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Editorial - 22 mayo, 2018

¿Y ahora qué?

De nada sirvieron las advertencias de que la jornada electoral iba a ser fraudulenta. Tal y como estaba pronosticado el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, consiguió la reelección, con 6.190.612 de votos, mientras que su más cercano contendiente, el exgobernador Henri Falcón, obtuvo 1.917.036, en los comicios del domingo, sobre un censo de 20,5 millones […]

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De nada sirvieron las advertencias de que la jornada electoral iba a ser fraudulenta. Tal y como estaba pronosticado el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, consiguió la reelección, con 6.190.612 de votos, mientras que su más cercano contendiente, el exgobernador Henri Falcón, obtuvo 1.917.036, en los comicios del domingo, sobre un censo de 20,5 millones de electores, según el Consejo Nacional Electoral.

Tampoco ha servido que Estados Unidos y el Grupo de Lima, conformado por los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía expresaran su rechazo hacia las elecciones al considerar que estas no eran democráticas, libres, justas y transparentes. Maduro se mantiene en el poder pese a que el ministro de Asuntos Exteriores español, Alfonso Dastis, dijo que las elecciones no respetaron los estándares democráticos internacionales.

El polémico gobierno chavista tendrá otro periodo 2019-2025 al ganar unos comicios marcados por la altísima abstención y la posición de los derrotados que han denunciado violaciones a la norma electoral en por lo menos 350 casos.

El interrogante que surge es ¿y ahora qué? Ahora el turno para elegir presidente es de Colombia, el próximo domingo, una gran responsabilidad porque nuestro mandatario deberá plantear estrategias de fondo para hacer frente a la crisis humanitaria con la población vecina que se ha asentado o hace tránsito por nuestro territorio. Compromisos sobre este tema deben exigírseles a los candidatos en estos seis días que faltan, porque aquí el panorama no está tan claro como estuvo en Venezuela; no hay certeza de quién nos gobernará en los próximos cuatro años.

Ya en Riohacha se instaló un puesto de mando unificado donde se evalúan los efectos de los resultados de las elecciones presidenciales de Venezuela, toda vez que se prevé el aumento del ingreso de ciudadanos de ese país por la zona fronteriza de Paraguachón. Esos resultados tienen que poner a pensar a los colombianos y a los candidatos presidenciales, porque la situación de nuestro país indudablemente será afectada.

Hoy en Valledupar hay una buena coyuntura para analizar el tema porque se reunirán en esta capital los gobernadores con el fin de avanzar en la construcción del Plan Estratégico de la Región Administrativa y de Planificación, RAP Caribe, siendo los departamentos del norte de Colombia grandes receptores de migrantes de ese país.

No queremos generar xenofobia, pero las soluciones de fondo están más de allá de dar una moneda a no a los hermanos venezolanos que han recurrido a la mendicidad o al rebusque en diferentes regiones del territorio nacional. Se requiere voluntad política para mitigar el impacto de la crisis.

Editorial
22 mayo, 2018

¿Y ahora qué?

De nada sirvieron las advertencias de que la jornada electoral iba a ser fraudulenta. Tal y como estaba pronosticado el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, consiguió la reelección, con 6.190.612 de votos, mientras que su más cercano contendiente, el exgobernador Henri Falcón, obtuvo 1.917.036, en los comicios del domingo, sobre un censo de 20,5 millones […]


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De nada sirvieron las advertencias de que la jornada electoral iba a ser fraudulenta. Tal y como estaba pronosticado el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, consiguió la reelección, con 6.190.612 de votos, mientras que su más cercano contendiente, el exgobernador Henri Falcón, obtuvo 1.917.036, en los comicios del domingo, sobre un censo de 20,5 millones de electores, según el Consejo Nacional Electoral.

Tampoco ha servido que Estados Unidos y el Grupo de Lima, conformado por los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía expresaran su rechazo hacia las elecciones al considerar que estas no eran democráticas, libres, justas y transparentes. Maduro se mantiene en el poder pese a que el ministro de Asuntos Exteriores español, Alfonso Dastis, dijo que las elecciones no respetaron los estándares democráticos internacionales.

El polémico gobierno chavista tendrá otro periodo 2019-2025 al ganar unos comicios marcados por la altísima abstención y la posición de los derrotados que han denunciado violaciones a la norma electoral en por lo menos 350 casos.

El interrogante que surge es ¿y ahora qué? Ahora el turno para elegir presidente es de Colombia, el próximo domingo, una gran responsabilidad porque nuestro mandatario deberá plantear estrategias de fondo para hacer frente a la crisis humanitaria con la población vecina que se ha asentado o hace tránsito por nuestro territorio. Compromisos sobre este tema deben exigírseles a los candidatos en estos seis días que faltan, porque aquí el panorama no está tan claro como estuvo en Venezuela; no hay certeza de quién nos gobernará en los próximos cuatro años.

Ya en Riohacha se instaló un puesto de mando unificado donde se evalúan los efectos de los resultados de las elecciones presidenciales de Venezuela, toda vez que se prevé el aumento del ingreso de ciudadanos de ese país por la zona fronteriza de Paraguachón. Esos resultados tienen que poner a pensar a los colombianos y a los candidatos presidenciales, porque la situación de nuestro país indudablemente será afectada.

Hoy en Valledupar hay una buena coyuntura para analizar el tema porque se reunirán en esta capital los gobernadores con el fin de avanzar en la construcción del Plan Estratégico de la Región Administrativa y de Planificación, RAP Caribe, siendo los departamentos del norte de Colombia grandes receptores de migrantes de ese país.

No queremos generar xenofobia, pero las soluciones de fondo están más de allá de dar una moneda a no a los hermanos venezolanos que han recurrido a la mendicidad o al rebusque en diferentes regiones del territorio nacional. Se requiere voluntad política para mitigar el impacto de la crisis.