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Columnista - 26 febrero, 2010

Volví a soñar en el cumpleaños de Ricardo Gutiérrez

Por: José M. Aponte Martínez Unos días antes del cumpleaños de mi dilecto amigo e importante empresario Ricardo Gutiérrez, le había comentado a Mercy que este año, de pronto, no me invitaba, ya cansado de hacerlo y yo de incumplirle. Pero que con invitación o sin ella iba a ir, y fue como si las […]

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Por: José M. Aponte Martínez

Unos días antes del cumpleaños de mi dilecto amigo e importante empresario Ricardo Gutiérrez, le había comentado a Mercy que este año, de pronto, no me invitaba, ya cansado de hacerlo y yo de incumplirle. Pero que con invitación o sin ella iba a ir, y fue como si las paredes oyeran, que oyen, de que oyen, oyen, y al día siguiente llegó la tarjeta y fuimos a acompañar a Ricardo y a Elsi y gozamos de una noche inolvidable.

No es fácil hacerle un regalo a estas personas de clase alta, especialmente cuando uno no es “corri”, para no llenarlo de piyamas, camisas, pañuelos o lociones y en esta oportunidad mi regalo no fue usual y le llevé un fino y hediondo reproductor caprino, que no es otra cosa que un chivato cornudo y de larga barba que se parece a mi compadre Atilio Arrieta y tiene la virtud que cada vez que “engancha” a una cabrita le pone dos o tres descendientes y hay que tenerle un harem variado y numeroso para satisfacer sus ímpetus sexuales; se llama “El Popo” en honor a un gran amigo, a quien quiero mucho aunque casi no lo visito, que en su juventud quebró a más de mil hembras.

Fue una noche de esplendor y gozo encabezada por las atenciones de los anfitriones que se sobraron con un manantial inagotable de Old Par, abundante comida, buena música y la grata compañía de un grupo de amigos y familiares, pero especialmente de paisanos, pues había villanueveros como arroz partío.

Al llegar a la hermosa casa campestre construida en la cima de un cerro, el paisaje en todas las direcciones es bello, hasta los jardines del Ecce Homo parecen un bello cuadro con una maravillosa policromía y Valledupar se ve como un manto verde en la tarde y ya de noche, la misma cobija pero iluminada, el clima es delicioso, el aire puro y un magnifico ambiente festivo para gozárselo y no los gozamos; aclaro que fui uno de los primeros en llegar, pero ya estaban ahí El Pilón, Vanguardia, Radio Guatapurí, La Voz del Cacahuate y Maravilla Stereo, representado por una sola persona de quien omito el nombre y le dejo la inquietud a los lectores para que hagan el ejercicio y adivinen quien puede ser, después llegó Wicho Sánchez, con el carro recalentao y en vez de echarle agua para enfriarlo, lo que hizo fue pegarse el primer “petacazo”.

Fue una fiesta excepcional y tal como estaba anunciado en la invitación gozamos de la presencia de un nutrido grupo de compositores que vinieron de varias partes para agasajar gratuitamente a Ricardo y a Elsi, quienes nos deleitaron cantando sus canciones más representativas y lo mejor, explicándola: mi pariente Marciano Martínez cantó “Amarte más no pude”, “La Juntera” y “Lo mismo que ayer” y se sobró. Yetyo Núñez, el que está de moda nos divirtió con “El Original”, “Listo pa’ la foto” y “Le dedico mis triunfos”; Deimer Marín nos recordó al siempre recordado Hernando Marín y también cantó “No pasará lo mismo que ayer”; Robert y José Oñate con “Tu eres la más bella”, “Porqué callas” y “Volví a soñar”, la canción predilecta de Ricardo.
Sergio Moya con su eterna “Celosa”, “La contrabandista” y “Fortuna y dicha”; Franklin Moya con su bailaito envarillao y jarocho interpretó “El perro sin vergüenza” y “Estoy copao”; mi compadre Tijito se echó al mejor estilo “La cañahuatera”, “Las mujeres” y “El 10 de Enero” y quizás lo mejor, el Diablito Omar Geles, presentó un show maravilloso y una amplia gama de sus composiciones.  Fue extraordinario y cuando le tocó el turno a Wicho Sánchez quien ya tenía encima más de un centenar de oldparazos, ya estaba en el otro mundo y rendío y no dio para nada, lastima porque Wicho es uno de los grandes entre los grandes.

El acordeón lo interpretó magistralmente Almes Granado, acompañado de la caja del gran “campeón de campeones” Rodolfo Castilla y bailamos hasta el cansancio con la Banda del Calvo, que estuvo espectacular.

Ricardo, para el bien de todos y para que sigamos bebiéndote y gozándote, sigue cumpliendo muchos años más de vida, que Elsi, tus hijos, familiares, amigos y Valledupar te necesitamos y yo volveré a soñar que el año entrante será mejor.

Coletilla: Vota por el 63 del PIN y el 102 del Conservatismo y gana, que ganar es sabroso.

