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Columnista - 10 agosto, 2012

Verificando las irregularidades del TLC

Por: Basilio Padilla Durante un reciente viaje a E.U., se me dio por verificar algunos de los elementos del TLC, suficientemente para expresar en esta columna que si no hay modificaciones y vigilancia al cumplimiento de este acuerdo en nada se beneficiarán la mayoría de los colombianos, o mejor dicho el promedio de los habitantes, […]

Por: Basilio Padilla

Durante un reciente viaje a E.U., se me dio por verificar algunos de los elementos del TLC, suficientemente para expresar en esta columna que si no hay modificaciones y vigilancia al cumplimiento de este acuerdo en nada se beneficiarán la mayoría de los colombianos, o mejor dicho el promedio de los habitantes, aquellos que no forman parte de las grandes corporaciones importadoras de implementos comerciales, agrícolas, automotor y otros. Simplemente, ya se están beneficiando los importadores de carros, ya que la excepción hecha a un tipo de camioneta “pick up 4×4 de 3000cc y más” en nada esta favoreciendo al consumidor. Dos cosas están sucediendo.
Algunas personas iniciaron el proceso de importación de estos vehículos, lo cual produjo quejas de las concesionarias colombianas, a lo cual las multinacionales automotrices norteamericanas respondieron con una orden dada a las concesionarias americanas al efecto que todos los individuos que compraran estos carros en los E.U., tendrían que pagar impuestos locales, lo cual desmotivaría a esas personas, ya que habría un pago doble de impuestos en ambos países. La segunda verificación consistió en comprar equipos agrícolas, como motosierras, guadañas y otros. Al llegar a la agencia de exportación la persona encargada, expreso que estos elementos pagarían el mismo impuesto de siempre, ya que la disminución arancelaria era solo para los grandes importadores y concesionarios de estos equipos, dejando al pequeño importador e individuos por fuera del proceso. Pero lo más interesante de este proceso es que estos concesionarios en Colombia en nada han disminuido el precio de estos elementos y – por supuesto-, estos continúan iguales, lo cual implica que sus ganancias se han incrementado considerablemente.
Asumo que las exportaciones de Colombia hacia los E.U., también serán sometidas a las mismas reglas arbitrarias, es decir totalmente controlada por los poderosos consorcios, quienes en esta forma también le devuelven el favor al capital norteamericano para no lesionar sus corporaciones, en caso de que las personas quieran hacerlo en forma individual. En esta forma el TLC se transforma en un tratado preferencial que favorecería a las grandes corporaciones y consorcios en ambos países. La suerte de los trabajadores y clase media en Colombia seguirá igual. Así mismo la promoción empresarial y las iniciativas individuales serán limitadas debido a las múltiples trabas burocráticas que serán creadas. Me decía un funcionario en los E.U., que para que una persona pudiese manejar una concesionaria de carros en Colombia, prácticamente necesitaba tantos miles y miles de millones que era casi imposible hacerlo. Aun después de intentarlo quizás seria negado por corporaciones de carros americanas con el mismo pretexto de “protección a las que ya existen”. A los únicos que veremos con algunos éxitos sería a funcionarios públicos y congresistas, que utilizarían todas sus influencias para obtener estos objetivos.
De otras maneras también se trata de engañar a la población de Colombia, cuando altos funcionarios públicos y grandes empresarios del sector automotriz colombiano, se presentan en la televisión y prensa, diciendo que el TLC, no cambiará los precios de los carros, debido al hecho que todos los automóviles en los E.U., eran de alta gama. Totalmente falso, ya que en este país se encuentran carros desde 7 millones hacia arriba. Es todo lo contrario los carros de alta gama los fabrican en Europa y el Japón: BMW y Mercedez en Alemania; ferraris y lamborguinis en Italia; lexus e infinity en Japón. Estas declaraciones tienen el claro objetivo de preparar a la población para no esperar que se reduzcan los elevados y especulativos precios de los carros. Es más, el TLC no contempla la importación de carros usados, el cual es el mercado automotor más importante en los E.U. y que le permite a la población obtener carros “certificados” a mitad de precio.

