Residentes en la urbanización María Camila, sur de la ciudad, mediante su representante de la Junta de Acción Comunal manifestaron las molestias que sienten al contar con el beneficio de tener en su comunidad alarma de seguridad sin poder beneficiarse de esta.

La comunidad manifiesta que desde el 4 de agosto que la Administración Municipal los dotó de esta alarma para contrarrestar la inseguridad, el mecanismo de protección no presenta funcionalidad.

“Vemos con inconformidad que la tengamos sin utilidad, porque presenta problemas técnicos, el mensaje de alerta que debe mandar la comunidad para que llegue a la central de la Policía no funciona. Para corroborarlo meses después de su instalación al ver que se presentaban atracos en el barrio y no llegaba la Policía me dirigí al comando dando a conocer la situación, un oficial llegó al sector a verificar el hecho y manifestó que efectivamente no llegaba la alerta a la central”, afirmó Katherine García, presidenta de la Junta de Acción Comunal.

Este sector cuenta con dos alarmas: una ubicada en la calle 22, que es la que manifiestan que tiene problemas y otra en la calle 25 con carrera 4D, ambas orientadas a beneficiar a 450 viviendas que conforman el sector distribuidas en tres calles a la redonda.

De acuerdo a la vocera social, esta irregularidad es conocida por la Policía y funcionarios de la Alcaldía, que hasta el momento no dan solución al problema.

“En repetidas ocasiones he manifestado el problema pero no vienen a arreglarla. Como comunidad aportamos nuestro compromiso de recargar sus baterías que tiene el costo de $13.000 pero de nada ha servido porque no está funcionando”, puntualizó la líder comunitaria.

Por su parte, el asesor de seguridad de la Secretaría de Gobierno Municipal, Víctor Gómez, manifestó que la representante del barrio debe acercarse a la oficina de la sectorial para posteriormente enviar a técnicos que hagan el análisis de las posibles fallas que pueda presentar la alarma comunitaria y tomar las respectivas medidas para el caso.