Publicidad
Categorías
Categorías
Don Pilo - 12 noviembre, 2016

Don Pilo en Villa Maruámake

El personaje comunitario del diario EL PILÓN hoy visibiliza los problemas que aquejan a este barrio del suroccidente de Valledupar.

 Estas estructuras metálicas, transportadoras de energía son las que mantienen en vilo a la comunidad de Villa Maruámake.
 Estas estructuras metálicas, transportadoras de energía son las que mantienen en vilo a la comunidad de Villa Maruámake.

¡Buenos días mis queridos lectores!
Todas las semanas en mi visita a los barrios encuentro distintos problemas que doy a conocer a las autoridades locales para encontrar soluciones. Al llegar a Villa Maruámake no fue la excepción, en comunidad del suroccidente de Valledupar y en medio de todas las dificultades que aquejan a este sector percibí la unión comunitaria que siempre adelanta gestiones para el beneficio de todos. Sin embargo, son muchas las necesidades que afectan a los habitantes de este barrio.

Villa Maruámake se ha convertido en uno de los barrios de Valledupar más olvidados por los gobiernos de turno. Al menos así lo aseguran algunos de sus habitantes, quienes tienen una infinidad de quejas a las que nadie les ha prestado atención.

Álvaro Caro, presidente de la Junta de Acción Comunal, recordó que los lotes enmontados son uno de los principales problemas, junto a los atracos y la alta presencia de consumidores de sustancias psicoactivas. El líder comunitario indicó que urge trabajar ante la amenaza que representan las torres eléctricas de la empresa Transelca.

Durante años, los moradores han pedido ser reubicados del sector y aunque esta acción se cumplió con algunas familias, otras dicen permanecer en riesgo al habitar debajo de las líneas de alta tensión.
“En el barrio cuando llueve uno siente corriente en las paredes, medio las tocamos y sentimos la electricidad. Transelca compró solo casas que estuvieran a 16 metros de distancia de las antenas, sin tener en cuenta que hay familias más allá de ese perímetro que también padecemos con este el problema”, dijo Zunilda Blanchar, residente del barrio.

En ese sentido también se pronunció Ledys Zapata. “Los lotes que compró Transelca están ahora abandonados y se han prestado para la proliferación de roedores y todo tipo de plagas. Además de eso, en las noches las redes producen un sonido muy fuerte generando miedo a quienes vivimos cerca de ellas; razón por la que pedimos a la administración una real y definitiva solución”.

 

 

Don Pilo
12 noviembre, 2016

Don Pilo en Villa Maruámake

El personaje comunitario del diario EL PILÓN hoy visibiliza los problemas que aquejan a este barrio del suroccidente de Valledupar.


 Estas estructuras metálicas, transportadoras de energía son las que mantienen en vilo a la comunidad de Villa Maruámake.
 Estas estructuras metálicas, transportadoras de energía son las que mantienen en vilo a la comunidad de Villa Maruámake.

¡Buenos días mis queridos lectores!
Todas las semanas en mi visita a los barrios encuentro distintos problemas que doy a conocer a las autoridades locales para encontrar soluciones. Al llegar a Villa Maruámake no fue la excepción, en comunidad del suroccidente de Valledupar y en medio de todas las dificultades que aquejan a este sector percibí la unión comunitaria que siempre adelanta gestiones para el beneficio de todos. Sin embargo, son muchas las necesidades que afectan a los habitantes de este barrio.

Villa Maruámake se ha convertido en uno de los barrios de Valledupar más olvidados por los gobiernos de turno. Al menos así lo aseguran algunos de sus habitantes, quienes tienen una infinidad de quejas a las que nadie les ha prestado atención.

Álvaro Caro, presidente de la Junta de Acción Comunal, recordó que los lotes enmontados son uno de los principales problemas, junto a los atracos y la alta presencia de consumidores de sustancias psicoactivas. El líder comunitario indicó que urge trabajar ante la amenaza que representan las torres eléctricas de la empresa Transelca.

Durante años, los moradores han pedido ser reubicados del sector y aunque esta acción se cumplió con algunas familias, otras dicen permanecer en riesgo al habitar debajo de las líneas de alta tensión.
“En el barrio cuando llueve uno siente corriente en las paredes, medio las tocamos y sentimos la electricidad. Transelca compró solo casas que estuvieran a 16 metros de distancia de las antenas, sin tener en cuenta que hay familias más allá de ese perímetro que también padecemos con este el problema”, dijo Zunilda Blanchar, residente del barrio.

En ese sentido también se pronunció Ledys Zapata. “Los lotes que compró Transelca están ahora abandonados y se han prestado para la proliferación de roedores y todo tipo de plagas. Además de eso, en las noches las redes producen un sonido muy fuerte generando miedo a quienes vivimos cerca de ellas; razón por la que pedimos a la administración una real y definitiva solución”.