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Editorial - 15 enero, 2025

Vuelve la puja por un cupo escolar

Se han vuelto recurrentes, durante todos los inicios de año, las largas filas de padres de familia en las afueras de ciertos colegios oficiales de Valledupar en busca de un cupo escolar para sus hijos.

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Se han vuelto recurrentes, durante todos los inicios de año, las largas filas de padres de familia en las afueras de ciertos colegios oficiales de Valledupar en busca de un cupo escolar para sus hijos.

Es un fenómeno que cada año cobra más fuerza, el cual refleja las deficiencias estructurales en el sistema educativo no solo en Valledupar sino en todo el país y eso, desde luego, plantea interrogantes sobre la manera de cómo garantizar el acceso equitativo a la educación, que es un derecho fundamental.

Según datos suministrados por la Asociación de Educadores del Cesar, Aducesar, en el municipio de Valledupar existen entre 80 y 85 mil estudiantes en colegios oficiales, advirtiendo de paso que por fuera del sistema educativo están 5.300 niños y jóvenes.

“En octubre de 2024 el secretario de educación Camilo Pinto se reunió con nosotros para lazar la campaña denominada Todos al Aula, con la cual se busca que esos 5.300 jóvenes entren al sistema educativo, esperamos que así se cumpla”, dijo al respecto el presidente de Aducesar, Jorge Luis Rivero Larios.

Se ha podido conocer que sí hay cupos escolares suficientes en Valledupar, el problema consiste en que no todas las instituciones son del deseo de estudiantes y padres de familia, en consecuencia se presenta un desbalance entre los colegios más apetecidos frente a aquellos que son poco preferidos.

Siempre ha sido común ver largas filas en las puertas del Colegio Nacional Loperena, pero para el 2025, además de ese, la novedad la constituyen las tres instituciones que hacen parte del Parque de La Vida: Instpecam, Alfonso López y Casd, sus nuevas y modernas infraestructuras físicas hacen que ahora sean los colegios preferidos por muchos y por ende la congestión es total en los procesos de nuevas inscripciones y matrículas.

Es cierto que todo estudiante es digno de merecer unas condiciones óptimas para estudiar y estar en el mejor colegio, pero también es necesario tener en cuenta factores de ubicación geográfica al momento de escoger el plantel educativo en razón a que las coberturas y ofertas no están focalizadas en uno o tres instituciones solamente. Ahí es donde radica el problema, mientras la mayoría de colegios están con sus aulas vacías, los tres o cuatro más preferidos están sobrecargados y con centenares de estudiantes en espera de una oportunidad de ingreso.

Lo ideal sería que los jóvenes estudien en los colegios de su mismo sector residencial, pero no como ha venido ocurriendo, en el sentido de que la mayoría de alumnos de zonas muy distantes desprecian el plantel de su barrio para aspirar a un cupo en el Loperena, Casd, instpecam, entre otros, y para lograrlo acuden a padrinos políticos y de cualquier otra índole, generándose así un tráfico de influencias que no es sano tanto para los rectores como para los mismos padres de familia porque eso genera desigualdad e inconformidad.

Es inconcebible que la fase de inicio e ingreso al colegio represente para el estudiante la puesta en práctica de antivalores, eso le dejaría al joven el negativo mensaje maquiavélico del “todo vale” o aquello de que “el fin justifica los medios”.

La mejor solución para esa “guerra de cupos escolares” sería que todos los colegios estuviesen en condiciones dignas tanto físicas como académicas, logrando equipararse con los que ya están plenamente reconocidos como tales, pero es sabido que eso implica grandes inversiones que no están a la mano. Entre tanto, le corresponde a las autoridades explorar formulas que permitan que esas subestimadas instituciones educativas se vuelvan atractivas.

Editorial
15 enero, 2025

Vuelve la puja por un cupo escolar

Se han vuelto recurrentes, durante todos los inicios de año, las largas filas de padres de familia en las afueras de ciertos colegios oficiales de Valledupar en busca de un cupo escolar para sus hijos.


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Se han vuelto recurrentes, durante todos los inicios de año, las largas filas de padres de familia en las afueras de ciertos colegios oficiales de Valledupar en busca de un cupo escolar para sus hijos.

Es un fenómeno que cada año cobra más fuerza, el cual refleja las deficiencias estructurales en el sistema educativo no solo en Valledupar sino en todo el país y eso, desde luego, plantea interrogantes sobre la manera de cómo garantizar el acceso equitativo a la educación, que es un derecho fundamental.

Según datos suministrados por la Asociación de Educadores del Cesar, Aducesar, en el municipio de Valledupar existen entre 80 y 85 mil estudiantes en colegios oficiales, advirtiendo de paso que por fuera del sistema educativo están 5.300 niños y jóvenes.

“En octubre de 2024 el secretario de educación Camilo Pinto se reunió con nosotros para lazar la campaña denominada Todos al Aula, con la cual se busca que esos 5.300 jóvenes entren al sistema educativo, esperamos que así se cumpla”, dijo al respecto el presidente de Aducesar, Jorge Luis Rivero Larios.

Se ha podido conocer que sí hay cupos escolares suficientes en Valledupar, el problema consiste en que no todas las instituciones son del deseo de estudiantes y padres de familia, en consecuencia se presenta un desbalance entre los colegios más apetecidos frente a aquellos que son poco preferidos.

Siempre ha sido común ver largas filas en las puertas del Colegio Nacional Loperena, pero para el 2025, además de ese, la novedad la constituyen las tres instituciones que hacen parte del Parque de La Vida: Instpecam, Alfonso López y Casd, sus nuevas y modernas infraestructuras físicas hacen que ahora sean los colegios preferidos por muchos y por ende la congestión es total en los procesos de nuevas inscripciones y matrículas.

Es cierto que todo estudiante es digno de merecer unas condiciones óptimas para estudiar y estar en el mejor colegio, pero también es necesario tener en cuenta factores de ubicación geográfica al momento de escoger el plantel educativo en razón a que las coberturas y ofertas no están focalizadas en uno o tres instituciones solamente. Ahí es donde radica el problema, mientras la mayoría de colegios están con sus aulas vacías, los tres o cuatro más preferidos están sobrecargados y con centenares de estudiantes en espera de una oportunidad de ingreso.

Lo ideal sería que los jóvenes estudien en los colegios de su mismo sector residencial, pero no como ha venido ocurriendo, en el sentido de que la mayoría de alumnos de zonas muy distantes desprecian el plantel de su barrio para aspirar a un cupo en el Loperena, Casd, instpecam, entre otros, y para lograrlo acuden a padrinos políticos y de cualquier otra índole, generándose así un tráfico de influencias que no es sano tanto para los rectores como para los mismos padres de familia porque eso genera desigualdad e inconformidad.

Es inconcebible que la fase de inicio e ingreso al colegio represente para el estudiante la puesta en práctica de antivalores, eso le dejaría al joven el negativo mensaje maquiavélico del “todo vale” o aquello de que “el fin justifica los medios”.

La mejor solución para esa “guerra de cupos escolares” sería que todos los colegios estuviesen en condiciones dignas tanto físicas como académicas, logrando equipararse con los que ya están plenamente reconocidos como tales, pero es sabido que eso implica grandes inversiones que no están a la mano. Entre tanto, le corresponde a las autoridades explorar formulas que permitan que esas subestimadas instituciones educativas se vuelvan atractivas.