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Editorial - 17 junio, 2024

Y es muy difícil, que los dos nos separemos…

Se ha convertido en un cuento de nunca acabar los intentos de separación de las zonas sures de los departamentos del Cesar, Magdalena y Bolívar, en donde alrededor de unos 10 municipios siempre han estado contemplando la posibilidad de unirse entre ellos y convertirse en un nuevo departamento de Colombia.

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Se ha convertido en un cuento de nunca acabar los intentos de separación de las zonas sures de los departamentos del Cesar, Magdalena y Bolívar, en donde alrededor de unos 10 municipios siempre han estado contemplando la posibilidad de unirse entre ellos y convertirse en un nuevo departamento de Colombia.

Es válido que una región o municipio busque mecanismos que le permitan disponer de mayores herramientas legales para superar las múltiples necesidades de sus comunidades, eso ha de ser unas de las principales misiones de su clase dirigente, pero consideramos que todo proceso en ese sentido debe estar cimentado sobre realidades comunitarias y alejado de cualquier pretensión política.

En el caso nuestro, los municipios del sur del Cesar desde hace algunas décadas han venido manifestando que se sienten relegados del gobierno central que opera en su capital Valledupar y por ello ha estado latente su inconformidad. Qué no decir de los del Magdalena o los de sur de Bolívar, que por cierto están más cerca de Valledupar que de sus capitales Santa Marta y Cartagena.

¿Por qué razón? Es posible que esa situación en el pasado tuviera una gran necesidad, en esos tiempos, la infraestructura vial, las condiciones logísticas de colegios, universidades, hospitales y los aspectos del saneamiento básico de estos municipios, además del precario monto de las partidas presupuestales que les eran destinadas desde el Gobierno departamental, resultaba evidente lo que pasaba por allá en el sur de nuestro departamento.

Sin embargo, voces de analistas locales, incluidos algunos congresistas, aseguran que en la actualidad las cosas han cambiado, las vías físicas y digitales se han acortado, y, en consecuencia, afirman que en estos momentos no se justificaría una eventual separación del sur del Cesar. Empero, no deja de ser una voz de alerta para la actual administración departamental y para la dirigencia vallenata que no ve más allá de Valledupar.

El fantasma de la separatitis sigue rondando y se está hablando de un proyecto de ley que está próximo a ser presentado ante el Congreso de la República que propondría la creación de un nuevo departamento con los municipios de los sures de Bolívar, Cesar y Magdalena.

No es de poca monta, se requiere una consideración minuciosa de varios factores políticos, económicos, sociales y culturales.

Es necesario entonces revisar con lupa aspectos como el desarrollo económico regional, identidad cultural y social, infraestructura y servicios públicos, equidad y justicia social, participación ciudadana, entre otros aspectos determinantes tanto de manera positiva como de forma negativa para una región, además de los consensos y los estudios técnicos correspondientes.

No estaría demás echarle una ojeada a la historia, mirar los casos exitosos y también aquellos que resultaron desacertados para sus comunidades y con base en ello actuar en consecuencia.

La viabilidad de un cambio de este tipo con tantas cosas pendientes y prioritarias a consideración del Congreso Nacional es muy difícil. Requiere un trámite de orden más que legal. Antes de la Constitución de 1991 los nuevos municipios ya se daban pero a cuenta gotas y en el parto de la nueva Carta política el ordenamiento no cambió los precedentes departamentos y su delimitación.

Editorial
17 junio, 2024

Y es muy difícil, que los dos nos separemos…

Se ha convertido en un cuento de nunca acabar los intentos de separación de las zonas sures de los departamentos del Cesar, Magdalena y Bolívar, en donde alrededor de unos 10 municipios siempre han estado contemplando la posibilidad de unirse entre ellos y convertirse en un nuevo departamento de Colombia.


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Se ha convertido en un cuento de nunca acabar los intentos de separación de las zonas sures de los departamentos del Cesar, Magdalena y Bolívar, en donde alrededor de unos 10 municipios siempre han estado contemplando la posibilidad de unirse entre ellos y convertirse en un nuevo departamento de Colombia.

Es válido que una región o municipio busque mecanismos que le permitan disponer de mayores herramientas legales para superar las múltiples necesidades de sus comunidades, eso ha de ser unas de las principales misiones de su clase dirigente, pero consideramos que todo proceso en ese sentido debe estar cimentado sobre realidades comunitarias y alejado de cualquier pretensión política.

En el caso nuestro, los municipios del sur del Cesar desde hace algunas décadas han venido manifestando que se sienten relegados del gobierno central que opera en su capital Valledupar y por ello ha estado latente su inconformidad. Qué no decir de los del Magdalena o los de sur de Bolívar, que por cierto están más cerca de Valledupar que de sus capitales Santa Marta y Cartagena.

¿Por qué razón? Es posible que esa situación en el pasado tuviera una gran necesidad, en esos tiempos, la infraestructura vial, las condiciones logísticas de colegios, universidades, hospitales y los aspectos del saneamiento básico de estos municipios, además del precario monto de las partidas presupuestales que les eran destinadas desde el Gobierno departamental, resultaba evidente lo que pasaba por allá en el sur de nuestro departamento.

Sin embargo, voces de analistas locales, incluidos algunos congresistas, aseguran que en la actualidad las cosas han cambiado, las vías físicas y digitales se han acortado, y, en consecuencia, afirman que en estos momentos no se justificaría una eventual separación del sur del Cesar. Empero, no deja de ser una voz de alerta para la actual administración departamental y para la dirigencia vallenata que no ve más allá de Valledupar.

El fantasma de la separatitis sigue rondando y se está hablando de un proyecto de ley que está próximo a ser presentado ante el Congreso de la República que propondría la creación de un nuevo departamento con los municipios de los sures de Bolívar, Cesar y Magdalena.

No es de poca monta, se requiere una consideración minuciosa de varios factores políticos, económicos, sociales y culturales.

Es necesario entonces revisar con lupa aspectos como el desarrollo económico regional, identidad cultural y social, infraestructura y servicios públicos, equidad y justicia social, participación ciudadana, entre otros aspectos determinantes tanto de manera positiva como de forma negativa para una región, además de los consensos y los estudios técnicos correspondientes.

No estaría demás echarle una ojeada a la historia, mirar los casos exitosos y también aquellos que resultaron desacertados para sus comunidades y con base en ello actuar en consecuencia.

La viabilidad de un cambio de este tipo con tantas cosas pendientes y prioritarias a consideración del Congreso Nacional es muy difícil. Requiere un trámite de orden más que legal. Antes de la Constitución de 1991 los nuevos municipios ya se daban pero a cuenta gotas y en el parto de la nueva Carta política el ordenamiento no cambió los precedentes departamentos y su delimitación.