Publicidad
Categorías
Categorías
Informes Especiales - 7 junio, 2017

Azúcar Buena, una despensa agrícola sin vías

Los campesinos aseguran que además del mal estado de las vías para movilizar los productos, padecen por la falta de electrificación, difícil acceso a servicios de salud y educación.

En 90 días los campesinos de la región de Azúcar Buena, en el noroccidente de Valledupar, iniciarán la recolección de la primera cosecha de café que cultivarán este año. Los productores, que en su mayoría son campesinos e indígenas, esperan recoger cerca de 550 mil kilos de café, de los cuales un gran porcentaje debe ser exportado a diferentes países del mundo.

Como un nuevo renacer, sienten estos pequeños productores la oportunidad de llevar a más de cinco países un café exquisito que se cultiva bajo procesos especiales en una tierra que fue golpeada por la violencia.

En cada una de las nueve veredas que conforman la región de Azúcar Buena: El Mamón, Cuba Putumayo, Las Estrellas, Tierras Nuevas, El Palmar, Cominos de Tamacal, Sabanitas, La Montaña y La Montañita, se cultiva gran cantidad de productos de pancoger, guineo, yuca, plátano, malanga y diversas frutas, electrificación, difícil que tiene por ser una zona enclavada en la Sierra Nevada de Santa Marta.

De los corregimientos de Valledupar, la región de Azúcar Buena ocupa el segundo puesto como productor de café, sin embargo los cerca de mil habitantes que conforman las nueve veredas hoy sufren otro flagelo: la indiferencia de las administraciones.

Una de las dificultades que más aqueja a esa zona rural, es la falta de vías terciarias. Los accesos que existen están en mal estado, son trochas intransitables, que dificultan la salida de productos agropecuarios hacia el casco urbano, ya que el costo del transporte se encarece debido a que son pocos los conductores que están dispuestos a recorrerlas.

Esa es la denuncia principal de los campesinos de Azúcar Buena, a pesar de ser beneficiados por un convenio entre la Gobernación del Cesar, la Alcaldía de Valledupar y el CDT Ganadero para el mejoramiento de las vías terciarias.

De acuerdo con el informe del secretario de Obras Publicas de Valledupar, Juan Pablo Morón Riveira, de las veredas que conforman el corregimiento de Azúcar Buena se adecuaron 23. 5 kilómetros de las vías terciarias.

“Fueron en total 23.5 kilómetros de vías terciarias intervenidas en la región de Azúcar Buena. A todas estas vías se les realizó nivelación, mejoramiento de peralte (altura de la vía) y cunetas para evacuación de aguas lluvias. Los equipos que se utilizaron fueron: buldócer, retro de oruga, pajarita, motoniveladora, vibro compactador y volteos”, afirmó el funcionario.

Además precisó que la vías fueron intervenidas así: 6 kilómetros de la vía La Mesa – El Mamón; 3,5 kilómetros de El Mamón a Los Manguitos; 6 kilómetros de El Mamón a La Montaña y finalmente 8 kilómetros de La Mesa a El Palmar.

El convenio de mejoramiento y adecuación de vías terciarias requirió una inversión de mil millones de pesos de los cuales la administración municipal aportó 500 y una cifra similar la Gobernación del Cesar, mientras que el CDT

Ganadero aportó el banco de maquinarias.
Sin embargo, los campesinos e indígenas que cultivan en esas tierras aseguran que los trabajos no se realizaron en su totalidad.

José Agustín Pacheco, miembro de la Junta de Acción Comunal de Azúcar Buena y coordinador de obras en la vereda la Montaña, manifestó a EL PILÓN que antes de la intervención era muy difícil sacar los productos ya que los camiones no querían subir por el estado de la vía.

Así mismo dio a conocer que La Montaña no estaba incluida en esas obras. Según Pacheco, los trabajos llegaban hasta Sabanita, Tierra nueva y Palmar. La vereda La Montaña no entraba en el convenio pero los líderes de la vereda Sabanita les cedieron un kilometraje porque ellos tienen placa huella.