Columnista
26 febrero, 2010

Volví a soñar en el cumpleaños de Ricardo Gutiérrez

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Por: José M. Aponte Martínez Unos días antes del cumpleaños de mi dilecto amigo e importante empresario Ricardo Gutiérrez, le había comentado a Mercy que este año, de pronto, no me invitaba, ya cansado de hacerlo y yo de incumplirle. Pero que con invitación o sin ella iba a ir, y fue como si las […]


Por: José M. Aponte Martínez

Unos días antes del cumpleaños de mi dilecto amigo e importante empresario Ricardo Gutiérrez, le había comentado a Mercy que este año, de pronto, no me invitaba, ya cansado de hacerlo y yo de incumplirle. Pero que con invitación o sin ella iba a ir, y fue como si las paredes oyeran, que oyen, de que oyen, oyen, y al día siguiente llegó la tarjeta y fuimos a acompañar a Ricardo y a Elsi y gozamos de una noche inolvidable.

No es fácil hacerle un regalo a estas personas de clase alta, especialmente cuando uno no es “corri”, para no llenarlo de piyamas, camisas, pañuelos o lociones y en esta oportunidad mi regalo no fue usual y le llevé un fino y hediondo reproductor caprino, que no es otra cosa que un chivato cornudo y de larga barba que se parece a mi compadre Atilio Arrieta y tiene la virtud que cada vez que “engancha” a una cabrita le pone dos o tres descendientes y hay que tenerle un harem variado y numeroso para satisfacer sus ímpetus sexuales; se llama “El Popo” en honor a un gran amigo, a quien quiero mucho aunque casi no lo visito, que en su juventud quebró a más de mil hembras.

Fue una noche de esplendor y gozo encabezada por las atenciones de los anfitriones que se sobraron con un manantial inagotable de Old Par, abundante comida, buena música y la grata compañía de un grupo de amigos y familiares, pero especialmente de paisanos, pues había villanueveros como arroz partío.

Al llegar a la hermosa casa campestre construida en la cima de un cerro, el paisaje en todas las direcciones es bello, hasta los jardines del Ecce Homo parecen un bello cuadro con una maravillosa policromía y Valledupar se ve como un manto verde en la tarde y ya de noche, la misma cobija pero iluminada, el clima es delicioso, el aire puro y un magnifico ambiente festivo para gozárselo y no los gozamos; aclaro que fui uno de los primeros en llegar, pero ya estaban ahí El Pilón, Vanguardia, Radio Guatapurí, La Voz del Cacahuate y Maravilla Stereo, representado por una sola persona de quien omito el nombre y le dejo la inquietud a los lectores para que hagan el ejercicio y adivinen quien puede ser, después llegó Wicho Sánchez, con el carro recalentao y en vez de echarle agua para enfriarlo, lo que hizo fue pegarse el primer “petacazo”.

Fue una fiesta excepcional y tal como estaba anunciado en la invitación gozamos de la presencia de un nutrido grupo de compositores que vinieron de varias partes para agasajar gratuitamente a Ricardo y a Elsi, quienes nos deleitaron cantando sus canciones más representativas y lo mejor, explicándola: mi pariente Marciano Martínez cantó “Amarte más no pude”, “La Juntera” y “Lo mismo que ayer” y se sobró. Yetyo Núñez, el que está de moda nos divirtió con “El Original”, “Listo pa’ la foto” y “Le dedico mis triunfos”; Deimer Marín nos recordó al siempre recordado Hernando Marín y también cantó “No pasará lo mismo que ayer”; Robert y José Oñate con “Tu eres la más bella”, “Porqué callas” y “Volví a soñar”, la canción predilecta de Ricardo.
Sergio Moya con su eterna “Celosa”, “La contrabandista” y “Fortuna y dicha”; Franklin Moya con su bailaito envarillao y jarocho interpretó “El perro sin vergüenza” y “Estoy copao”; mi compadre Tijito se echó al mejor estilo “La cañahuatera”, “Las mujeres” y “El 10 de Enero” y quizás lo mejor, el Diablito Omar Geles, presentó un show maravilloso y una amplia gama de sus composiciones.  Fue extraordinario y cuando le tocó el turno a Wicho Sánchez quien ya tenía encima más de un centenar de oldparazos, ya estaba en el otro mundo y rendío y no dio para nada, lastima porque Wicho es uno de los grandes entre los grandes.

El acordeón lo interpretó magistralmente Almes Granado, acompañado de la caja del gran “campeón de campeones” Rodolfo Castilla y bailamos hasta el cansancio con la Banda del Calvo, que estuvo espectacular.

Ricardo, para el bien de todos y para que sigamos bebiéndote y gozándote, sigue cumpliendo muchos años más de vida, que Elsi, tus hijos, familiares, amigos y Valledupar te necesitamos y yo volveré a soñar que el año entrante será mejor.

Coletilla: Vota por el 63 del PIN y el 102 del Conservatismo y gana, que ganar es sabroso.