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Columnista - 21 febrero, 2016

Vitacerebrina, alcalde

Es un medicamento fortificante, que se les suministra a personas que padecen debilidad cerebral para recordar hechos y personajes, que han tenido protagonismo en la vida cotidiana del Valle y toda la comarca. Creemos, alcalde, que esa no es su patología, usted goza de buena salud, por su juventud, buenos hábitos alimenticios, deportivos y afición […]

Es un medicamento fortificante, que se les suministra a personas que padecen debilidad cerebral para recordar hechos y personajes, que han tenido protagonismo en la vida cotidiana del Valle y toda la comarca.

Creemos, alcalde, que esa no es su patología, usted goza de buena salud, por su juventud, buenos hábitos alimenticios, deportivos y afición al canto vallenato, talento que siempre muestra en todo acto oficial.

Pero esos brotes de Alzhéimer, de la administración municipal, mostrados durante el día del periodista, celebrado a orillas del agonizante y mítico río Guatapurí, liderado por usted, donde se alabó y exaltó a comunicadores foráneos, acto que rayo en la burla y ridiculización del gremio periodístico vallenato, nos indica que a alguien le falla la memoria, o no cree en la capacidad de nuestros comunicadores.

Es imperdonable que durante esa fiesta no hayan recordado al maestro, Carlos Alberto Atehortua, quien forjó la primera generación de periodistas vallenatos ,cuando llega procedente de Bogotá, para quedarse en Valledupar, hoy convalece en una clínica de Cartagena, solo y abandonado por desidia de los entes gubernamentales, ¿será porque ya no tiene el poder del micrófono, ante su retiro de la radio?, o el siempre inquieto, Julio De La Rosa, quien hace 47 años, de los 60 que tiene la radio vallenata, está entre nosotros promoviendo el civismo.

¡Inaudito! , que en ese evento festivo, no se haya escuchado hablar del liderazgo que durante 52 años ininterrumpidos ha ostentado Radio Guatapurí, olvido en el foro, por el servicio prestado por las emisoras Maravilla, Olímpica Estéreo y La Voz del Cañahuate.

La opinión pregunta, qué razones y motivos tuvo el alcalde Uhía, para importar periodistas y agasajarlos y homenajearlos, ante la mirada impávida y asombrada de los periodistas locales, a los que convirtió en comité de aplausos de estos tres mosqueteros comunicadores provenientes del altiplano, qué ningún servicio le han prestado al pueblo vallenato.

Estos perifoneadores pueden ser muy talentosos, por algo prestan sus servicios a la televisión nacional, pero su trabajo en favor de la comunidad vallenata no lo conocemos, es más, no hemos visto una nota periodística relacionada con el evento donde fueron exaltados por “Tuto”.

No hay derecho, que los mismos periodistas acoliten este suceso, el Circulo de Periodistas de Valledupar, se ha mostrado indiferente ante este atropello, ha habido un silencio sepulcral y sospechoso, ¿así de huérfano está el gremio?

Dentro de la sala de prensa de la alcaldía, hay suficiente periodistas talentosos, encabezados por Sandra Téllez, para merecer estos honores, en ellos recayó la responsabilidad la imagen del candidato en su aspiración a dirigir los destinos del municipio.

Ojalá esta experiencia sirva para que otras ciudades nos copien este modelo, y nuestros comunicadores sean invitados a otras ciudades a ser homenajeados y dicten cátedra comunicacional, como lo hicieron los foráneos aquí, y a nuestros valores se les dé el verdadero sentido profesional que ostentan para que su orgullo, ética y moral, sean desagraviadas como debe ser, y ejerzan con altivez su profesión.

Columnista
21 febrero, 2016

Vitacerebrina, alcalde

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Celso Guerra Gutiérrez

Es un medicamento fortificante, que se les suministra a personas que padecen debilidad cerebral para recordar hechos y personajes, que han tenido protagonismo en la vida cotidiana del Valle y toda la comarca. Creemos, alcalde, que esa no es su patología, usted goza de buena salud, por su juventud, buenos hábitos alimenticios, deportivos y afición […]


Es un medicamento fortificante, que se les suministra a personas que padecen debilidad cerebral para recordar hechos y personajes, que han tenido protagonismo en la vida cotidiana del Valle y toda la comarca.

Creemos, alcalde, que esa no es su patología, usted goza de buena salud, por su juventud, buenos hábitos alimenticios, deportivos y afición al canto vallenato, talento que siempre muestra en todo acto oficial.

Pero esos brotes de Alzhéimer, de la administración municipal, mostrados durante el día del periodista, celebrado a orillas del agonizante y mítico río Guatapurí, liderado por usted, donde se alabó y exaltó a comunicadores foráneos, acto que rayo en la burla y ridiculización del gremio periodístico vallenato, nos indica que a alguien le falla la memoria, o no cree en la capacidad de nuestros comunicadores.

Es imperdonable que durante esa fiesta no hayan recordado al maestro, Carlos Alberto Atehortua, quien forjó la primera generación de periodistas vallenatos ,cuando llega procedente de Bogotá, para quedarse en Valledupar, hoy convalece en una clínica de Cartagena, solo y abandonado por desidia de los entes gubernamentales, ¿será porque ya no tiene el poder del micrófono, ante su retiro de la radio?, o el siempre inquieto, Julio De La Rosa, quien hace 47 años, de los 60 que tiene la radio vallenata, está entre nosotros promoviendo el civismo.

¡Inaudito! , que en ese evento festivo, no se haya escuchado hablar del liderazgo que durante 52 años ininterrumpidos ha ostentado Radio Guatapurí, olvido en el foro, por el servicio prestado por las emisoras Maravilla, Olímpica Estéreo y La Voz del Cañahuate.

La opinión pregunta, qué razones y motivos tuvo el alcalde Uhía, para importar periodistas y agasajarlos y homenajearlos, ante la mirada impávida y asombrada de los periodistas locales, a los que convirtió en comité de aplausos de estos tres mosqueteros comunicadores provenientes del altiplano, qué ningún servicio le han prestado al pueblo vallenato.

Estos perifoneadores pueden ser muy talentosos, por algo prestan sus servicios a la televisión nacional, pero su trabajo en favor de la comunidad vallenata no lo conocemos, es más, no hemos visto una nota periodística relacionada con el evento donde fueron exaltados por “Tuto”.

No hay derecho, que los mismos periodistas acoliten este suceso, el Circulo de Periodistas de Valledupar, se ha mostrado indiferente ante este atropello, ha habido un silencio sepulcral y sospechoso, ¿así de huérfano está el gremio?

Dentro de la sala de prensa de la alcaldía, hay suficiente periodistas talentosos, encabezados por Sandra Téllez, para merecer estos honores, en ellos recayó la responsabilidad la imagen del candidato en su aspiración a dirigir los destinos del municipio.

Ojalá esta experiencia sirva para que otras ciudades nos copien este modelo, y nuestros comunicadores sean invitados a otras ciudades a ser homenajeados y dicten cátedra comunicacional, como lo hicieron los foráneos aquí, y a nuestros valores se les dé el verdadero sentido profesional que ostentan para que su orgullo, ética y moral, sean desagraviadas como debe ser, y ejerzan con altivez su profesión.