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Columnista - 11 octubre, 2022

¡Vergüenza!

La única forma de saber si mis zapatos están viejos o sucios cuando nos hemos acostumbrado a traerlos así, es cuando vamos al almacén donde los venden; o nadie extraña lo que nunca ha tenido, o el que llega a un pueblo montado a caballo donde solo hay burros naturalmente es quien llama la atención; […]

La única forma de saber si mis zapatos están viejos o sucios cuando nos hemos acostumbrado a traerlos así, es cuando vamos al almacén donde los venden; o nadie extraña lo que nunca ha tenido, o el que llega a un pueblo montado a caballo donde solo hay burros naturalmente es quien llama la atención; pareciera y de hecho lo es, lo que le está sucediendo a Valledupar, la mayoría se ha acostumbrado al desorden, a la inconsciencia y a la chabacanería, y quienes hemos tenido la oportunidad de viajar de inmediato podemos ver el contraste, ahora, si los mandatarios y los funcionarios que toman las decisiones han viajado ¿Por qué permiten que su ciudad caiga a estos niveles de anarquía?

Por razones obvias evito a toda costa transitar por la tradicional calle del Cesar (Carrera séptima) entre la calle 19 y la calle 16, porque entre el sector de la galería popular y el edificio Pumarejo, el caos se apoderó no solo de este sector sino de todo el centro de la ciudad; estaciones de mototaxis en plena calle, vendedores estacionarios y ambulantes, invasión de la zona peatonal y la contaminación física y auditiva que se vive es impresionante, amén de los trancones monumentales que se forman precisamente porque los vehículos deben esquivar todo lo mencionado anteriormente.

Valledupar sufre casi todos los problemas que llevan a una ciudad a que sea inviable, pero quizás lo que más nos duele es la movilidad especialmente en una ciudad donde,  según un estudio de la Universidad Nacional de Colombia a través del Instituto de  Estudios Urbanos – IEU publicado en abril del año 2021, concluye que el parque automotor de Valledupar es de 83.991 vehículos en su área metropolitana, de los cuales el 58% son motocicletas, es decir 48.715 armas mortales transitando sin Dios y sin ley en una ciudad con serios problemas de malla vial y sin ningún tipo de cultura, de ahí que sean los principales causantes no solo del caos en la movilidad sino  del 92% de los accidentes de tránsito.

Ahora bien, si ya tienes identificado el problema con hechos y datos, la solución solo te exige un poco de sentido común, pero como siempre acudimos a todas las soluciones que nos demuestra una vez más es el menos común de los sentidos o quizás muy convenientemente tomamos la ruta más larga para generar negocios en medio del caos como en el cuento del vendedor de globos que contrata a un loco con alfileres.

El caos en la movilidad de esta ciudad tiene claramente identificadas sus causas, la primera por supuesto es la incultura del conductor, la inobservancia de las normas y señales de tránsito y la anarquía fomentada por la ausencia de autoridad la cual hay que aplicarla cuando se rompe el contrato social;  pero la realidad es que la incultura superó a la ley y este es el límite superior de una sociedad desordenada que hoy aplica la ley del más fuerte y como en la selva, resuelve sus diferencias con violencia y por cuenta propia por la misma degradación del tejido social.

Los vehículos parqueados en avenidas y calles disminuyen el área de circulación, las aceras y zonas peatonales como zona de cargue y descargue, el irrespeto de los semáforos, cebras, pares viales, adelantar en zonas prohibidas o por la derecha, obviar las luces direccionales o ignorarlas constituyen entre otras muchas las causas del caos vial y el origen de accidentes que terminan cuando no es con heridos en riñas callejeras pues no hay autoridad de tránsito que dirima estos conflictos.

Así las cosas, si el problema es de regulación de tránsito, de ausencia de pedagogía en una sociedad que olvido las normas básicas de convivencia y de paso las de movilidad ¿Por qué motivo todos los alcaldes optan por dedicar a los reguladores de tránsito a montar retenes para inmovilizar motocicletas y vehículos sin los documentos en regla? O todos los sabemos y lo comentamos en privado pero en público nos da una conveniente amnesia so pena de ser linchado socialmente porque normalizamos la corrupción y el desorden cuando deberíamos estar asumiendo posiciones firmes y decididas para proponer soluciones desde, debería darnos vergüenza.