“Cuando las máquinas llegaron yo me hice cargo, pero la comunidad no quedó conforme porque al parecer los ingenieros usaron la maquinaria para hacer otros trabajos, vendieron el material de arrastre y todas las chambas que salían en la zona ellos las hicieron y dejaron de trabajar un trayecto que ahora necesitamos a gritos. Hay molestia por nosotros alimentábamos a los operarios, y se gastaron el tiempo y el combustible en otros trabajos y no en los del convenio. Del mamón a Montañita solo intervinieron por partes”, manifestó el líder comunitario.

Los habitantes de esa población se han sentido durante años abandonados por el Gobierno y aseguran que las recientes intervenciones viales quedarán incompletas.

“Ahora han podido subir los carros por que hace unos días no llueve tan fuerte, pero cuando viene el invierno no podemos pasar, quedamos bloqueados. Lo que faltó por intervenir son tramos que deben arreglarse con piedra. Y los que estamos de la Montaña hacia arriba somos los más perjudicados”, destacó.

Por su parte, Rolando Torres Brito, secretario de la Junta de Acción Comunal, dijo: “ahí no termina el problema de nosotros, de ahí para arriba hay muchas vías y muchos kilómetros en peor estado del que arreglaron. Nos han solucionado a medias”.

Torres Brito se refiere a que el tramo comprendido entre la Montaña y La Estrella, que son las veredas que más producen alimentos.

También aseguró que la falta de electrificación, la falta de puestos de salud y el deficiente acceso a la educación, son otros de sus calvarios.

Las peripecias para comercializar los productos

Los camiones que se encargan de sacar los alimentos cultivados en esta zona de la Sierra Nevada, suben hasta La Montaña los días lunes, miércoles y sábado; son los encargados de comprar los productos agrícolas a los campesinos y luego llevarlos al mercado de Valledupar.

“Cuando necesitamos algunos productos de la ciudad, le hacemos una lista a los compradores, ellos nos traen las compras con una factura y se llevan los productos del campo por el mismo valor”. Así explicó José Agustín Pacheco, el trueque que también se mueve en la economía de la zona.

Luis Ángel Usuga es uno de los compradores que tres veces por semana suben a esta población para sacar los productos de los campesinos. “Ellos nos traen sus productos y se le compran, y en muchas ocasiones nos encargan algunas cositas como arroz y carne que le traemos de Valledupar y así hacemos el intercambio”, expresó.

Usuga lleva más de 10 años en esta labor, por lo que pide a los gobernantes que inviertan en obras que mejoren las condiciones del pueblo campesino.

Esta población que está conformada por 80 familias víctimas de la violencia, “pero hoy día convivimos como una familia entre indígenas y campesinos”, manifestó Evelio López Arias presidente de la Junta de Acción Comunal de La Montaña.

Escuelas sin servicios

Un salón de aproximadamente seis metros de largo por tres de ancho, sirve como escuela para los 32 niños en edad escolar que habitan en La Montaña. Los estudiantes de primero a quinto de primaria estudian en el mismo lugar con una profesora que les enseña a todos en el mismo lugar. No tienen abanicos, ni agua y mucho menos baterías sanitarias.

La escuela de La Montaña cuenta con una dotación de diez computadores, pero a las autoridades se les olvidó instalarles el servicio de energía, por lo que nunca han funcionado. Caso no muy alejado al de la escuela de El Mamón que le construyeron dos baterías sanitarias y una alberca para almacenar el agua, pero nunca le instalaron el preciado líquido.

Para Rolando Torres esta es una de las problemáticas que más les aqueja. A los campesinos les parece increíble que a menos de 30 kilómetros del casco urbano de Valledupar existan necesidades de educación tan graves.
“Yo siempre he dicho que el tema de la Sierra Nevada es importante para el mundo, pero para nuestros mandatarios no, a pesar de estar ubicados en el patio de Valledupar. Pero aquí todos los servicios son para la ciudad y los indígenas y campesinos que vivimos aquí, estamos en total abandono”, denunció.

