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Informe - 15 agosto, 2017

Las madres canguro, un contacto de amor y supervivencia

Los niños prematuros en el Cesar, vulnerables a secuelas físicas y psicológicas, reciben apoyo para luchar por su vida, a través del programa ‘Madre Canguro’ queles ayuda a continuar su desarrollo y fortalecer el vínculo familiar.

El tercer embarazo de Silvia Arroyo Hernández no iba tan bien como ella pensaba, aunque sabía que era de alto riesgo por haber padecido sika en el embarazo anterior, los exámenes de rutina no mostraban nada de qué preocuparse. Sin embargo, cuando su bebé apenas tenía 29 semanas de gestación empezaron los dolores de cabeza para esta mujer y su familia.

Por recomendación de una amiga, la administradora de empresas consultó a Eliana Rivero, una ginecóloga especializada en perinatología, quien al realizar unos exámenes especializados encontró otro factor de alto riesgo, debido a que la piel del abdomen de Silvia bajo presentaba segmento delgado, es decir, un debilitamiento de las membranas de la pelvis ocasionada por las cesáreas anteriores, lo que había generado una fragmentación de los mismos que podían lesionarse por los movimientos de la criatura.

Fue hospitalizada cuando apenas cumplía los cuatro meses de gestación, semanas después la perinatologa la programó para realizar la maduración de los pulmones del bebé durante ocho días, pero no aguantó; rompió fuente, la membrana debilitada se fracturó y se adelantó el parto. Fue así como Antonia Bonelo Arroyo nació el 4 de marzo de 2016, faltándole 11 semanas en el vientre para completar un normal periodo de gestación.

La pequeña que midió 34 centímetros al nacer, tenía una ventaja y era un buen peso para su edad, lo que asegura su madre le ayudó a sobrevivir. Antonia pesó 1.100 gramos, a diferencia de otros prematuros que nacen de 500 y 600 gramos, que tienen mayores dificultades para recuperarse.

“A partir de allí inició el proceso con una gran carga emocional que solo es superada con la fuerza divina que viene de Dios, unos buenos profesionales y el calor de los seres queridos”, expresa Silvia.

Casos como el de esta madre, fueron los que llevaron a que Angélica María Diazgranados Amaya, coordinadora materna infantil del Hospital Rosario Pumarejo de López, HRPL, el más importante de Valledupar, en el 2013 realizara una investigación sobre los nacimientos en la institución; revisando las estadísticas la profesional encontró que el 25% de los nacimientos en el hospital eran de niños prematuros y de bajo peso al nacer.

“Para nosotros un niño prematuro es todo el niño que nace en menos de 37 semanas de gestación y todo niño de bajo peso, es aquel que tiene menos de 2.500 gramos, es decir que si nos nace con 2.490 gramos es un niño que necesita una atención especial, que algo pasó durante el embarazo de la mamita que está asumiendo unos riesgos y nosotros tenemos que ayudárselos a compensar dentro de la garantía de sus derechos”, explica Diazgranados Amaya.

Situaciones como las descritas asociadas a la prematures, embarazos en adolescentes, alto número de niños con morbilidad neonatal extremas en las unidades de cuidados intensivos del Cesar y sur de La Guajira, motivaron a gestionar ante la Subdirección de Salud Pública del Ministerio de Salud y Protección Social, la propuesta del programa ‘Madre Canguro’.

Con la premisa clara de la sensibilidad social y la responsabilidad como empresa social del estado de poder apalancar los sueños de vida de las familias del Cesar y pese a la grave crisis económica que atraviesa la institución de salud, la profesional logró la viabilización del proyecto para el hospital, a través de un convenio entre el Ministerio y la Fundación Canguro, que a nivel nacional prioriza dos hospitales en Colombia.

“Fue así como empezamos a gestionar a finales de diciembre del 2013 todo el tema administrativo de la documentación, en enero un equipo de pediatra, psicólogo, enfermera fueron entrenados por la fundación Canguro de Colombia, que tiene sede en el hospital San Ignacio de Bogotá”, asegura la doctora.

