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Editorial - 7 mayo, 2020

¡Ya no más regalías y recursos para parques, por favor!

Recorrió medios de comunicación un concejal de Chiriguaná denunciando que en medio de la pandemia el municipio gastaría la considerable cifra de $5.071 millones de pesos en construir parques. Sí, $5.071 millones para parques en medio de la pandemia en el Cesar, un departamento donde les adeudan hasta diez meses de salario a los profesionales […]

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Recorrió medios de comunicación un concejal de Chiriguaná denunciando que en medio de la pandemia el municipio gastaría la considerable cifra de $5.071 millones de pesos en construir parques. Sí, $5.071 millones para parques en medio de la pandemia en el Cesar, un departamento donde les adeudan hasta diez meses de salario a los profesionales de la salud y les niegan la protección necesaria.

Enseguida el alcalde del municipio de Chiriguaná, Iván Caamaño, argumentó que el contrato lo había iniciado la anterior administración y que no era posible retroceder el proceso.

Pero más allá de quién lo contrató, EL PILÓN hace un llamado al Gobierno departamental y a los 25 alcaldes: basta ya de parques y obras no urgentes.

Nadie puede negar que un parque mejora el urbanismo de un barrio. Pero en el Cesar no podemos invertir $20.000 millones o $10.000 millones en plazas cuando hay veredas donde no llega el agua potable.

Analicemos al Cesar: en zona rural de Becerril hay temor porque varios campesinos fueron llevados de urgencia a clínicas de Valledupar, al parecer, por infecciones provocadas por el agua que consumen. En Becerril pocas veredas, de las casi 60 que hay, tienen agua potable, pero en la zona urbana hay una plaza que costó casi $20.000 millones, y a menos de un kilómetro otro parque de más de $2.000 millones. ¿Y las prioridades? Casi 20 acueductos veredales, que salvan vidas, se pudieron construir con esos recursos.

También es público el caso de Valledupar: una plaza remodelada pero corregimientos sin agua potable y con acueductos dignos de la antigua Roma.

Invertir sin priorizar es una forma de malgastar; algunos lo califican  hasta como un acto de corrupción. Lo que sí es seguro es que esas malas inversiones contribuyen a que casi la mitad de la población del departamento viva en la pobreza.  

¡Basta ya! Dijeron una vez las víctimas de la violencia. Ahora decimos: basta ya pero a las inversiones no prioritarias.

En el Cesar la inversión de las regalías es casi un desastre. Los recursos bien invertidos son la excepción. Incluso, decía un economista de la región, que le están invirtiendo más recursos a los muertos que a los vivos con los parques de los cementerios. A buena hora la Gobernación del Cesar decidió suspender el proceso del parque del cementerio en El Copey por más de $2.000 millones. Pero en Chiriguaná  ya no pueden retroceder la contratación y mientras los recursos se invertirán en cemento, seguramente, disculpen lo cruel, habrá familias aguantando hambre  y sin agua, encerradas en sus casas porque el aislamiento social obligatorio no les permitirá trabajar.

A propósito de todo: ¿Cuántas ayudas humanitarias se podrían entregar en los barrios vulnerables de Valledupar con los casi $9.000 millones invertidos (¿malgastados?) en La Casa en el aire de Valledupar?  

Editorial
7 mayo, 2020

¡Ya no más regalías y recursos para parques, por favor!

Recorrió medios de comunicación un concejal de Chiriguaná denunciando que en medio de la pandemia el municipio gastaría la considerable cifra de $5.071 millones de pesos en construir parques. Sí, $5.071 millones para parques en medio de la pandemia en el Cesar, un departamento donde les adeudan hasta diez meses de salario a los profesionales […]


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Recorrió medios de comunicación un concejal de Chiriguaná denunciando que en medio de la pandemia el municipio gastaría la considerable cifra de $5.071 millones de pesos en construir parques. Sí, $5.071 millones para parques en medio de la pandemia en el Cesar, un departamento donde les adeudan hasta diez meses de salario a los profesionales de la salud y les niegan la protección necesaria.

Enseguida el alcalde del municipio de Chiriguaná, Iván Caamaño, argumentó que el contrato lo había iniciado la anterior administración y que no era posible retroceder el proceso.

Pero más allá de quién lo contrató, EL PILÓN hace un llamado al Gobierno departamental y a los 25 alcaldes: basta ya de parques y obras no urgentes.

Nadie puede negar que un parque mejora el urbanismo de un barrio. Pero en el Cesar no podemos invertir $20.000 millones o $10.000 millones en plazas cuando hay veredas donde no llega el agua potable.

Analicemos al Cesar: en zona rural de Becerril hay temor porque varios campesinos fueron llevados de urgencia a clínicas de Valledupar, al parecer, por infecciones provocadas por el agua que consumen. En Becerril pocas veredas, de las casi 60 que hay, tienen agua potable, pero en la zona urbana hay una plaza que costó casi $20.000 millones, y a menos de un kilómetro otro parque de más de $2.000 millones. ¿Y las prioridades? Casi 20 acueductos veredales, que salvan vidas, se pudieron construir con esos recursos.

También es público el caso de Valledupar: una plaza remodelada pero corregimientos sin agua potable y con acueductos dignos de la antigua Roma.

Invertir sin priorizar es una forma de malgastar; algunos lo califican  hasta como un acto de corrupción. Lo que sí es seguro es que esas malas inversiones contribuyen a que casi la mitad de la población del departamento viva en la pobreza.  

¡Basta ya! Dijeron una vez las víctimas de la violencia. Ahora decimos: basta ya pero a las inversiones no prioritarias.

En el Cesar la inversión de las regalías es casi un desastre. Los recursos bien invertidos son la excepción. Incluso, decía un economista de la región, que le están invirtiendo más recursos a los muertos que a los vivos con los parques de los cementerios. A buena hora la Gobernación del Cesar decidió suspender el proceso del parque del cementerio en El Copey por más de $2.000 millones. Pero en Chiriguaná  ya no pueden retroceder la contratación y mientras los recursos se invertirán en cemento, seguramente, disculpen lo cruel, habrá familias aguantando hambre  y sin agua, encerradas en sus casas porque el aislamiento social obligatorio no les permitirá trabajar.

A propósito de todo: ¿Cuántas ayudas humanitarias se podrían entregar en los barrios vulnerables de Valledupar con los casi $9.000 millones invertidos (¿malgastados?) en La Casa en el aire de Valledupar?