Son cerca de 1000 habitantes perjudicados de las Veredas Sabanita, Tierra Nueva, La Montaña, Las Estrellas El Palmar, Nuevo Mundo, pues aunque cada una de esas veredas tienen colegios no hay docentes y los estudiantes no hacen parte del programa de alimentación escolar, ya que por no contar con electrificación no es posible conservar mayores alimentos.

Café orgánico de exportación

Hace cuatro años nació la Asociación de Pequeños Productores de Café Orgánico de la Sierra Nevada, Asoprosin, integrada por 32 socios, productores de café de la región de Azúcar Buena y otras veredas.

Luego de cuatro años y gracias a un proceso productivo especial Asoprosin fue certificada por la BCS, para exportar café orgánico a nivel nacional y Estados Unidos, Europa y Japón. De esa manera en febrero exportaron su primera producción de cien mil kilos de café orgánico producido en las veredas de La Montaña y Tierra Nueva, sin contar con las producidas en Manaure, San José de Oriente y Pueblo Bello.

Pero el mal estado de las vías tiene angustiados a esos pequeños productores que han luchado durante cuatro años, con la ayuda de muchas personas pero sin el amparo del Gobierno.

“Nos urge el arreglo en la vía porque nos da miedo que por el mal estado de esa vía perdamos el proyecto que nos permite exportar el café que producimos en esta región para el resto del mundo”, manifestó Evelio López Arias.
Tierra de paz

Las huellas de la cruda violencia aún se reflejan en los rostros escurridizos de los campesinos, quienes recuerdan que fueron más de 200 asesinados, más de 800 desplazados que tuvieron que abandonar sus tierras y muchos desaparecidos. Sin embargo, según el presidente de la Junta de Acción Comunal de La Montaña, la región de Azúcar Buena ya no sufre por el flagelo de la inseguridad, los habitantes aseguran que están viviendo un tiempo de paz y tranquilidad en toda la región.

“Aquí reina la paz y la tranquilidad, este es el mejor momento y estamos dispuestos a trabajar para que el campo de Valledupar vuelva a surgir de las tinieblas que dejó la violencia que nos dejó sumergidos por un largo tiempo en el miedo, tristeza, dolor y muertes”, contó Evelio López.

En la zona hay otro ambiente entre los campesinos. “Desde 2008 empezamos retornar, pero es difícil antes de que la violencia nos desplazara y se apoderara de nuestro territorio, recogíamos hasta 3.000 latas de café y ahora solo podemos recoger 500 latas, así estamos en todas las fincas. Necesitamos un empujón de la administración”, agregó, al tiempo que aseguró que con unas buenas vías y una buena educación esta será una tierra que ofrecerá mejores oportunidades y calidad de vida.

Trabajando por los campesinos

Los campesinos de Azúcar Buena acompañados por miembros de la Asociación de Líderes Sociales del Cesar ‘Cambiemos’, se reunieron ayer con un asesor de la Alcaldía Municipal y con el secretario de Obras Publicas Juan Pablo Morón.

Alvaro Tavera, líder de la asociación, manifestó a los funcionarios la necesidad de la formulación de planes y programas para la implementación de políticas públicas que permitan la dignificación de las personas que trabajan en el campo.

“Cada uno de las personas que producen y buscan su propio sustento y el nuestro, sueñan con el apoyo el apoyo institucional para poder mejorar sus condiciones de vida, brindarle una mejor educación a sus hijos”, manifestó.

Durante el encuentro los campesinos expusieron la problemática, en busca de una solución, por lo que el secretario de Obras Públicas se comprometió a subir a Azúcar Buena para verificar las quejas sobre la vía, la escuela y un puesto de salud que no funciona desde que grupos al margen de la ley le quitaron la vida a la única enfermera que tenía esa región.

