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Columnista - 15 abril, 2010

Verde, que te quiero verde

DOS PUNTOS Por: Germán Piedrahíta R. Este es el grito de la muy activa barra del equipo de fútbol de la ciudad de Medellín, el Atlético Nacional y le queda muy bien a la nueva oleada que recorre al país, creando no sólo un sano movimiento nacionalista sino poniendo en calzas prietas a más de […]

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DOS PUNTOS

Por: Germán Piedrahíta R.

Este es el grito de la muy activa barra del equipo de fútbol de la ciudad de Medellín, el Atlético Nacional y le queda muy bien a la nueva oleada que recorre al país, creando no sólo un sano movimiento nacionalista sino poniendo en calzas prietas a más de uno de los que, con libertad de opinión, estaban dispuestos a votar por el candidato del círculo amarillo.
Y es que ya la consulta verde había abierto una puerta que no había sido cruzada mayoritariamente ese día por haberse dado igualmente la consulta conservadora, pues de lo contrario el número de votantes por los candidatos verdes muy seguramente habría triplicado o más el resultado final, que fue bueno.
Los colombianos veíamos expectantes el caminar de los candidatos y la seguridad displicente del señalado por la burocracia gobernante hasta que, en un ejemplo más de cultura ciudadana, de nacionalismo, de amor por el país, el verde solicita la mano tricolor y ésta, como muchos esperábamos, respondió con un abrazo y allí se creció la ola que todos esperan, sea la que lleve a buen puerto a la nave de los deseos colectivos.
Ahora le toca al país que se levanta todos los días a trabajar, a ser el viento que no deje caer la cresta de la ola verde y siga llevando las propuestas de cambio que ya fueron planteadas por los tenores y ahora el mejor coro del mundo.
El gran damnificado es uno de los mejores candidatos, quizá el mejor preparado,  que por estar en una militancia satanizada por los miles de informes, entrevistas, encuestas,  pagadas por los dueños del poder y de las multinacionales que han comprado al país, verá cómo esos silenciosos votantes tenderán hacia el partido que, por el ejemplo de sus figuras, puede mostrar que sí es posible gobernar con dignidad.
Y es que para los que se preguntan el por qué de la ola, las respuestas están en los únicos que por sus hechos nos demuestran que sí están preparados para gobernar con rectitud, sabiduría y resultados, porque sólo los acompañantes del verde son los que pueden decir y presentar un trabajo administrativo, alcaldes de las dos más grandes ciudades capitales  del país, con resultados  palpables.
Y si hay que analizar las hojas de vida para poder augurar el futuro del país, pues qué mejor que retroceder en más de diez años y desde allí, en esas caóticas capitales, Bogotá y Medellín, medir la experiencia que se le pide a toda persona cuando va a ocupar cualquier puesto.
Será que los cambios vistos, vividos, reales en estas pequeñas ‘Colombias’,  y en todos los ámbitos de estos cuatro mosqueteros y entre ellos los dos candidatos ya escogidos, se pueden minimizar ante el trabajo, poco analizado al paso de los  gobiernos, de los que han sido siempre, nombrados en sus cargos como ministros, embajadores, secretarios, gerentes, no elegidos por votación popular, sino por venir y vivir  a la sombra política de un partido y bajo la bendición de un apellido que otrora fuera ilustre pero que hoy se pierde en los vericuetos de  lo que se ha dado por llamar “la dinámica de la política”  y los que eran azules hoy son rojos y esos rojos se volvieron morados o se terminaron arrodillando ante un caudillo que deberá demostrar, ante cortes internacionales, que todo fue a sus espaldas, que también tuvo su elefante, sólo que éste salió fue de Soacha pasando de falso a positivo y guiado por las chuzadas de un aparato que se encontraba directamente bajo su mando.
Revisen y si encuentran entre los demás candidatos experiencias de manejo como la de los verdes, pues voten por ellos, pero si no, voten  y  elijan a los que sí saben  y lo han demostrado.
No lo hagan por el partido verde, no lo hagan por Mockus ni por Fajardo, háganlo por ustedes, por sus hijos, por el país, por la moral, por Colombia, si no es por ellos, queda uno igual de bueno, el señalado de ‘maloso’, Petro, el del círculo amarillo.

[email protected]

P:D: Magnífico el concierto de la Sinfónica Nacional de Colombia y muy bueno el comportamiento y la asistencia del público. Los que no fueron no saben de lo que se perdieron. Bien por la gobernación y la coordinación de cultura que nos muestran que ya hay público para estos eventos.

