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Columnista - 19 agosto, 2016

Yo soy católico

Yo soy católico y practico las obras de misericordia dando de beber al sediento y de comer al hambriento, visito los enfermos y soy solidario con el dolor de familiares y amigos, voy a misa pero no soy misero empedernido, hablo con Dios, Él y yo solos y le pido ayuda para resolver nuestros problemas, […]

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Yo soy católico y practico las obras de misericordia dando de beber al sediento y de comer al hambriento, visito los enfermos y soy solidario con el dolor de familiares y amigos, voy a misa pero no soy misero empedernido, hablo con Dios, Él y yo solos y le pido ayuda para resolver nuestros problemas, le ruego que el mundo funcione mejor, que haya más equidad y que los colombianos nos abracemos y se acabe esta guerra fratricida que hemos mantenido; le pido por la salud de los niños, especialmente mis nietos y todos los nietos del mundo. No me complace de un solo, sino que a diario me abre puertecitas y ventanas y poco a poco se van solucionando las cosas.

Le pido mucho a Dios que ayude a los gobernantes de Colombia, especialmente a nuestro gobernador Franco Ovalle para que sortee los problemas heredados y consiga en compañía de los señores parlamentarios los recursos para terminar ese rosario de obras inconclusas regadas en todo el departamento, como la vía a Pueblo Bello, la Avenida Simón Bolívar, la Universidad Nacional, el Parque de la Gobernación o Parque de la Fantasía le llamó yo, el Estadio, los Hospitales de Aguachica y Chiriguaná en donde se han invertido inmensas cantidades de dinero y no ha sido posible su terminación. ¿Por culpa de quién? Según un famoso ingeniero muy amigo, versado en contratación e interventorías, por culpa del contratante, es decir, el Departamento a través de la Secretaría de Infraestructura. La última palabra la tendrá la Contraloría General de la República, que al final determinará que es lo que ha pasado para que esas obras que debían haber sido terminadas hace mucho rato estén dando de que hablar. Doctor Maya, los cesarenses esperan que se determinen responsabilidades y se castigue a los responsables y si no ha pasado nada se absuelva a todo el mundo.

Practicando esas obras de misericordia, fui a Barranquilla a visitar unos familiares enfermos y darle un abrazo de solidaridad a un apreciado amigo con su familia: en La Clínica Iberoamericana vi a mi primo ‘Toño’ Maya intervenido quirúrgicamente en una operación que tenía pendiente hace más de 40 años, está bien y sin la nariz tapada y en La Clina Renal de La Costa visité a mi primo hermano Altímidez López, que nadie sabe quien es, pues todo el mundo lo conoce como ‘El Chijongo’, lo vi optimista y espero que se restablezca rápidamente acompañado siempre por sus amorosas hijas, ‘La Tama’ y Zeyda, y por último acudí al sepelio de la señora Carmen Vargas de Cure para darle un abrazo de solidaridad a su hijo, el distinguido médico radiólogo Jimmy Cure, su señora Cielo Chams y demás familiares. Estas prácticas me satisfacen y vigorizan mi espíritu.

Que sabroso es ir a Barranquilla y ser atendido por Edmond Slemman y su señora Wade Chams, mis consuegros, almorzar una suculenta punta gorda, con todos los aderezos de la comida árabe en el restaurante El Zahle, desayunar con pastelitos de espinaca, pollo o carne y ricos y crujientes quibbes, donde Baelule, y departir con amigos ya conocidos como Benjamín Chalela, Raif y Ramez Jibara un sabroso y aromático café. Estos turcos son maravillosos, pero cuando hablan en su lengua y se ríen, son peligrosos.

Columnista
19 agosto, 2016

Yo soy católico

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Yo soy católico y practico las obras de misericordia dando de beber al sediento y de comer al hambriento, visito los enfermos y soy solidario con el dolor de familiares y amigos, voy a misa pero no soy misero empedernido, hablo con Dios, Él y yo solos y le pido ayuda para resolver nuestros problemas, […]


Yo soy católico y practico las obras de misericordia dando de beber al sediento y de comer al hambriento, visito los enfermos y soy solidario con el dolor de familiares y amigos, voy a misa pero no soy misero empedernido, hablo con Dios, Él y yo solos y le pido ayuda para resolver nuestros problemas, le ruego que el mundo funcione mejor, que haya más equidad y que los colombianos nos abracemos y se acabe esta guerra fratricida que hemos mantenido; le pido por la salud de los niños, especialmente mis nietos y todos los nietos del mundo. No me complace de un solo, sino que a diario me abre puertecitas y ventanas y poco a poco se van solucionando las cosas.

Le pido mucho a Dios que ayude a los gobernantes de Colombia, especialmente a nuestro gobernador Franco Ovalle para que sortee los problemas heredados y consiga en compañía de los señores parlamentarios los recursos para terminar ese rosario de obras inconclusas regadas en todo el departamento, como la vía a Pueblo Bello, la Avenida Simón Bolívar, la Universidad Nacional, el Parque de la Gobernación o Parque de la Fantasía le llamó yo, el Estadio, los Hospitales de Aguachica y Chiriguaná en donde se han invertido inmensas cantidades de dinero y no ha sido posible su terminación. ¿Por culpa de quién? Según un famoso ingeniero muy amigo, versado en contratación e interventorías, por culpa del contratante, es decir, el Departamento a través de la Secretaría de Infraestructura. La última palabra la tendrá la Contraloría General de la República, que al final determinará que es lo que ha pasado para que esas obras que debían haber sido terminadas hace mucho rato estén dando de que hablar. Doctor Maya, los cesarenses esperan que se determinen responsabilidades y se castigue a los responsables y si no ha pasado nada se absuelva a todo el mundo.

Practicando esas obras de misericordia, fui a Barranquilla a visitar unos familiares enfermos y darle un abrazo de solidaridad a un apreciado amigo con su familia: en La Clínica Iberoamericana vi a mi primo ‘Toño’ Maya intervenido quirúrgicamente en una operación que tenía pendiente hace más de 40 años, está bien y sin la nariz tapada y en La Clina Renal de La Costa visité a mi primo hermano Altímidez López, que nadie sabe quien es, pues todo el mundo lo conoce como ‘El Chijongo’, lo vi optimista y espero que se restablezca rápidamente acompañado siempre por sus amorosas hijas, ‘La Tama’ y Zeyda, y por último acudí al sepelio de la señora Carmen Vargas de Cure para darle un abrazo de solidaridad a su hijo, el distinguido médico radiólogo Jimmy Cure, su señora Cielo Chams y demás familiares. Estas prácticas me satisfacen y vigorizan mi espíritu.

Que sabroso es ir a Barranquilla y ser atendido por Edmond Slemman y su señora Wade Chams, mis consuegros, almorzar una suculenta punta gorda, con todos los aderezos de la comida árabe en el restaurante El Zahle, desayunar con pastelitos de espinaca, pollo o carne y ricos y crujientes quibbes, donde Baelule, y departir con amigos ya conocidos como Benjamín Chalela, Raif y Ramez Jibara un sabroso y aromático café. Estos turcos son maravillosos, pero cuando hablan en su lengua y se ríen, son peligrosos.