 

Informes Especiales
7 junio, 2017

Azúcar Buena, una despensa agrícola sin vías

Los campesinos aseguran que además del mal estado de las vías para movilizar los productos, padecen por la falta de electrificación, difícil acceso a servicios de salud y educación.


En 90 días los campesinos de la región de Azúcar Buena, en el noroccidente de Valledupar, iniciarán la recolección de la primera cosecha de café que cultivarán este año. Los productores, que en su mayoría son campesinos e indígenas, esperan recoger cerca de 550 mil kilos de café, de los cuales un gran porcentaje debe ser exportado a diferentes países del mundo.

Como un nuevo renacer, sienten estos pequeños productores la oportunidad de llevar a más de cinco países un café exquisito que se cultiva bajo procesos especiales en una tierra que fue golpeada por la violencia.

En cada una de las nueve veredas que conforman la región de Azúcar Buena: El Mamón, Cuba Putumayo, Las Estrellas, Tierras Nuevas, El Palmar, Cominos de Tamacal, Sabanitas, La Montaña y La Montañita, se cultiva gran cantidad de productos de pancoger, guineo, yuca, plátano, malanga y diversas frutas, electrificación, difícil que tiene por ser una zona enclavada en la Sierra Nevada de Santa Marta.

De los corregimientos de Valledupar, la región de Azúcar Buena ocupa el segundo puesto como productor de café, sin embargo los cerca de mil habitantes que conforman las nueve veredas hoy sufren otro flagelo: la indiferencia de las administraciones.

Una de las dificultades que más aqueja a esa zona rural, es la falta de vías terciarias. Los accesos que existen están en mal estado, son trochas intransitables, que dificultan la salida de productos agropecuarios hacia el casco urbano, ya que el costo del transporte se encarece debido a que son pocos los conductores que están dispuestos a recorrerlas.

Esa es la denuncia principal de los campesinos de Azúcar Buena, a pesar de ser beneficiados por un convenio entre la Gobernación del Cesar, la Alcaldía de Valledupar y el CDT Ganadero para el mejoramiento de las vías terciarias.

De acuerdo con el informe del secretario de Obras Publicas de Valledupar, Juan Pablo Morón Riveira, de las veredas que conforman el corregimiento de Azúcar Buena se adecuaron 23. 5 kilómetros de las vías terciarias.

“Fueron en total 23.5 kilómetros de vías terciarias intervenidas en la región de Azúcar Buena. A todas estas vías se les realizó nivelación, mejoramiento de peralte (altura de la vía) y cunetas para evacuación de aguas lluvias. Los equipos que se utilizaron fueron: buldócer, retro de oruga, pajarita, motoniveladora, vibro compactador y volteos”, afirmó el funcionario.

Además precisó que la vías fueron intervenidas así: 6 kilómetros de la vía La Mesa – El Mamón; 3,5 kilómetros de El Mamón a Los Manguitos; 6 kilómetros de El Mamón a La Montaña y finalmente 8 kilómetros de La Mesa a El Palmar.

El convenio de mejoramiento y adecuación de vías terciarias requirió una inversión de mil millones de pesos de los cuales la administración municipal aportó 500 y una cifra similar la Gobernación del Cesar, mientras que el CDT

Ganadero aportó el banco de maquinarias.
Sin embargo, los campesinos e indígenas que cultivan en esas tierras aseguran que los trabajos no se realizaron en su totalidad.

José Agustín Pacheco, miembro de la Junta de Acción Comunal de Azúcar Buena y coordinador de obras en la vereda la Montaña, manifestó a EL PILÓN que antes de la intervención era muy difícil sacar los productos ya que los camiones no querían subir por el estado de la vía.

Así mismo dio a conocer que La Montaña no estaba incluida en esas obras. Según Pacheco, los trabajos llegaban hasta Sabanita, Tierra nueva y Palmar. La vereda La Montaña no entraba en el convenio pero los líderes de la vereda Sabanita les cedieron un kilometraje porque ellos tienen placa huella.