Columnista
15 abril, 2010

Verde, que te quiero verde

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Germán Piedrahíta R.

DOS PUNTOS Por: Germán Piedrahíta R. Este es el grito de la muy activa barra del equipo de fútbol de la ciudad de Medellín, el Atlético Nacional y le queda muy bien a la nueva oleada que recorre al país, creando no sólo un sano movimiento nacionalista sino poniendo en calzas prietas a más de […]


DOS PUNTOS

Por: Germán Piedrahíta R.

Este es el grito de la muy activa barra del equipo de fútbol de la ciudad de Medellín, el Atlético Nacional y le queda muy bien a la nueva oleada que recorre al país, creando no sólo un sano movimiento nacionalista sino poniendo en calzas prietas a más de uno de los que, con libertad de opinión, estaban dispuestos a votar por el candidato del círculo amarillo.
Y es que ya la consulta verde había abierto una puerta que no había sido cruzada mayoritariamente ese día por haberse dado igualmente la consulta conservadora, pues de lo contrario el número de votantes por los candidatos verdes muy seguramente habría triplicado o más el resultado final, que fue bueno.
Los colombianos veíamos expectantes el caminar de los candidatos y la seguridad displicente del señalado por la burocracia gobernante hasta que, en un ejemplo más de cultura ciudadana, de nacionalismo, de amor por el país, el verde solicita la mano tricolor y ésta, como muchos esperábamos, respondió con un abrazo y allí se creció la ola que todos esperan, sea la que lleve a buen puerto a la nave de los deseos colectivos.
Ahora le toca al país que se levanta todos los días a trabajar, a ser el viento que no deje caer la cresta de la ola verde y siga llevando las propuestas de cambio que ya fueron planteadas por los tenores y ahora el mejor coro del mundo.
El gran damnificado es uno de los mejores candidatos, quizá el mejor preparado,  que por estar en una militancia satanizada por los miles de informes, entrevistas, encuestas,  pagadas por los dueños del poder y de las multinacionales que han comprado al país, verá cómo esos silenciosos votantes tenderán hacia el partido que, por el ejemplo de sus figuras, puede mostrar que sí es posible gobernar con dignidad.
Y es que para los que se preguntan el por qué de la ola, las respuestas están en los únicos que por sus hechos nos demuestran que sí están preparados para gobernar con rectitud, sabiduría y resultados, porque sólo los acompañantes del verde son los que pueden decir y presentar un trabajo administrativo, alcaldes de las dos más grandes ciudades capitales  del país, con resultados  palpables.
Y si hay que analizar las hojas de vida para poder augurar el futuro del país, pues qué mejor que retroceder en más de diez años y desde allí, en esas caóticas capitales, Bogotá y Medellín, medir la experiencia que se le pide a toda persona cuando va a ocupar cualquier puesto.
Será que los cambios vistos, vividos, reales en estas pequeñas ‘Colombias’,  y en todos los ámbitos de estos cuatro mosqueteros y entre ellos los dos candidatos ya escogidos, se pueden minimizar ante el trabajo, poco analizado al paso de los  gobiernos, de los que han sido siempre, nombrados en sus cargos como ministros, embajadores, secretarios, gerentes, no elegidos por votación popular, sino por venir y vivir  a la sombra política de un partido y bajo la bendición de un apellido que otrora fuera ilustre pero que hoy se pierde en los vericuetos de  lo que se ha dado por llamar “la dinámica de la política”  y los que eran azules hoy son rojos y esos rojos se volvieron morados o se terminaron arrodillando ante un caudillo que deberá demostrar, ante cortes internacionales, que todo fue a sus espaldas, que también tuvo su elefante, sólo que éste salió fue de Soacha pasando de falso a positivo y guiado por las chuzadas de un aparato que se encontraba directamente bajo su mando.
Revisen y si encuentran entre los demás candidatos experiencias de manejo como la de los verdes, pues voten por ellos, pero si no, voten  y  elijan a los que sí saben  y lo han demostrado.
No lo hagan por el partido verde, no lo hagan por Mockus ni por Fajardo, háganlo por ustedes, por sus hijos, por el país, por la moral, por Colombia, si no es por ellos, queda uno igual de bueno, el señalado de ‘maloso’, Petro, el del círculo amarillo.

[email protected]

P:D: Magnífico el concierto de la Sinfónica Nacional de Colombia y muy bueno el comportamiento y la asistencia del público. Los que no fueron no saben de lo que se perdieron. Bien por la gobernación y la coordinación de cultura que nos muestran que ya hay público para estos eventos.