Es de destacar que ‘Madre Canguro’ es un programa patentado por Colombia ante la organización mundial de la salud desde 1989, es uno de los pocos productos colombianos en el sector salud patentados y ya está en 62 países, tanto de países desarrollados como subdesarrollados; es una técnica muy especial, sencilla, pero que da mucha posibilidad de vida a los niños y niñas.

Angélica Diazgranados explicó que este es un servicio especializado que no se maneja en baja complejidad, se maneja siempre en mediana y alta complejidad. “Nosotros lo tenemos continúo en las dos modalidades; tiene una modalidad intrahospitalaria que es en los niños en las unidades de cuidados intensivos neonatales y una modalidad ambulatoria para que le hagan seguimiento a ese bebé hasta él año de edad”, precisa.

La pequeña Antonia es una de las beneficiarias de ese programa, al que ingresó después de ser dada de alta de una clínica de la ciudad, con apenas 1.800 gramos y con pocas esperanzas de afrontar lo que le esperaba a sus padres.

El 6 de abril de 2016 con 33 días de nacida la tercera hija de Silvia inició en la modalidad ambulatoria, todos los días hasta que logró ganar un peso de 2.500 gramos permaneció en el pecho de su mamá, su papá o su abuela, quienes se turnaban para, piel a piel, trasmitirle amor y cuidado a través del calor corporal.
Silvia afirma que el estado frágil de su hija es cosa del pasado y está asombrada con su recuperación. “El primer día que la vi tenía muchos nervios, permanecía a la espera de lo que dijeran los médicos, daba mucha angustia verla con cánulas, cables y aparatos”, relata.

Sin embargo, agrega que ahora es una niña saludable, inteligente e hiperactiva. “Me enseña día a día nuevas experiencias, me enamora con su sonrisa. A pesar de que fue prematura extrema, es una bebé muy sana”.

La madre señala que la recuperación de su hija se debe al programa ‘Madre Canguro’, que le ayudó a fortalecer el vínculo con su bebé. “Los obstáculos y las enseñanzas lo llevan a uno a sentir el amor verdadero de mamá. Crece esa ansia y verraquera de seguir luchando por ellos”, atestigua.

La enfermera jefe del programa ‘Madre Canguro’, Johana Ortega, precisa que al permanecer aislado del contacto de la progenitora, en cuyo vientre permaneció entre siete y ocho meses, se produce un estrés en el bebé. “Una vez se vinculan, porque el niño está estable, con la metodología canguro, vuelve al abrigo, las caricias, el afecto y las palabras de su mamá”.

De igual forma, Ortega recalca que el programa también es una oportunidad para fortalecer las relaciones familiares, puesto que para la madre es indispensable el apoyo de sus allegados. “Es una mamá que se agota, tiene que estar dedicada las 24 horas del día a su bebé. Es necesario que tenga el apoyo del padre, abuelos y hermanos del niño”.

De acuerdo con la coordinadora del programa ‘Madre Canguro’, los niños prematuros son susceptibles a desarrollar problemas en el desarrollo de su área motora, cognitiva y emocional. “Se traduce en dificultades de atender, concentrarse y memorizar. Hay niños que registran secuelas debido a hemorragias intraventriculares que afectan la parte neurológica”, advierte.

El programa ‘Madre Canguro’ que solo puede realizarse en el Hospital Rosario Pumarejo de López, no solo brinda la capacitación a los familiares de trasmitir el calor piel a piel, también realiza un seguimiento estricto al estado de salud de cada bebé, para ayudarlos a tener un crecimiento y desarrollo óptimo, ya que son niños que nacen con dificultades.