“Cuando las máquinas llegaron yo me hice cargo, pero la comunidad no quedó conforme porque al parecer los ingenieros usaron la maquinaria para hacer otros trabajos, vendieron el material de arrastre y todas las chambas que salían en la zona ellos las hicieron y dejaron de trabajar un trayecto que ahora necesitamos a gritos. Hay molestia por nosotros alimentábamos a los operarios, y se gastaron el tiempo y el combustible en otros trabajos y no en los del convenio. Del mamón a Montañita solo intervinieron por partes”, manifestó el líder comunitario.

Los habitantes de esa población se han sentido durante años abandonados por el Gobierno y aseguran que las recientes intervenciones viales quedarán incompletas.

“Ahora han podido subir los carros por que hace unos días no llueve tan fuerte, pero cuando viene el invierno no podemos pasar, quedamos bloqueados. Lo que faltó por intervenir son tramos que deben arreglarse con piedra. Y los que estamos de la Montaña hacia arriba somos los más perjudicados”, destacó.

Por su parte, Rolando Torres Brito, secretario de la Junta de Acción Comunal, dijo: “ahí no termina el problema de nosotros, de ahí para arriba hay muchas vías y muchos kilómetros en peor estado del que arreglaron. Nos han solucionado a medias”.

Torres Brito se refiere a que el tramo comprendido entre la Montaña y La Estrella, que son las veredas que más producen alimentos.

También aseguró que la falta de electrificación, la falta de puestos de salud y el deficiente acceso a la educación, son otros de sus calvarios.

Las peripecias para comercializar los productos

Los camiones que se encargan de sacar los alimentos cultivados en esta zona de la Sierra Nevada, suben hasta La Montaña los días lunes, miércoles y sábado; son los encargados de comprar los productos agrícolas a los campesinos y luego llevarlos al mercado de Valledupar.

“Cuando necesitamos algunos productos de la ciudad, le hacemos una lista a los compradores, ellos nos traen las compras con una factura y se llevan los productos del campo por el mismo valor”. Así explicó José Agustín Pacheco, el trueque que también se mueve en la economía de la zona.

Luis Ángel Usuga es uno de los compradores que tres veces por semana suben a esta población para sacar los productos de los campesinos. “Ellos nos traen sus productos y se le compran, y en muchas ocasiones nos encargan algunas cositas como arroz y carne que le traemos de Valledupar y así hacemos el intercambio”, expresó.

Usuga lleva más de 10 años en esta labor, por lo que pide a los gobernantes que inviertan en obras que mejoren las condiciones del pueblo campesino.

Esta población que está conformada por 80 familias víctimas de la violencia, “pero hoy día convivimos como una familia entre indígenas y campesinos”, manifestó Evelio López Arias presidente de la Junta de Acción Comunal de La Montaña.

Escuelas sin servicios

Un salón de aproximadamente seis metros de largo por tres de ancho, sirve como escuela para los 32 niños en edad escolar que habitan en La Montaña. Los estudiantes de primero a quinto de primaria estudian en el mismo lugar con una profesora que les enseña a todos en el mismo lugar. No tienen abanicos, ni agua y mucho menos baterías sanitarias.

La escuela de La Montaña cuenta con una dotación de diez computadores, pero a las autoridades se les olvidó instalarles el servicio de energía, por lo que nunca han funcionado. Caso no muy alejado al de la escuela de El Mamón que le construyeron dos baterías sanitarias y una alberca para almacenar el agua, pero nunca le instalaron el preciado líquido.

Para Rolando Torres esta es una de las problemáticas que más les aqueja. A los campesinos les parece increíble que a menos de 30 kilómetros del casco urbano de Valledupar existan necesidades de educación tan graves.
“Yo siempre he dicho que el tema de la Sierra Nevada es importante para el mundo, pero para nuestros mandatarios no, a pesar de estar ubicados en el patio de Valledupar. Pero aquí todos los servicios son para la ciudad y los indígenas y campesinos que vivimos aquí, estamos en total abandono”, denunció.

