sonreirá desde su ‘Casa en el aire’. Por Juan Rincón Vanegas [email protected] “De muchos será alabada su inteligencia y jamás será echado en el olvido. No se borrará su memoria y su nombre vivirá de generación en […]
Por Juan Rincón Vanegas
[email protected]
“De muchos será alabada su inteligencia y jamás será echado en el olvido. No se borrará su memoria y su nombre vivirá de generación en generación. Los pueblos cantarán sus cantos y la asamblea pregonará sus alabanzas”.
Consuelo Araujonoguera
Esta vez las canciones del maestro Rafael Escalona volverán a estar como su frase famosa “de boca en boca” y ahora se le añade “de acordeón en acordeón” porque los 258 ejecutantes inscritos para el 43º Festival de la Leyenda Vallenata tendrán la bella misión de cantar y tocar sus obras.
Esta maravillosa iniciativa de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata permitirá agregar un nuevo ingrediente al homenaje que se le tributará al maestro Rafael Escalona, el hombre que se dió a la tarea de poner de moda el vallenato en Colombia, y para esto lo presentó en sociedad, cuando solamente era música de provincia.
El ambiente vallenato estará repleto de melodías a las que se le agregan estrofas y coros que hablan de aspectos muy nuestros que hicieron posible que muchos personajes e historias dieran el salto de Patillal, Valledupar, el Cesar, Magdalena y La Guajira, hasta los lugares no imaginados.
El más grande de todos
En las distintas tarimas 52 acordeoneros infantiles, 77 juveniles, 60 aficionados y 69 profesionales, se encargaran de entregar ese regalo que tendrá gran significado, porque nunca antes se habían unido para ‘tocar’ la obra musical del maestro Escalona.
Muy bien lo anotó el abogado y escritor Jorge Naín Ruiz: “Escalonitis aguda en el Valle”, una manera exacta para indicar lo que se vive en esta tierra donde nacieron la mayoría de las canciones del hombre que con su talento e ingenio logró llamar la atención del mundo.
Desde distintos puntos de la geografía nacional e incluso del exterior llegaron los acordeoneros para interpretar las más de 100 canciones del maestro Escalona y se volverán a repetir las historias conocidas, pero que marcaron un hito en la música vallenata.
Muy bien lo describió Consuelo Araujonoguera: “Escalona, es el más grande der todos, el que resiste todos los análisis que se le quieran hacer a sus cantos y el que aguanta todas las criticas. El que soporta impasible el paso del tiempo y los embates de la gigantesca ola de nuevos compositores, porque está sereno y afianzado en la rotundidad de su magnifica obra musical y el que, en fin, no necesita hacer más nada de lo que ya ha hecho para permanecer en la alta cumbre del vallenato, donde solamente él ha llegado”.
También el ex presidente Alfonso López Michelsen acotó que “En Cien años de soledad, Gabriel García Márquez menciona a Rafael Escalona como sobrino de un obispo. Mentira. Rafael Escalona no tiene un obispo en su árbol genealógico. Tiene ángel que es mucho mejor. Un viejo adagio francés decía: “se nace poeta y el orador se hace”. Nadie puede convertirse en poeta, ni se nace con ángel. El de Rafael Escalona es grandototote, como decimos en el altiplano, o cipote ángel como se dice en la Costa, porque siendo un hombre letrado, consigue ser un creador del folclor que alcanza un nivel popular de dimensiones increíbles”.
‘El testamento’
El joven Sergio Luís Rodríguez, desde niño ha sido el más fiel Rey Vallenato, incluso ostenta el récord de haber ganado dos coronas infantiles. Cuando en 1994 se subió a la tarima Francisco El Hombre de la Plaza Alfonso López, no podía con el acordeón y se optó porque tocara sentado en una silla. De esta manera se presentó el actual Rey del Festival de la Leyenda Vallenata, pero más aún porque aprendió a tocar el acordeón con la canción ‘El testamento’ que para él tiene gran significado.
“Esa canción es algo que ha marcado mi vida. ‘El testamento’ es la canción que llevó en el corazón y el alma porque fue con la que aprendí a tocar el acordeón y el maestro Escalona, donde esté me está iluminando y deseando que haga lo mejor para llegar lejos en este bello folclor.
Cuando toco o escucho ‘El testamento’, se me eriza la piel y sé que esa canción me sirvió para llegar donde estoy”, expresó Sergio Luis Rodríguez, quien compartió gratos momentos con el maestro Escalona.
El retrato de Molina
Cuando estaba a punto de terminar de escribir, mi hijo Juan Miguel, me llamó la atención para decirme que me buscaba Rafael Escalona, exactamente era Rafael Escalona, el hijo, porque el viejo ya había partido para la eternidad. Allá debía estar sentado en un taburete para que Jaime Molina le pintara el retrato.
El lienzo estaba en blanco y Consuelo Araujonoguera le dijo a Jaime Molina que en el fondo del cuadro le pintara el palo de mango de la plaza Alfonso López y le añadiera unas mariposas amarillas y que en el pico tuvieran unas flores de trinitaria. Estando en eso se apareció la vieja Sara, a llamarle la atención al maestro Escalona, porque no le había llevado el corte blanco con su collar para hacerse el traje bonito. La razón era natural, ella quería flequetear en el cielo.
FRASE PARA DESTACAR
En las distintas tarimas 52 acordeoneros infantiles, 77 juveniles, 60 aficionados y 69 profesionales, se encargaran de entregar ese regalo que tendrá gran significado, porque nunca antes se habían unido para ‘tocar’ la obra musical del maestro Escalona.
Escalona con sus amigos, entre ellos Gabriel García Márquez, siempre parrandeó acompañado de un acordeón, en este caso el de ‘Colacho’ Mendoza.