ENTRE OTRAS COSAS…. Por: Dario Arregoces El mundial es sin lugar a dudas el tema de moda, es el deporte que concita la atención de la mayoría de quienes comparten la pasión del gol, pues permite que pueblos de diferentes culturas interactúen en un juego y estrechen sus lazos de amistad. El diccionario de la […]
ENTRE OTRAS COSAS….
Por: Dario Arregoces
El mundial es sin lugar a dudas el tema de moda, es el deporte que concita la atención de la mayoría de quienes comparten la pasión del gol, pues permite que pueblos de diferentes culturas interactúen en un juego y estrechen sus lazos de amistad.
El diccionario de la Real Academia Española define el fútbol o futbol como el juego entre dos equipos de once jugadores cada uno, cuya finalidad es hacer entrar un balón por una portería conforme a reglas determinadas, de las que la más importante es que el balón no puede ser tocado con las manos ni con los brazos.
Es claro, pues, que es un juego que tiene unas reglas predeterminadas y es la terna arbitral la que imparte justicia dentro del terreno de juego. Tarea difícil si se tiene en cuenta que en la cancha hay 22 jugadores, que en muchas ocasiones tapan la visual del árbitro central, en el momento de producirse una falta dentro de las dieciocho, entonces le caemos con todo a este cristiano, porque no “pitó” el penalti que todo el estadio vio. Otro aspecto que hace compleja la labor arbitral es el factor tiempo, pues el árbitro tiene un par de segundos para interpretar la jugada y emitir un fallo, el cual no siempre es acertado. Pero volviendo a la citada definición, se expresa que el balón no puede ser tocado con las manos ni con los brazos y que la idea es anotar el gol, que es cuando el esférico traspasa la meta. Pues bien todavía se recuerda en el mundial México/86, el juego de Argentina e Inglaterra, donde Maradona hábilmente anotó un gol con la mano simulando haberlo hecho con la cabeza. Episodio que fue bautizado por la parcial gaucha como “La mano de Dios”. La protesta de los ingleses no evitó que el gol fuera convalidado por el árbitro del juego. Y más recientemente, pues ocurrió en este mundial, en el juego entre Inglaterra y Alemania, se dejó de sancionar un legítimo gol de los ingleses, que pudo cambiar la historia del partido. Posteriormente en el choque entre Argentina y México se convalida la anotación de Carlos Tévez, a pesar de encontrarse en claro fuera de lugar. Son claros ejemplos, en una cadena que puede llegar a ser interminable, de yerros arbitrales, cuyas consecuencias dieron al traste con las aspiraciones de clasificación de los citados equipos y de poco o nada sirvió las excusas ofrecidas por el presidente de la FIFA Joseph Blatter.
Es hora ya de buscar soluciones, pues los árbitros son seres de carne y hueso y su condición humana los hace falibles, así tengan experiencia, una óptima preparación técnica y la mejor buena voluntad.
La FIFA debe pensar en implementar la ayuda tecnológica, que sirva de apoyo al juez central y permita el menor número de equívocos en la conducción del juego, sobre todo en aquellas jugadas decisivas, que ofrezcan dudas. Con todo, esta propuesta, que no es nada novedosa, tiene sus enemigos, pues se arguye que es una forma de deshumanizar el juego, pues el error involuntario es parte del mismo. El debate está abierto. ¿Usted amigo(a) lector(a), qué opina?.
[email protected]
ENTRE OTRAS COSAS…. Por: Dario Arregoces El mundial es sin lugar a dudas el tema de moda, es el deporte que concita la atención de la mayoría de quienes comparten la pasión del gol, pues permite que pueblos de diferentes culturas interactúen en un juego y estrechen sus lazos de amistad. El diccionario de la […]
ENTRE OTRAS COSAS….
Por: Dario Arregoces
El mundial es sin lugar a dudas el tema de moda, es el deporte que concita la atención de la mayoría de quienes comparten la pasión del gol, pues permite que pueblos de diferentes culturas interactúen en un juego y estrechen sus lazos de amistad.
El diccionario de la Real Academia Española define el fútbol o futbol como el juego entre dos equipos de once jugadores cada uno, cuya finalidad es hacer entrar un balón por una portería conforme a reglas determinadas, de las que la más importante es que el balón no puede ser tocado con las manos ni con los brazos.
Es claro, pues, que es un juego que tiene unas reglas predeterminadas y es la terna arbitral la que imparte justicia dentro del terreno de juego. Tarea difícil si se tiene en cuenta que en la cancha hay 22 jugadores, que en muchas ocasiones tapan la visual del árbitro central, en el momento de producirse una falta dentro de las dieciocho, entonces le caemos con todo a este cristiano, porque no “pitó” el penalti que todo el estadio vio. Otro aspecto que hace compleja la labor arbitral es el factor tiempo, pues el árbitro tiene un par de segundos para interpretar la jugada y emitir un fallo, el cual no siempre es acertado. Pero volviendo a la citada definición, se expresa que el balón no puede ser tocado con las manos ni con los brazos y que la idea es anotar el gol, que es cuando el esférico traspasa la meta. Pues bien todavía se recuerda en el mundial México/86, el juego de Argentina e Inglaterra, donde Maradona hábilmente anotó un gol con la mano simulando haberlo hecho con la cabeza. Episodio que fue bautizado por la parcial gaucha como “La mano de Dios”. La protesta de los ingleses no evitó que el gol fuera convalidado por el árbitro del juego. Y más recientemente, pues ocurrió en este mundial, en el juego entre Inglaterra y Alemania, se dejó de sancionar un legítimo gol de los ingleses, que pudo cambiar la historia del partido. Posteriormente en el choque entre Argentina y México se convalida la anotación de Carlos Tévez, a pesar de encontrarse en claro fuera de lugar. Son claros ejemplos, en una cadena que puede llegar a ser interminable, de yerros arbitrales, cuyas consecuencias dieron al traste con las aspiraciones de clasificación de los citados equipos y de poco o nada sirvió las excusas ofrecidas por el presidente de la FIFA Joseph Blatter.
Es hora ya de buscar soluciones, pues los árbitros son seres de carne y hueso y su condición humana los hace falibles, así tengan experiencia, una óptima preparación técnica y la mejor buena voluntad.
La FIFA debe pensar en implementar la ayuda tecnológica, que sirva de apoyo al juez central y permita el menor número de equívocos en la conducción del juego, sobre todo en aquellas jugadas decisivas, que ofrezcan dudas. Con todo, esta propuesta, que no es nada novedosa, tiene sus enemigos, pues se arguye que es una forma de deshumanizar el juego, pues el error involuntario es parte del mismo. El debate está abierto. ¿Usted amigo(a) lector(a), qué opina?.
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