Columnista
11 octubre, 2022

¡Vergüenza!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eloy Gutiérrez Anaya

La única forma de saber si mis zapatos están viejos o sucios cuando nos hemos acostumbrado a traerlos así, es cuando vamos al almacén donde los venden; o nadie extraña lo que nunca ha tenido, o el que llega a un pueblo montado a caballo donde solo hay burros naturalmente es quien llama la atención; […]


La única forma de saber si mis zapatos están viejos o sucios cuando nos hemos acostumbrado a traerlos así, es cuando vamos al almacén donde los venden; o nadie extraña lo que nunca ha tenido, o el que llega a un pueblo montado a caballo donde solo hay burros naturalmente es quien llama la atención; pareciera y de hecho lo es, lo que le está sucediendo a Valledupar, la mayoría se ha acostumbrado al desorden, a la inconsciencia y a la chabacanería, y quienes hemos tenido la oportunidad de viajar de inmediato podemos ver el contraste, ahora, si los mandatarios y los funcionarios que toman las decisiones han viajado ¿Por qué permiten que su ciudad caiga a estos niveles de anarquía?

Por razones obvias evito a toda costa transitar por la tradicional calle del Cesar (Carrera séptima) entre la calle 19 y la calle 16, porque entre el sector de la galería popular y el edificio Pumarejo, el caos se apoderó no solo de este sector sino de todo el centro de la ciudad; estaciones de mototaxis en plena calle, vendedores estacionarios y ambulantes, invasión de la zona peatonal y la contaminación física y auditiva que se vive es impresionante, amén de los trancones monumentales que se forman precisamente porque los vehículos deben esquivar todo lo mencionado anteriormente.

Valledupar sufre casi todos los problemas que llevan a una ciudad a que sea inviable, pero quizás lo que más nos duele es la movilidad especialmente en una ciudad donde,  según un estudio de la Universidad Nacional de Colombia a través del Instituto de  Estudios Urbanos – IEU publicado en abril del año 2021, concluye que el parque automotor de Valledupar es de 83.991 vehículos en su área metropolitana, de los cuales el 58% son motocicletas, es decir 48.715 armas mortales transitando sin Dios y sin ley en una ciudad con serios problemas de malla vial y sin ningún tipo de cultura, de ahí que sean los principales causantes no solo del caos en la movilidad sino  del 92% de los accidentes de tránsito.

Ahora bien, si ya tienes identificado el problema con hechos y datos, la solución solo te exige un poco de sentido común, pero como siempre acudimos a todas las soluciones que nos demuestra una vez más es el menos común de los sentidos o quizás muy convenientemente tomamos la ruta más larga para generar negocios en medio del caos como en el cuento del vendedor de globos que contrata a un loco con alfileres.

El caos en la movilidad de esta ciudad tiene claramente identificadas sus causas, la primera por supuesto es la incultura del conductor, la inobservancia de las normas y señales de tránsito y la anarquía fomentada por la ausencia de autoridad la cual hay que aplicarla cuando se rompe el contrato social;  pero la realidad es que la incultura superó a la ley y este es el límite superior de una sociedad desordenada que hoy aplica la ley del más fuerte y como en la selva, resuelve sus diferencias con violencia y por cuenta propia por la misma degradación del tejido social.

Los vehículos parqueados en avenidas y calles disminuyen el área de circulación, las aceras y zonas peatonales como zona de cargue y descargue, el irrespeto de los semáforos, cebras, pares viales, adelantar en zonas prohibidas o por la derecha, obviar las luces direccionales o ignorarlas constituyen entre otras muchas las causas del caos vial y el origen de accidentes que terminan cuando no es con heridos en riñas callejeras pues no hay autoridad de tránsito que dirima estos conflictos.

Así las cosas, si el problema es de regulación de tránsito, de ausencia de pedagogía en una sociedad que olvido las normas básicas de convivencia y de paso las de movilidad ¿Por qué motivo todos los alcaldes optan por dedicar a los reguladores de tránsito a montar retenes para inmovilizar motocicletas y vehículos sin los documentos en regla? O todos los sabemos y lo comentamos en privado pero en público nos da una conveniente amnesia so pena de ser linchado socialmente porque normalizamos la corrupción y el desorden cuando deberíamos estar asumiendo posiciones firmes y decididas para proponer soluciones desde, debería darnos vergüenza.