El tiempo avanza a su ritmo inexorable, en nuestro espacio inevitable. Poco a poco, nos acercamos al final del primer mes de este nuevo año, un año nuevo para empezar de nuevo, para orar, reír, cantar, bailar, hacer ejercicio, agradecer, perdonar, pedir perdón, dar, recibir, caminar, correr, escuchar música, llamar a tus amigos, un nuevo […]
El tiempo avanza a su ritmo inexorable, en nuestro espacio inevitable. Poco a poco, nos acercamos al final del primer mes de este nuevo año, un año nuevo para empezar de nuevo, para orar, reír, cantar, bailar, hacer ejercicio, agradecer, perdonar, pedir perdón, dar, recibir, caminar, correr, escuchar música, llamar a tus amigos, un nuevo año para dejar ir el odio y el rencor, para dar amor y recibirlo, para decir un te quiero, un te amo, hoy es un nuevo día, en este nuevo año, nueva posibilidad para visitar a un enfermo o a un preso, para mirar a los ojos y comprender el universo interior de los demás, para enviar un mensaje de aliento y esperanza a tus contactos.
Es un nuevo año, del cual solo existe este día, es un nuevo día para leer el periódico, para actualizar tus redes sociales, pero sobre todo para revisar y mejorar tus relaciones interpersonales, un día para disfrutar a tu familia y a cuántos comparten diariamente contigo. Sencillamente un nuevo año para vivirlo al máximo con una sonrisa en nuestros labios, el corazón rebosante de alegría, la mirada trasparente, los oídos abiertos al clamor de los demás, el olfato atento para percibir el aroma del dolor y el amor, las manos dispuestas a ayudar a quién lo necesite y los pies listos para continuar en la carrera de la vida.
Vive intensamente, disfruta todo lo que Dios te regala, no te quejes tanto. Estás vivo, entonces vive. Anoche muchos se acostaron en el tiempo y hoy amanecieron en la eternidad y duermen ya el dulce sueño de la muerte. Agradece, tú puedes respirar, puedes leer esto, estás vivo aún y eso es algo maravilloso en este 2018. No te descuides, mira que el tiempo pasa, ya de los 12 meses, pronto nos quedarán 11. Vedrán muchas bendiciones, acompañadas por momentos duros, situaciones difíciles que podrán robarte la paz y la alegría.
Pero, no hay que desfallecer como diría la Madre Teresa de Calcuta: “Ama hasta que te duela y si te duele, ama todavía más”. No te canses de amar, ama hasta el infinito y más allá, eso es buena señal. Lucha por quién amas, siempre vale la pena Amar. No te rindas, Dios lucha por ti, porque te Ama. Amar y ser Amado es la principal tarea de este Nuevo Año 2018 y de todos los años que vendrán.
Dios te bendiga y te guarde siempre en su regazo misericordioso.