Las comunidades campesinas del Cesar padecen en la época de lluvia por el mal estado de las vías terciarias, y algunas secundarias. En este caso las primeras son responsabilidad directa de las administraciones municipales, y las segundas del gobierno departamental, sin que esto excluya que puede apoyar a los municipios a mejorar la red vial […]
Las comunidades campesinas del Cesar padecen en la época de lluvia por el mal estado de las vías terciarias, y algunas secundarias. En este caso las primeras son responsabilidad directa de las administraciones municipales, y las segundas del gobierno departamental, sin que esto excluya que puede apoyar a los municipios a mejorar la red vial terciaria.
En el sur, en el centro y el norte del Cesar ocurre lo mismo. Parece la misma fotografía: campesinos que no pueden sacar sus cosechas y comunidades que se quedan incomunicadas por la creciente de quebradas y acequias, que lo único que pueden hacer es esperar que baje el caudal de las aguas para salir, pues, como aseguran, están cansados de pedir a los alcaldes y al gobernador que invierta en estas vías tan importantes para la economía cesarense.
Las Casitas, El Alto de la Vuelta, Guacoche, en Valledupar; Los Llanos, Caracolí, Puros Altos, veredas en Aguachica; todos los corregimientos de los llamados ‘países bajos’ en Curumaní, así como ocurre en los municipios de Codazzi, Becerril, La Jagua de Ibirico, entre otras, son zonas con vías rurales pésimas.
Cada uno de los alcaldes de los 25 municipios del Cesar tiene consignado en sus planes de desarrollo las metas y objetivos de sus gobiernos para atender el tema vial. Sin embargo, a la hora de pedirles cuentas sobre la ejecución de obras para mejorar vías, se rajan porque han incumplido sus propias metas.
Por eso los campesinos –y con razón- reclaman mayor atención del gobernador del Cesar y de los alcaldes, que parecen indolentes ante esta situación. EL PILÓN conoció que algunos recursos necesarios para estas obras se pueden conseguir en el gobierno central, pero no llegan por la falta de gestión de los mandatarios.
Precisamente cuando hace dos días el gobernador Luis Alberto Monsalvo rindió cuentas y dijo que “el 76 por ciento del presupuesto del año 2013 lo había invertido en reducir la pobreza” y de este porcentaje la mayor porción fue para infraestructura en general, las vías no fueron el tema central, a pesar de que en su Plan de Desarrollo quedaron incluidas varias acciones estratégicas, como “implementar un sistema de información, actualizado, sobre el estado de las vías del Cesar, teniendo en cuenta que no existe éste ni las estadísticas que permitan conocer información de más del 80 por ciento de las vías del departamento.
En los tres años de este gobierno (tanto alcaldías como gobernación) poco han hecho por recuperar y adecuar los aproximadamente 3.300 kilómetros de vías terciarias del Cesar, de las cinco mil que existen. El gobernador Monsalvo sólo dio cuentas de la rehabilitación de 146 kilómetros de vías terciarias. ¿Las 51 máquinas del Banco de Maquinaria que compró su gobierno en el 2013, qué vías ha recuperado o mejor a quién ha beneficiado? ¿Cuál será el balance de los 102 kilómetros de vías secundarias en mal estado, de los 136 que tiene el departamento, que estaban pendientes por mejorar?
Las comunidades campesinas del Cesar padecen en la época de lluvia por el mal estado de las vías terciarias, y algunas secundarias. En este caso las primeras son responsabilidad directa de las administraciones municipales, y las segundas del gobierno departamental, sin que esto excluya que puede apoyar a los municipios a mejorar la red vial […]
Las comunidades campesinas del Cesar padecen en la época de lluvia por el mal estado de las vías terciarias, y algunas secundarias. En este caso las primeras son responsabilidad directa de las administraciones municipales, y las segundas del gobierno departamental, sin que esto excluya que puede apoyar a los municipios a mejorar la red vial terciaria.
En el sur, en el centro y el norte del Cesar ocurre lo mismo. Parece la misma fotografía: campesinos que no pueden sacar sus cosechas y comunidades que se quedan incomunicadas por la creciente de quebradas y acequias, que lo único que pueden hacer es esperar que baje el caudal de las aguas para salir, pues, como aseguran, están cansados de pedir a los alcaldes y al gobernador que invierta en estas vías tan importantes para la economía cesarense.
Las Casitas, El Alto de la Vuelta, Guacoche, en Valledupar; Los Llanos, Caracolí, Puros Altos, veredas en Aguachica; todos los corregimientos de los llamados ‘países bajos’ en Curumaní, así como ocurre en los municipios de Codazzi, Becerril, La Jagua de Ibirico, entre otras, son zonas con vías rurales pésimas.
Cada uno de los alcaldes de los 25 municipios del Cesar tiene consignado en sus planes de desarrollo las metas y objetivos de sus gobiernos para atender el tema vial. Sin embargo, a la hora de pedirles cuentas sobre la ejecución de obras para mejorar vías, se rajan porque han incumplido sus propias metas.
Por eso los campesinos –y con razón- reclaman mayor atención del gobernador del Cesar y de los alcaldes, que parecen indolentes ante esta situación. EL PILÓN conoció que algunos recursos necesarios para estas obras se pueden conseguir en el gobierno central, pero no llegan por la falta de gestión de los mandatarios.
Precisamente cuando hace dos días el gobernador Luis Alberto Monsalvo rindió cuentas y dijo que “el 76 por ciento del presupuesto del año 2013 lo había invertido en reducir la pobreza” y de este porcentaje la mayor porción fue para infraestructura en general, las vías no fueron el tema central, a pesar de que en su Plan de Desarrollo quedaron incluidas varias acciones estratégicas, como “implementar un sistema de información, actualizado, sobre el estado de las vías del Cesar, teniendo en cuenta que no existe éste ni las estadísticas que permitan conocer información de más del 80 por ciento de las vías del departamento.
En los tres años de este gobierno (tanto alcaldías como gobernación) poco han hecho por recuperar y adecuar los aproximadamente 3.300 kilómetros de vías terciarias del Cesar, de las cinco mil que existen. El gobernador Monsalvo sólo dio cuentas de la rehabilitación de 146 kilómetros de vías terciarias. ¿Las 51 máquinas del Banco de Maquinaria que compró su gobierno en el 2013, qué vías ha recuperado o mejor a quién ha beneficiado? ¿Cuál será el balance de los 102 kilómetros de vías secundarias en mal estado, de los 136 que tiene el departamento, que estaban pendientes por mejorar?