“La idea es evitar discapacidades prevenibles. Por ejemplo: nosotros hacemos seguimiento riguroso de retina por el tema de que podemos detectar retinopatía prematuro un diagnóstico que si se detecta tenemos hasta máximo 16 horas para operar a ese nene. Si en la ciudad no contamos con el proceso de la fotocoagulación, enseguida tenemos que proceder a remitirlo a cualquier institución del país para que se no se venzan esos tiempos, hay quienes duran hasta 24 horas y 48 horas para operar a los bebés, pero nosotros sabemos que entre más oportuno lo operemos tenemos mayor garantía de que el niño no nos quede invidente”, detalla.

Otro de los procedimientos prioritarios es un seguimiento para evitar displasia de cadera. También se hace un seguimiento auditivo para evitar sorderas.

“Estamos pendientes de sus potenciales evocados, porque los niños nacen con flacidez el tejido muscular es muy pequeñito”, resaltó la especialista.

Por tal motivo, Diazgranados Amaya considera que es importante vincular a estos recién nacidos con el programa ‘Madre Canguro’, para prevenir problemas a futuro en el ámbito laboral, social y familiar.

La experta explica que los tres pilares fundamentales del programa son el contacto piel a piel entre la madre y el niño, la lactancia materna y la posición canguro. “Son niños a los que se les demuestra en el día a día que son deseados, amados y que hay afecto hacia ellos. Van a ser felices y sanos”, resalta.

El proceso

La coordinadora materna infantil del Hospital Rosario Pumarejo de López explicó a EL PILÓN que los bebés prematuros pueden ser remitidos a la unidad de cuidados intensivos, cuidados intermedios o cuidados básicos para un monitoreo diario que permita revisar su estabilidad física. “Un especialista decide en qué momento el niño va en la posición canguro, cuando ya empieza la lactancia materna. Eso es el canguro hospitalario”, aclara.
Seguidamente, cuando el menor se encuentra estable se procede a la etapa del programa ambulatorio. El niño se ubica en el pecho de la mamá, papá o cuidador hasta que alcanza un peso de 2.500 gramos.

Estos menores continúan en el programa hasta que cumplen un año de edad. Durante ese periodo, son revisados por un grupo interdisciplinario conformado por pediatras, enfermeras, psicólogas, fisioterapeutas, terapeuta ocupacional y fonoaudióloga. Durante este tiempo se hace un seguimiento para detectar alteraciones o secuelas.

Actualmente, el programa ‘Madre Canguro’ del HRPL atiende a usuarios de los diferentes municipios del Cesar, aunque son pocos los que acceden al programa por los obstáculos con las EPS. El programa que ya cumplió tres años de estar operando ha atendido a 1.200 menores de los cuales ha graduado 240.

“Algunas entidades administradoras de seguridad social insinúan que nos estamos enriqueciendo y no es así, estamos sembrando mucha población infantil más sana, con más recursos”, advierte.

Después de acceder al programa el resultado son familias empoderadas, padres y madres que saben cómo manejar a un niño prematuro, saben cuáles son sus cuidados y hasta dónde pueden llegar ellos, cuáles son sus factores de riesgo.

Como valor agregado, los pacientes cuentan con una línea amiga las 24 horas del día con un profesional al frente ya sea la enfermera, la psicóloga, la pediatra del programa o la coordinadora materna infantil.

Para Adriana Rincón, médico pediatra del programa, la mayor dicha de su labor es ver los niños terminar el proceso satisfactoriamente. “Hay niños que por su condición médica podríamos decir que se iban a demorar más en su desarrollo motor. Sin embargo, con mucha sorpresa vemos que a los 12 meses se van sanos con la marcha independiente, diciendo cinco palabras y muy afectuosos”.

Según la especialista, gran parte del éxito se debe al compromiso de las mamás que hacen todo el proceso.
Un año después de haber cumplido con todos los protocolos de ‘Madre Canguro’, Silvia Arroyo Hernández disfruta de la buena salud de Antonio y es fiel testigo de este método fue creado en Bogotá, por el doctor Édgar Rey Sanabria, en 1978.

