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Editorial - 29 enero, 2013

¿Y quién controla las motos?

Aunque aparece como una noticia positiva el hecho de que Valledupar sea la séptima ciudad de Colombia con mayores ventas de motocicletas, es un tema que en realidad debe preocupar a las autoridades de tránsito y transporte de la capital cesarense

Boton Wpp

Aunque aparece como una noticia positiva el hecho de que Valledupar sea la séptima ciudad de Colombia con mayores ventas de motocicletas, es un tema que en realidad debe preocupar a las autoridades de tránsito y transporte de la capital cesarense, debido al trauma que genera en las vías vallenatas el tránsito desbordado de motos.

 

Sólo en un año se vendieron en Valledupar 5.091 motocicletas, la mayoría utilizadas para el oficio de mototaxista, actividad que tiene con dolor de cabeza a los transportadores legales que hoy disminuidos observan cómo les gana la batalla el transporte irregular del mototaxi.

 

Según un estudio del PNUD “el mototaxismo como actividad económica se incorporó a la denominada “economía del rebusque” y se ha extendido a todo lo largo y ancho del país y particularmente en las ciudades de la Costa Atlántica, convirtiéndose en una respuesta al creciente desempleo y, a su vez, en un problema social. Para su control las autoridades han implementado una serie de alternativas de regulación, como el sistema de pico y placa, y las restricciones al porte de parrilleros o a la circulación a determinadas horas; sin embargo, hasta ahora estas medidas han resultado infructuosas”.

 

Es precisamente lo que sucede en Valledupar. Mientras el número de este tipo de vehículos crece, los ciudadanos observan cómo los controles y la reglamentación pasan a un segundo lugar, cómo el Decreto que prohibía el parrillero hombre mayor de 14 años, incluso se hicieron ensayos para delimitar las vías por donde podían y no podían pasar los motociclistas, sin que arrojara ninguna solución.

 

Apartándose un poco de las medidas ausentes y que hoy hacen faltan, es importante resaltar que las infracciones al Código Nacional de Tránsito son pan de cada día y causas de los múltiples accidentes en la ciudad. Este Código establece, entre otros, que los motociclistas deberán usar las luces direccionales y cuando transiten por las vías de uso público deberán hacerlo con las luces delanteras y traseras encendidas, deben transitar por la derecha de las vías a distancia no mayor de un metro de la acera u orilla y nunca utilizar las vías exclusivas para servicio público colectivo.

 

Los conductores de motos no deben sujetarse de otro vehículo o viajar cerca de otro carruaje de mayor tamaño que lo oculte de la vista de los conductores que transiten en sentido contrario, no deben transitar sobre las aceras, lugares destinados al tránsito de peatones y por aquellas vías en donde las autoridades competentes lo prohíban.

 

Sin embargo, estas son las infracciones más frecuentes y mientras no exista reglamentación clara y sostenida, no se podrá resolver un problema que aumenta a pasos gigantescos, pues se convirtió el mototaxismo en la oportunidad de supervivencia de miles de personas, que diariamente obtienen para el sustento de su familia en esta actividad.

 

¿Y ahora que está a punto de convertirse en una realidad el Sistema Estratégico de Transporte, cómo hará la Secretaría de Tránsito y Transportes Municipal y la Policía Nacional para controlar tantas motocicletas y lograr el éxito del nuevo transporte?

 

Editorial
29 enero, 2013

¿Y quién controla las motos?

Aunque aparece como una noticia positiva el hecho de que Valledupar sea la séptima ciudad de Colombia con mayores ventas de motocicletas, es un tema que en realidad debe preocupar a las autoridades de tránsito y transporte de la capital cesarense


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Aunque aparece como una noticia positiva el hecho de que Valledupar sea la séptima ciudad de Colombia con mayores ventas de motocicletas, es un tema que en realidad debe preocupar a las autoridades de tránsito y transporte de la capital cesarense, debido al trauma que genera en las vías vallenatas el tránsito desbordado de motos.

 

Sólo en un año se vendieron en Valledupar 5.091 motocicletas, la mayoría utilizadas para el oficio de mototaxista, actividad que tiene con dolor de cabeza a los transportadores legales que hoy disminuidos observan cómo les gana la batalla el transporte irregular del mototaxi.

 

Según un estudio del PNUD “el mototaxismo como actividad económica se incorporó a la denominada “economía del rebusque” y se ha extendido a todo lo largo y ancho del país y particularmente en las ciudades de la Costa Atlántica, convirtiéndose en una respuesta al creciente desempleo y, a su vez, en un problema social. Para su control las autoridades han implementado una serie de alternativas de regulación, como el sistema de pico y placa, y las restricciones al porte de parrilleros o a la circulación a determinadas horas; sin embargo, hasta ahora estas medidas han resultado infructuosas”.

 

Es precisamente lo que sucede en Valledupar. Mientras el número de este tipo de vehículos crece, los ciudadanos observan cómo los controles y la reglamentación pasan a un segundo lugar, cómo el Decreto que prohibía el parrillero hombre mayor de 14 años, incluso se hicieron ensayos para delimitar las vías por donde podían y no podían pasar los motociclistas, sin que arrojara ninguna solución.

 

Apartándose un poco de las medidas ausentes y que hoy hacen faltan, es importante resaltar que las infracciones al Código Nacional de Tránsito son pan de cada día y causas de los múltiples accidentes en la ciudad. Este Código establece, entre otros, que los motociclistas deberán usar las luces direccionales y cuando transiten por las vías de uso público deberán hacerlo con las luces delanteras y traseras encendidas, deben transitar por la derecha de las vías a distancia no mayor de un metro de la acera u orilla y nunca utilizar las vías exclusivas para servicio público colectivo.

 

Los conductores de motos no deben sujetarse de otro vehículo o viajar cerca de otro carruaje de mayor tamaño que lo oculte de la vista de los conductores que transiten en sentido contrario, no deben transitar sobre las aceras, lugares destinados al tránsito de peatones y por aquellas vías en donde las autoridades competentes lo prohíban.

 

Sin embargo, estas son las infracciones más frecuentes y mientras no exista reglamentación clara y sostenida, no se podrá resolver un problema que aumenta a pasos gigantescos, pues se convirtió el mototaxismo en la oportunidad de supervivencia de miles de personas, que diariamente obtienen para el sustento de su familia en esta actividad.

 

¿Y ahora que está a punto de convertirse en una realidad el Sistema Estratégico de Transporte, cómo hará la Secretaría de Tránsito y Transportes Municipal y la Policía Nacional para controlar tantas motocicletas y lograr el éxito del nuevo transporte?