También entraremos en un periodo político, caracterizado por encarnizados enfrentamientos; campañas, tanto a nivel del Congreso como de las elecciones presidenciales.
Entramos en forma hoy 11 de enero a las actividades normales, en la vida social y económica. Volveremos al frenesí del trabajo duro, a la necesidad de hacer las cuentas, a cubrir lo debido después del descuadre de las navidades y del cambio de año, y a prepararnos para las anunciadas alzas en esta temporada inicial del año, incentivadas, primero, por un incremento inusual del salario mínimo legal mensual, que no es malo sino que se usa como pretexto para justificar incrementos de bienes y servicios, y, segundo, por una galopante inflación sobre la cual hemos hablado en pasadas ediciones.
Esa inflación, en parte, es importada, por la fuerte depreciación del peso frente al dólar y el consecuente encarecimiento de bienes importados al país, pero también porque la crisis de transporte y suministros en general, derivada de la desincronización de producción y de logística a nivel mundial por causa del covid-19, subió los precios de mercancías a escala global.
También entraremos en un periodo político, caracterizado por encarnizados enfrentamientos; campañas, tanto a nivel del Congreso como de las elecciones presidenciales, cuyas ‘primarias’, las llamadas consultas de las tres principales coaliciones, se realizarán en marzo.
En el escenario regional, la política electoral está prácticamente bloqueada a nivel de Cámara, porque se pronostica, salvo inesperada sorpresa, que los elegidos serán los mismos.
Muy abierta en Senado, en parte porque los candidatos de todo el pais vienen a buscar votos aquí, y porque hay nuevos candidatos alternativos del departamento. Sin desconocer que ya se puede afirmar que Imelda Daza, mujer, oradora, controversial, de clara ideología y víctima, no victimaria, de la violencia, asegurará una curul para el departamento. Independientemente de los votos que logre la lista de Comunes, entrará al Senado en virtud de los acuerdos de paz del Estado con Las Farc.
Más abierta está aun la disputa por la curul de los municipios de Cesar, La Guajira y Magdalena que conforman la circunscripción especial de paz para las victimas del conflicto. Esas campañas muestran novedad y dan lugar, sobre los candidatos, a discusiones relacionadas con la violencia regional, su afectación de vidas y bienes y el papel jugado por los postulados.
El otro gran elemento de esta vuelta a la normalidad es la pandemia, que se ha convertido en una endemia en la medida en que, aunque seguirá afectando el nivel de la salud pública y podrá entorpecer las actividades laborales, estaremos obligados a convivir con ella. Ya la mayoría de los países se han anticipado a disminuir los días de duración de la cuarentena forzosa de los contagiados, pues de otro modo se afectarían las industrias y comercios, y se ha mencionado que la variante omicrón, que ya es predominante a nivel mundial, es más leve y fugaz. ¿Es una forma de bajarle la presión al tema? ¿De no afectar la gran reactivación de la economía y de actividades como la educación?
No vemos otro camino que el de continuar las actividades laborales previstas, con la prevención al salir y exigir la vacunación.
También entraremos en un periodo político, caracterizado por encarnizados enfrentamientos; campañas, tanto a nivel del Congreso como de las elecciones presidenciales.
Entramos en forma hoy 11 de enero a las actividades normales, en la vida social y económica. Volveremos al frenesí del trabajo duro, a la necesidad de hacer las cuentas, a cubrir lo debido después del descuadre de las navidades y del cambio de año, y a prepararnos para las anunciadas alzas en esta temporada inicial del año, incentivadas, primero, por un incremento inusual del salario mínimo legal mensual, que no es malo sino que se usa como pretexto para justificar incrementos de bienes y servicios, y, segundo, por una galopante inflación sobre la cual hemos hablado en pasadas ediciones.
Esa inflación, en parte, es importada, por la fuerte depreciación del peso frente al dólar y el consecuente encarecimiento de bienes importados al país, pero también porque la crisis de transporte y suministros en general, derivada de la desincronización de producción y de logística a nivel mundial por causa del covid-19, subió los precios de mercancías a escala global.
También entraremos en un periodo político, caracterizado por encarnizados enfrentamientos; campañas, tanto a nivel del Congreso como de las elecciones presidenciales, cuyas ‘primarias’, las llamadas consultas de las tres principales coaliciones, se realizarán en marzo.
En el escenario regional, la política electoral está prácticamente bloqueada a nivel de Cámara, porque se pronostica, salvo inesperada sorpresa, que los elegidos serán los mismos.
Muy abierta en Senado, en parte porque los candidatos de todo el pais vienen a buscar votos aquí, y porque hay nuevos candidatos alternativos del departamento. Sin desconocer que ya se puede afirmar que Imelda Daza, mujer, oradora, controversial, de clara ideología y víctima, no victimaria, de la violencia, asegurará una curul para el departamento. Independientemente de los votos que logre la lista de Comunes, entrará al Senado en virtud de los acuerdos de paz del Estado con Las Farc.
Más abierta está aun la disputa por la curul de los municipios de Cesar, La Guajira y Magdalena que conforman la circunscripción especial de paz para las victimas del conflicto. Esas campañas muestran novedad y dan lugar, sobre los candidatos, a discusiones relacionadas con la violencia regional, su afectación de vidas y bienes y el papel jugado por los postulados.
El otro gran elemento de esta vuelta a la normalidad es la pandemia, que se ha convertido en una endemia en la medida en que, aunque seguirá afectando el nivel de la salud pública y podrá entorpecer las actividades laborales, estaremos obligados a convivir con ella. Ya la mayoría de los países se han anticipado a disminuir los días de duración de la cuarentena forzosa de los contagiados, pues de otro modo se afectarían las industrias y comercios, y se ha mencionado que la variante omicrón, que ya es predominante a nivel mundial, es más leve y fugaz. ¿Es una forma de bajarle la presión al tema? ¿De no afectar la gran reactivación de la economía y de actividades como la educación?
No vemos otro camino que el de continuar las actividades laborales previstas, con la prevención al salir y exigir la vacunación.