Por: Ariadne Osorio Ponce / EL PILÓN
[email protected]

Informe
15 agosto, 2017

Las madres canguro, un contacto de amor y supervivencia

Los niños prematuros en el Cesar, vulnerables a secuelas físicas y psicológicas, reciben apoyo para luchar por su vida, a través del programa ‘Madre Canguro’ queles ayuda a continuar su desarrollo y fortalecer el vínculo familiar.


El tercer embarazo de Silvia Arroyo Hernández no iba tan bien como ella pensaba, aunque sabía que era de alto riesgo por haber padecido sika en el embarazo anterior, los exámenes de rutina no mostraban nada de qué preocuparse. Sin embargo, cuando su bebé apenas tenía 29 semanas de gestación empezaron los dolores de cabeza para esta mujer y su familia.

Por recomendación de una amiga, la administradora de empresas consultó a Eliana Rivero, una ginecóloga especializada en perinatología, quien al realizar unos exámenes especializados encontró otro factor de alto riesgo, debido a que la piel del abdomen de Silvia bajo presentaba segmento delgado, es decir, un debilitamiento de las membranas de la pelvis ocasionada por las cesáreas anteriores, lo que había generado una fragmentación de los mismos que podían lesionarse por los movimientos de la criatura.

Fue hospitalizada cuando apenas cumplía los cuatro meses de gestación, semanas después la perinatologa la programó para realizar la maduración de los pulmones del bebé durante ocho días, pero no aguantó; rompió fuente, la membrana debilitada se fracturó y se adelantó el parto. Fue así como Antonia Bonelo Arroyo nació el 4 de marzo de 2016, faltándole 11 semanas en el vientre para completar un normal periodo de gestación.

La pequeña que midió 34 centímetros al nacer, tenía una ventaja y era un buen peso para su edad, lo que asegura su madre le ayudó a sobrevivir. Antonia pesó 1.100 gramos, a diferencia de otros prematuros que nacen de 500 y 600 gramos, que tienen mayores dificultades para recuperarse.

“A partir de allí inició el proceso con una gran carga emocional que solo es superada con la fuerza divina que viene de Dios, unos buenos profesionales y el calor de los seres queridos”, expresa Silvia.

Casos como el de esta madre, fueron los que llevaron a que Angélica María Diazgranados Amaya, coordinadora materna infantil del Hospital Rosario Pumarejo de López, HRPL, el más importante de Valledupar, en el 2013 realizara una investigación sobre los nacimientos en la institución; revisando las estadísticas la profesional encontró que el 25% de los nacimientos en el hospital eran de niños prematuros y de bajo peso al nacer.

“Para nosotros un niño prematuro es todo el niño que nace en menos de 37 semanas de gestación y todo niño de bajo peso, es aquel que tiene menos de 2.500 gramos, es decir que si nos nace con 2.490 gramos es un niño que necesita una atención especial, que algo pasó durante el embarazo de la mamita que está asumiendo unos riesgos y nosotros tenemos que ayudárselos a compensar dentro de la garantía de sus derechos”, explica Diazgranados Amaya.

Situaciones como las descritas asociadas a la prematures, embarazos en adolescentes, alto número de niños con morbilidad neonatal extremas en las unidades de cuidados intensivos del Cesar y sur de La Guajira, motivaron a gestionar ante la Subdirección de Salud Pública del Ministerio de Salud y Protección Social, la propuesta del programa ‘Madre Canguro’.

Con la premisa clara de la sensibilidad social y la responsabilidad como empresa social del estado de poder apalancar los sueños de vida de las familias del Cesar y pese a la grave crisis económica que atraviesa la institución de salud, la profesional logró la viabilización del proyecto para el hospital, a través de un convenio entre el Ministerio y la Fundación Canguro, que a nivel nacional prioriza dos hospitales en Colombia.

“Fue así como empezamos a gestionar a finales de diciembre del 2013 todo el tema administrativo de la documentación, en enero un equipo de pediatra, psicólogo, enfermera fueron entrenados por la fundación Canguro de Colombia, que tiene sede en el hospital San Ignacio de Bogotá”, asegura la doctora.