Columnista
10 agosto, 2012

Verificando las irregularidades del TLC

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Basilio Padilla

Por: Basilio Padilla Durante un reciente viaje a E.U., se me dio por verificar algunos de los elementos del TLC, suficientemente para expresar en esta columna que si no hay modificaciones y vigilancia al cumplimiento de este acuerdo en nada se beneficiarán la mayoría de los colombianos, o mejor dicho el promedio de los habitantes, […]


Por: Basilio Padilla

Durante un reciente viaje a E.U., se me dio por verificar algunos de los elementos del TLC, suficientemente para expresar en esta columna que si no hay modificaciones y vigilancia al cumplimiento de este acuerdo en nada se beneficiarán la mayoría de los colombianos, o mejor dicho el promedio de los habitantes, aquellos que no forman parte de las grandes corporaciones importadoras de implementos comerciales, agrícolas, automotor y otros. Simplemente, ya se están beneficiando los importadores de carros, ya que la excepción hecha a un tipo de camioneta “pick up 4×4 de 3000cc y más” en nada esta favoreciendo al consumidor. Dos cosas están sucediendo.
Algunas personas iniciaron el proceso de importación de estos vehículos, lo cual produjo quejas de las concesionarias colombianas, a lo cual las multinacionales automotrices norteamericanas respondieron con una orden dada a las concesionarias americanas al efecto que todos los individuos que compraran estos carros en los E.U., tendrían que pagar impuestos locales, lo cual desmotivaría a esas personas, ya que habría un pago doble de impuestos en ambos países. La segunda verificación consistió en comprar equipos agrícolas, como motosierras, guadañas y otros. Al llegar a la agencia de exportación la persona encargada, expreso que estos elementos pagarían el mismo impuesto de siempre, ya que la disminución arancelaria era solo para los grandes importadores y concesionarios de estos equipos, dejando al pequeño importador e individuos por fuera del proceso. Pero lo más interesante de este proceso es que estos concesionarios en Colombia en nada han disminuido el precio de estos elementos y – por supuesto-, estos continúan iguales, lo cual implica que sus ganancias se han incrementado considerablemente.
Asumo que las exportaciones de Colombia hacia los E.U., también serán sometidas a las mismas reglas arbitrarias, es decir totalmente controlada por los poderosos consorcios, quienes en esta forma también le devuelven el favor al capital norteamericano para no lesionar sus corporaciones, en caso de que las personas quieran hacerlo en forma individual. En esta forma el TLC se transforma en un tratado preferencial que favorecería a las grandes corporaciones y consorcios en ambos países. La suerte de los trabajadores y clase media en Colombia seguirá igual. Así mismo la promoción empresarial y las iniciativas individuales serán limitadas debido a las múltiples trabas burocráticas que serán creadas. Me decía un funcionario en los E.U., que para que una persona pudiese manejar una concesionaria de carros en Colombia, prácticamente necesitaba tantos miles y miles de millones que era casi imposible hacerlo. Aun después de intentarlo quizás seria negado por corporaciones de carros americanas con el mismo pretexto de “protección a las que ya existen”. A los únicos que veremos con algunos éxitos sería a funcionarios públicos y congresistas, que utilizarían todas sus influencias para obtener estos objetivos.
De otras maneras también se trata de engañar a la población de Colombia, cuando altos funcionarios públicos y grandes empresarios del sector automotriz colombiano, se presentan en la televisión y prensa, diciendo que el TLC, no cambiará los precios de los carros, debido al hecho que todos los automóviles en los E.U., eran de alta gama. Totalmente falso, ya que en este país se encuentran carros desde 7 millones hacia arriba. Es todo lo contrario los carros de alta gama los fabrican en Europa y el Japón: BMW y Mercedez en Alemania; ferraris y lamborguinis en Italia; lexus e infinity en Japón. Estas declaraciones tienen el claro objetivo de preparar a la población para no esperar que se reduzcan los elevados y especulativos precios de los carros. Es más, el TLC no contempla la importación de carros usados, el cual es el mercado automotor más importante en los E.U. y que le permite a la población obtener carros “certificados” a mitad de precio.