Hace 20 años se vivió una lucha, una disputa entre la fuerza pública y las personas que se asentaron en un terreno de invasión que más tarde se convirtió en el barrio La Nevada.
Por Freddy Oñate Acevedo
[email protected]
En 1993, según habitantes de La Nevada, se llevó a cabo un enfrentamiento contra la fuerza pública, que dejó a una persona con cicatrices de quemadura. Domiciano Alserna comentó cómo fue el momento de lucha junto a otros compañeros por lo que es hoy ese sector de la capital del Cesar.
“La policía entró a atacar a media noche a la comunidad, había una cantidad inmensa de policías y tenían un bulldozer y a medida que iban desplazándose por el sector, empezaron a tumbar las casas que había levantado la gente de aquí, ahí empezamos a pelear y a buscar la manera de defendernos”, dijo Domiciano.
Una vez que se logró bajar el conductor del vehículo, Domiciano se montó a la máquina y lo manejó desde donde está el puente de la acequia que está en la entrada del barrio, hasta donde termina el colegio Loperena La Esperanza, donde intentaban bajarlo, “cuando me sacaron del bulldozer me prendieron candela”, afirmó.
Hoy en día, Domiciano tiene cicatrices de las quemaduras que sufrió en distintas partes de su cuerpo como piernas, pies, pecho, hombros, cuello y cara. En esta última, se le hizo cirugía plástica reconstructiva para mejorar su aspecto.
La lucha de la que hicieron parte muchos de los que hoy son residentes del barrio La Nevada duró aproximadamente 4 meses.
Domiciano, que se dedica al mototaxismo desde hace ya varios años, tiene hoy 2 hijos. Cuando ganaron las tierras, su esposa estaba embarazada, su hijo mayor tiene 20 años, pero aunque parezca irónico, actualmente no tiene una casa propia.
Hace 20 años se vivió una lucha, una disputa entre la fuerza pública y las personas que se asentaron en un terreno de invasión que más tarde se convirtió en el barrio La Nevada.
Por Freddy Oñate Acevedo
[email protected]
En 1993, según habitantes de La Nevada, se llevó a cabo un enfrentamiento contra la fuerza pública, que dejó a una persona con cicatrices de quemadura. Domiciano Alserna comentó cómo fue el momento de lucha junto a otros compañeros por lo que es hoy ese sector de la capital del Cesar.
“La policía entró a atacar a media noche a la comunidad, había una cantidad inmensa de policías y tenían un bulldozer y a medida que iban desplazándose por el sector, empezaron a tumbar las casas que había levantado la gente de aquí, ahí empezamos a pelear y a buscar la manera de defendernos”, dijo Domiciano.
Una vez que se logró bajar el conductor del vehículo, Domiciano se montó a la máquina y lo manejó desde donde está el puente de la acequia que está en la entrada del barrio, hasta donde termina el colegio Loperena La Esperanza, donde intentaban bajarlo, “cuando me sacaron del bulldozer me prendieron candela”, afirmó.
Hoy en día, Domiciano tiene cicatrices de las quemaduras que sufrió en distintas partes de su cuerpo como piernas, pies, pecho, hombros, cuello y cara. En esta última, se le hizo cirugía plástica reconstructiva para mejorar su aspecto.
La lucha de la que hicieron parte muchos de los que hoy son residentes del barrio La Nevada duró aproximadamente 4 meses.
Domiciano, que se dedica al mototaxismo desde hace ya varios años, tiene hoy 2 hijos. Cuando ganaron las tierras, su esposa estaba embarazada, su hijo mayor tiene 20 años, pero aunque parezca irónico, actualmente no tiene una casa propia.