Es de destacar que ‘Madre Canguro’ es un programa patentado por Colombia ante la organización mundial de la salud desde 1989, es uno de los pocos productos colombianos en el sector salud patentados y ya está en 62 países, tanto de países desarrollados como subdesarrollados; es una técnica muy especial, sencilla, pero que da mucha posibilidad de vida a los niños y niñas.

Angélica Diazgranados explicó que este es un servicio especializado que no se maneja en baja complejidad, se maneja siempre en mediana y alta complejidad. “Nosotros lo tenemos continúo en las dos modalidades; tiene una modalidad intrahospitalaria que es en los niños en las unidades de cuidados intensivos neonatales y una modalidad ambulatoria para que le hagan seguimiento a ese bebé hasta él año de edad”, precisa.

La pequeña Antonia es una de las beneficiarias de ese programa, al que ingresó después de ser dada de alta de una clínica de la ciudad, con apenas 1.800 gramos y con pocas esperanzas de afrontar lo que le esperaba a sus padres.

El 6 de abril de 2016 con 33 días de nacida la tercera hija de Silvia inició en la modalidad ambulatoria, todos los días hasta que logró ganar un peso de 2.500 gramos permaneció en el pecho de su mamá, su papá o su abuela, quienes se turnaban para, piel a piel, trasmitirle amor y cuidado a través del calor corporal.
Silvia afirma que el estado frágil de su hija es cosa del pasado y está asombrada con su recuperación. “El primer día que la vi tenía muchos nervios, permanecía a la espera de lo que dijeran los médicos, daba mucha angustia verla con cánulas, cables y aparatos”, relata.

Sin embargo, agrega que ahora es una niña saludable, inteligente e hiperactiva. “Me enseña día a día nuevas experiencias, me enamora con su sonrisa. A pesar de que fue prematura extrema, es una bebé muy sana”.

La madre señala que la recuperación de su hija se debe al programa ‘Madre Canguro’, que le ayudó a fortalecer el vínculo con su bebé. “Los obstáculos y las enseñanzas lo llevan a uno a sentir el amor verdadero de mamá. Crece esa ansia y verraquera de seguir luchando por ellos”, atestigua.

La enfermera jefe del programa ‘Madre Canguro’, Johana Ortega, precisa que al permanecer aislado del contacto de la progenitora, en cuyo vientre permaneció entre siete y ocho meses, se produce un estrés en el bebé. “Una vez se vinculan, porque el niño está estable, con la metodología canguro, vuelve al abrigo, las caricias, el afecto y las palabras de su mamá”.

De igual forma, Ortega recalca que el programa también es una oportunidad para fortalecer las relaciones familiares, puesto que para la madre es indispensable el apoyo de sus allegados. “Es una mamá que se agota, tiene que estar dedicada las 24 horas del día a su bebé. Es necesario que tenga el apoyo del padre, abuelos y hermanos del niño”.

De acuerdo con la coordinadora del programa ‘Madre Canguro’, los niños prematuros son susceptibles a desarrollar problemas en el desarrollo de su área motora, cognitiva y emocional. “Se traduce en dificultades de atender, concentrarse y memorizar. Hay niños que registran secuelas debido a hemorragias intraventriculares que afectan la parte neurológica”, advierte.

El programa ‘Madre Canguro’ que solo puede realizarse en el Hospital Rosario Pumarejo de López, no solo brinda la capacitación a los familiares de trasmitir el calor piel a piel, también realiza un seguimiento estricto al estado de salud de cada bebé, para ayudarlos a tener un crecimiento y desarrollo óptimo, ya que son niños que nacen con dificultades.

