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Don Pilo - 10 junio, 2017

Don Pilo en Campo Florido

Buenos días queridos lectores, ayer estuve en Campo Florido, una invasión ubicada en el noroccidente de Valledupar.

La comunidad de Campo Florido invadió hace cuatro años estas tierras que parece que están en un litigio familiar. Joaquín Ramírez.
La comunidad de Campo Florido invadió hace cuatro años estas tierras que parece que están en un litigio familiar. Joaquín Ramírez.

Buenos días queridos lectores, ayer estuve en Campo Florido, una invasión ubicada en el noroccidente de Valledupar.

Este sector fue invadido hace cuatro años por personas de todas las regiones de Colombia que fueron desplazadas de sus pueblos y ciudades natales por la violencia que atravesaba en ese entonces el país. Hoy en día residen más de 100 personas, en un total de 85 casas hechas algunas en barro, tablas y otras en ladrillo.

Esta comunidad está consciente que son invasores de predios privados y afirman que por eso le han propuesto a los dueños que les vendan las propiedades para poder vivir tranquilamente y con buenos servicios, pero ha sido en vano porque jamás han sido escuchados.

A pesar de presentar tantos problemas, es una población feliz, los niños juegan sanamente en las calles y las mujeres, que en su mayoría son madres cabeza de hogar, trabajan honestamente para conseguir el sustento de su hogar.

 

Don Pilo
10 junio, 2017

Don Pilo en Campo Florido

Buenos días queridos lectores, ayer estuve en Campo Florido, una invasión ubicada en el noroccidente de Valledupar.


La comunidad de Campo Florido invadió hace cuatro años estas tierras que parece que están en un litigio familiar. Joaquín Ramírez.
La comunidad de Campo Florido invadió hace cuatro años estas tierras que parece que están en un litigio familiar. Joaquín Ramírez.

Buenos días queridos lectores, ayer estuve en Campo Florido, una invasión ubicada en el noroccidente de Valledupar.

Este sector fue invadido hace cuatro años por personas de todas las regiones de Colombia que fueron desplazadas de sus pueblos y ciudades natales por la violencia que atravesaba en ese entonces el país. Hoy en día residen más de 100 personas, en un total de 85 casas hechas algunas en barro, tablas y otras en ladrillo.

Esta comunidad está consciente que son invasores de predios privados y afirman que por eso le han propuesto a los dueños que les vendan las propiedades para poder vivir tranquilamente y con buenos servicios, pero ha sido en vano porque jamás han sido escuchados.

A pesar de presentar tantos problemas, es una población feliz, los niños juegan sanamente en las calles y las mujeres, que en su mayoría son madres cabeza de hogar, trabajan honestamente para conseguir el sustento de su hogar.