Son cerca de 1000 habitantes perjudicados de las Veredas Sabanita, Tierra Nueva, La Montaña, Las Estrellas El Palmar, Nuevo Mundo, pues aunque cada una de esas veredas tienen colegios no hay docentes y los estudiantes no hacen parte del programa de alimentación escolar, ya que por no contar con electrificación no es posible conservar mayores alimentos.

Café orgánico de exportación

Hace cuatro años nació la Asociación de Pequeños Productores de Café Orgánico de la Sierra Nevada, Asoprosin, integrada por 32 socios, productores de café de la región de Azúcar Buena y otras veredas.

Luego de cuatro años y gracias a un proceso productivo especial Asoprosin fue certificada por la BCS, para exportar café orgánico a nivel nacional y Estados Unidos, Europa y Japón. De esa manera en febrero exportaron su primera producción de cien mil kilos de café orgánico producido en las veredas de La Montaña y Tierra Nueva, sin contar con las producidas en Manaure, San José de Oriente y Pueblo Bello.

Pero el mal estado de las vías tiene angustiados a esos pequeños productores que han luchado durante cuatro años, con la ayuda de muchas personas pero sin el amparo del Gobierno.

“Nos urge el arreglo en la vía porque nos da miedo que por el mal estado de esa vía perdamos el proyecto que nos permite exportar el café que producimos en esta región para el resto del mundo”, manifestó Evelio López Arias.
Tierra de paz

Las huellas de la cruda violencia aún se reflejan en los rostros escurridizos de los campesinos, quienes recuerdan que fueron más de 200 asesinados, más de 800 desplazados que tuvieron que abandonar sus tierras y muchos desaparecidos. Sin embargo, según el presidente de la Junta de Acción Comunal de La Montaña, la región de Azúcar Buena ya no sufre por el flagelo de la inseguridad, los habitantes aseguran que están viviendo un tiempo de paz y tranquilidad en toda la región.

“Aquí reina la paz y la tranquilidad, este es el mejor momento y estamos dispuestos a trabajar para que el campo de Valledupar vuelva a surgir de las tinieblas que dejó la violencia que nos dejó sumergidos por un largo tiempo en el miedo, tristeza, dolor y muertes”, contó Evelio López.

En la zona hay otro ambiente entre los campesinos. “Desde 2008 empezamos retornar, pero es difícil antes de que la violencia nos desplazara y se apoderara de nuestro territorio, recogíamos hasta 3.000 latas de café y ahora solo podemos recoger 500 latas, así estamos en todas las fincas. Necesitamos un empujón de la administración”, agregó, al tiempo que aseguró que con unas buenas vías y una buena educación esta será una tierra que ofrecerá mejores oportunidades y calidad de vida.

Trabajando por los campesinos

Los campesinos de Azúcar Buena acompañados por miembros de la Asociación de Líderes Sociales del Cesar ‘Cambiemos’, se reunieron ayer con un asesor de la Alcaldía Municipal y con el secretario de Obras Publicas Juan Pablo Morón.

Alvaro Tavera, líder de la asociación, manifestó a los funcionarios la necesidad de la formulación de planes y programas para la implementación de políticas públicas que permitan la dignificación de las personas que trabajan en el campo.

“Cada uno de las personas que producen y buscan su propio sustento y el nuestro, sueñan con el apoyo el apoyo institucional para poder mejorar sus condiciones de vida, brindarle una mejor educación a sus hijos”, manifestó.

Durante el encuentro los campesinos expusieron la problemática, en busca de una solución, por lo que el secretario de Obras Públicas se comprometió a subir a Azúcar Buena para verificar las quejas sobre la vía, la escuela y un puesto de salud que no funciona desde que grupos al margen de la ley le quitaron la vida a la única enfermera que tenía esa región.