“La idea es evitar discapacidades prevenibles. Por ejemplo: nosotros hacemos seguimiento riguroso de retina por el tema de que podemos detectar retinopatía prematuro un diagnóstico que si se detecta tenemos hasta máximo 16 horas para operar a ese nene. Si en la ciudad no contamos con el proceso de la fotocoagulación, enseguida tenemos que proceder a remitirlo a cualquier institución del país para que se no se venzan esos tiempos, hay quienes duran hasta 24 horas y 48 horas para operar a los bebés, pero nosotros sabemos que entre más oportuno lo operemos tenemos mayor garantía de que el niño no nos quede invidente”, detalla.

Otro de los procedimientos prioritarios es un seguimiento para evitar displasia de cadera. También se hace un seguimiento auditivo para evitar sorderas.

“Estamos pendientes de sus potenciales evocados, porque los niños nacen con flacidez el tejido muscular es muy pequeñito”, resaltó la especialista.

Por tal motivo, Diazgranados Amaya considera que es importante vincular a estos recién nacidos con el programa ‘Madre Canguro’, para prevenir problemas a futuro en el ámbito laboral, social y familiar.

La experta explica que los tres pilares fundamentales del programa son el contacto piel a piel entre la madre y el niño, la lactancia materna y la posición canguro. “Son niños a los que se les demuestra en el día a día que son deseados, amados y que hay afecto hacia ellos. Van a ser felices y sanos”, resalta.

El proceso

La coordinadora materna infantil del Hospital Rosario Pumarejo de López explicó a EL PILÓN que los bebés prematuros pueden ser remitidos a la unidad de cuidados intensivos, cuidados intermedios o cuidados básicos para un monitoreo diario que permita revisar su estabilidad física. “Un especialista decide en qué momento el niño va en la posición canguro, cuando ya empieza la lactancia materna. Eso es el canguro hospitalario”, aclara.
Seguidamente, cuando el menor se encuentra estable se procede a la etapa del programa ambulatorio. El niño se ubica en el pecho de la mamá, papá o cuidador hasta que alcanza un peso de 2.500 gramos.

Estos menores continúan en el programa hasta que cumplen un año de edad. Durante ese periodo, son revisados por un grupo interdisciplinario conformado por pediatras, enfermeras, psicólogas, fisioterapeutas, terapeuta ocupacional y fonoaudióloga. Durante este tiempo se hace un seguimiento para detectar alteraciones o secuelas.

Actualmente, el programa ‘Madre Canguro’ del HRPL atiende a usuarios de los diferentes municipios del Cesar, aunque son pocos los que acceden al programa por los obstáculos con las EPS. El programa que ya cumplió tres años de estar operando ha atendido a 1.200 menores de los cuales ha graduado 240.

“Algunas entidades administradoras de seguridad social insinúan que nos estamos enriqueciendo y no es así, estamos sembrando mucha población infantil más sana, con más recursos”, advierte.

Después de acceder al programa el resultado son familias empoderadas, padres y madres que saben cómo manejar a un niño prematuro, saben cuáles son sus cuidados y hasta dónde pueden llegar ellos, cuáles son sus factores de riesgo.

Como valor agregado, los pacientes cuentan con una línea amiga las 24 horas del día con un profesional al frente ya sea la enfermera, la psicóloga, la pediatra del programa o la coordinadora materna infantil.

Para Adriana Rincón, médico pediatra del programa, la mayor dicha de su labor es ver los niños terminar el proceso satisfactoriamente. “Hay niños que por su condición médica podríamos decir que se iban a demorar más en su desarrollo motor. Sin embargo, con mucha sorpresa vemos que a los 12 meses se van sanos con la marcha independiente, diciendo cinco palabras y muy afectuosos”.

Según la especialista, gran parte del éxito se debe al compromiso de las mamás que hacen todo el proceso.
Un año después de haber cumplido con todos los protocolos de ‘Madre Canguro’, Silvia Arroyo Hernández disfruta de la buena salud de Antonio y es fiel testigo de este método fue creado en Bogotá, por el doctor Édgar Rey Sanabria, en 1978.

Por: Ariadne Osorio Ponce / EL PILÓN
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