La ola de hurtos que se vive en este sector de la ciudad afecta a las personas que tienen sus negocios que deben cerrarlo antes de la hora indicada.
Miedo e intranquilidad es lo que invade a los comerciantes del barrio Dangond ante los frecuentes hurtos a los que se ven expuestos por delincuentes que merodean este sector de Valledupar.
Tenderos, vendedores de comida, administradores de Cafés Internet y misceláneas, coinciden en afirmar que desde que los ladrones ‘golpean’ el municipio, han tenido que reforzar su seguridad y cerrar más temprano de lo acostumbrado para evitar ser una víctima más. Ellos ahora desconfían en gran medida de grupos de hombres que transitan en motocicletas, puesto que son los que suelen cometer los atracos.
Johnny Tigreres, quien reparte leche y derivados de este alimento en la ciudad, aseguró que van ocho veces en que lo han atracado en el Dangond, despojándolo de dinero y de parte de sus productos. “Los ladrones tienen azotado esta zona. Uno se expone constantemente, pero hay que seguir trabajando porque hay que velar por las necesidades del hogar. Hace un mes, hombres armados que se movilizaban en tres motos me abordaron, ¿Qué más podía hacer si no entregarle lo que me pedían? Ahora vivo más escamoso que antes”.
Por su parte, el tendero Alfonso Monsalve, dijo que cada día se intensifica más la inseguridad en el barrio Dangond sin que las autoridades policivas tomen medidas radicales para controlarlo. “Dos veces he visto atracar al frente de la tienda, donde motorizados raponaron bolsos y celulares, y en una ocasión se metieron al negocio y me quitaron el producido del día”, aseveró. A raíz de esos incidentes cierra la reja del negocio a las 8:00 de la noche y deja de atender a las 9:30.
Julio Díaz, quien atiende un Café Internet, expresó que “de un momento a otro se dispararon los hurtos y el vandalismo, y lo que es más triste es que la Policía no actúa como es debido, puesto que se aparece a la media o una hora después del suceso y no se les ve haciendo rondas por el barrio”.
Entre las medidas que toma para evitar ser atracado, está instalar cámaras de seguridad y tener el establecimiento enrejado.
La vendedora de comidas Mercedes Manjarres, manifestó que debido a la inseguridad que impera en el sector, las personas que habitan allí se abstienen de salir a ciertas horas (de 6:00 a 7:30 de la mañana, de 12:00 del día a 1:30 de la tarde y de 9:30 a 10:30 de la noche) donde las calles se convierten en especie de un ‘pueblo fantasma’, por lo que las ventas han bajado considerablemente.
“Antes este barrio era uno de los mejores de Valledupar, ahora no podemos salir tranquilos por miedo a ser atracados; roban de día y de noche. Lo que hemos optado es trabajar menos tiempo para refugiarse en las casas temprano”, acotó.
Mayra Martínez, vendedora de fritos, declaró que ante los múltiples robos le toca vender sus productos sólo por las mañanas y que aunque la clientela le pide que lo haga por las noches se abstiene por miedo a ser atracada. “Procuro estar en mi casa a las 9:00 de la noche, porque los ladrones aprovechan la soledad para hacer sus fechorías”, subrayó.
El tendero Iván Salazar indicó que desde que se incrementaron los robos en la zona, cierra más temprano. Antes lo hacía a las 10:30 de la noche, ahora lo hace una hora y media antes.
Entre tanto, la vendedora de minutos Melissa Arias, explicó que aunque no se ha visto afectada con los hurtos, vive con miedo de que en alguna ocasión le ocurra lo mismo que algunos de sus vecinos, por lo que vive alerta de desconocidos y motociclistas.
La comerciante Yeinis Teherán, administradora de una miscelánea, dijo que procuran abrir a una hora donde haya gente por las calles y cerrar temprano para no darle oportunidad a dueños de lo ajeno.
ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
[email protected]
La ola de hurtos que se vive en este sector de la ciudad afecta a las personas que tienen sus negocios que deben cerrarlo antes de la hora indicada.
Miedo e intranquilidad es lo que invade a los comerciantes del barrio Dangond ante los frecuentes hurtos a los que se ven expuestos por delincuentes que merodean este sector de Valledupar.
Tenderos, vendedores de comida, administradores de Cafés Internet y misceláneas, coinciden en afirmar que desde que los ladrones ‘golpean’ el municipio, han tenido que reforzar su seguridad y cerrar más temprano de lo acostumbrado para evitar ser una víctima más. Ellos ahora desconfían en gran medida de grupos de hombres que transitan en motocicletas, puesto que son los que suelen cometer los atracos.
Johnny Tigreres, quien reparte leche y derivados de este alimento en la ciudad, aseguró que van ocho veces en que lo han atracado en el Dangond, despojándolo de dinero y de parte de sus productos. “Los ladrones tienen azotado esta zona. Uno se expone constantemente, pero hay que seguir trabajando porque hay que velar por las necesidades del hogar. Hace un mes, hombres armados que se movilizaban en tres motos me abordaron, ¿Qué más podía hacer si no entregarle lo que me pedían? Ahora vivo más escamoso que antes”.
Por su parte, el tendero Alfonso Monsalve, dijo que cada día se intensifica más la inseguridad en el barrio Dangond sin que las autoridades policivas tomen medidas radicales para controlarlo. “Dos veces he visto atracar al frente de la tienda, donde motorizados raponaron bolsos y celulares, y en una ocasión se metieron al negocio y me quitaron el producido del día”, aseveró. A raíz de esos incidentes cierra la reja del negocio a las 8:00 de la noche y deja de atender a las 9:30.
Julio Díaz, quien atiende un Café Internet, expresó que “de un momento a otro se dispararon los hurtos y el vandalismo, y lo que es más triste es que la Policía no actúa como es debido, puesto que se aparece a la media o una hora después del suceso y no se les ve haciendo rondas por el barrio”.
Entre las medidas que toma para evitar ser atracado, está instalar cámaras de seguridad y tener el establecimiento enrejado.
La vendedora de comidas Mercedes Manjarres, manifestó que debido a la inseguridad que impera en el sector, las personas que habitan allí se abstienen de salir a ciertas horas (de 6:00 a 7:30 de la mañana, de 12:00 del día a 1:30 de la tarde y de 9:30 a 10:30 de la noche) donde las calles se convierten en especie de un ‘pueblo fantasma’, por lo que las ventas han bajado considerablemente.
“Antes este barrio era uno de los mejores de Valledupar, ahora no podemos salir tranquilos por miedo a ser atracados; roban de día y de noche. Lo que hemos optado es trabajar menos tiempo para refugiarse en las casas temprano”, acotó.
Mayra Martínez, vendedora de fritos, declaró que ante los múltiples robos le toca vender sus productos sólo por las mañanas y que aunque la clientela le pide que lo haga por las noches se abstiene por miedo a ser atracada. “Procuro estar en mi casa a las 9:00 de la noche, porque los ladrones aprovechan la soledad para hacer sus fechorías”, subrayó.
El tendero Iván Salazar indicó que desde que se incrementaron los robos en la zona, cierra más temprano. Antes lo hacía a las 10:30 de la noche, ahora lo hace una hora y media antes.
Entre tanto, la vendedora de minutos Melissa Arias, explicó que aunque no se ha visto afectada con los hurtos, vive con miedo de que en alguna ocasión le ocurra lo mismo que algunos de sus vecinos, por lo que vive alerta de desconocidos y motociclistas.
La comerciante Yeinis Teherán, administradora de una miscelánea, dijo que procuran abrir a una hora donde haya gente por las calles y cerrar temprano para no darle oportunidad a dueños de lo ajeno.
ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
[email protected]