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Columnista - 14 agosto, 2024

Venezuela, postre ideológico de la geopolítica

Con esta inusitada avalancha económica nuevos valores se incrustaron en los venezolanos, la vida fácil se tomó a la dirigencia convirtiéndola en una rapiña que cohabitaba con la dictadura, en lugar de construir país.

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Venezuela no tuvo una cultura precolombina como nosotros; por eso, tal vez, no desarrolló sus valores como nación. El político, filósofo y periodista venezolano Arturo Uslar Pietri (QEPD) precisa dos momentos trágicos de su país; uno, la guerra de independencia que duró 20 años durante la cual murió la tercera parte de su población; la libertad dejó a los venezolanos sin norte y sumidos en una anarquía que destruyó todas las instituciones que la colonia construyó durante 300 años; la moda era gobernar con dictaduras; Bolívar lo había anticipado: “Venezuela será un cuartel”. Juan Vicente Gómez, con una dictadura rígida comenzó a organizar la nación entre 1908 y 1935; dos, la riqueza petrolera que comenzó en 1930. 

Con esta inusitada avalancha económica nuevos valores se incrustaron en los venezolanos, la vida fácil se tomó a la dirigencia convirtiéndola en una rapiña que cohabitaba con la dictadura, en lugar de construir país. Muchos de los herederos de esa pléyade de parásitos viven como pachás en Miami. En 1975 fue nacionalizado el petróleo y surgió PDVSA como ente rector de la industria petrolera. También dijo AUP que entre 1973 y 1995 (22 años) a Venezuela ingresaron más de USD260 mil millones, 18 veces el Plan Marshall para Europa posguerra concebido para cinco años y que, además, Venezuela era el rancho de los Rockefeller. 

Esta enorme fortuna se la comieron, dijo el referente. Si AUP viviera yo le diría: no se preocupe que nuestros “cultos” hacen lo mismo. Algunos descendientes de esa piñata son los Mendoza, los Boulton, los Machado y los López. Viví en Caracas entre 1976 y 1882 y vi como corría la danza de millones que se repartían. El sector industrial era incipiente, todo se importaba, los contratistas del Estado eran muy prósperos; los dueños de fincas iban a ellas en aviones, la plata cundía, la opulencia era total, los directores de PDVSA no vivían en Caracas, viajaban a dormir a Miami todos los días, el sueño de todo venezolano, a donde iban a comprar con el conocido orgullo “ta barato, dame dos”. Cada venezolano creía que tenía un pozo de petróleo en el patio de su casa; durante 70 años una Coca-Cola personal costó Bs0.25, la fortaleza del $Bolívar vendía a ese país como del primer mundo; nadie reparaba electrodomésticos, los botaban y compraban nuevos; en las filas de Mariche, cerro caraqueño, frente a los ranchos. veíamos carros de alta gama. Tras un largo periodo de dictaduras, la “democracia” comenzó a gobernar post el acuerdo político de Puntofijo, muy efímero, una especie de Frente Nacional, concertado entre Acción Democrática, (AD), URD y Copey. Ahí fue Troya, sus dirigentes empezaron a robar como si fueran dictadores en nombre de la democracia. 

Recuerdo el sonado caso de la llamada “Barcaza”, Carlos Andrés Pérez, CAP, era el presidente, un negociado parecido al software que Duque compró en efectivo en Israel con el silencio cómplice de los llamados demócratas del país. Con el “caracazo” contra CAP, hubo muchos muertos en Caracas. Por estos hechos AD perdió el poder. Hoy Venezuela está en el radar de todas las empresas extractivas del mundo, en especial norteamericanas para las cuales la transición energética no está en sus planes; sus reservas petroleras y de otros metales estratégicos, contrario sensu, son una amenaza mortal para los venezolanos que no pudieron consolidar su democracia; en la jerga de la geopolítica, este territorio hace parte del llamado “bajo vientre” hasta donde los EE. UU. extienden sus fronteras antillanas; podríamos decir que Venezuela es a los EE. UU. lo que Ucrania es a Rusia, un postre muy apetecido, pero dinamitado por dentro y Colombia en el área de candela. Es difícil prever lo que sucederá allá, pero sus efectos se sentirán con mayor intensidad en Colombia. Y, si lo que quieren es volver a la era pre-Chávez, la del rancho, la Machado y su combo son los ideales. Todo hace prever que Maduro seguirá en el poder y habría que analizar qué es lo más conveniente para Colombia.                                                                       

Por: Luis Napoleón de Armas P.

Columnista
14 agosto, 2024

Venezuela, postre ideológico de la geopolítica

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

Con esta inusitada avalancha económica nuevos valores se incrustaron en los venezolanos, la vida fácil se tomó a la dirigencia convirtiéndola en una rapiña que cohabitaba con la dictadura, en lugar de construir país.


Venezuela no tuvo una cultura precolombina como nosotros; por eso, tal vez, no desarrolló sus valores como nación. El político, filósofo y periodista venezolano Arturo Uslar Pietri (QEPD) precisa dos momentos trágicos de su país; uno, la guerra de independencia que duró 20 años durante la cual murió la tercera parte de su población; la libertad dejó a los venezolanos sin norte y sumidos en una anarquía que destruyó todas las instituciones que la colonia construyó durante 300 años; la moda era gobernar con dictaduras; Bolívar lo había anticipado: “Venezuela será un cuartel”. Juan Vicente Gómez, con una dictadura rígida comenzó a organizar la nación entre 1908 y 1935; dos, la riqueza petrolera que comenzó en 1930. 

Con esta inusitada avalancha económica nuevos valores se incrustaron en los venezolanos, la vida fácil se tomó a la dirigencia convirtiéndola en una rapiña que cohabitaba con la dictadura, en lugar de construir país. Muchos de los herederos de esa pléyade de parásitos viven como pachás en Miami. En 1975 fue nacionalizado el petróleo y surgió PDVSA como ente rector de la industria petrolera. También dijo AUP que entre 1973 y 1995 (22 años) a Venezuela ingresaron más de USD260 mil millones, 18 veces el Plan Marshall para Europa posguerra concebido para cinco años y que, además, Venezuela era el rancho de los Rockefeller. 

Esta enorme fortuna se la comieron, dijo el referente. Si AUP viviera yo le diría: no se preocupe que nuestros “cultos” hacen lo mismo. Algunos descendientes de esa piñata son los Mendoza, los Boulton, los Machado y los López. Viví en Caracas entre 1976 y 1882 y vi como corría la danza de millones que se repartían. El sector industrial era incipiente, todo se importaba, los contratistas del Estado eran muy prósperos; los dueños de fincas iban a ellas en aviones, la plata cundía, la opulencia era total, los directores de PDVSA no vivían en Caracas, viajaban a dormir a Miami todos los días, el sueño de todo venezolano, a donde iban a comprar con el conocido orgullo “ta barato, dame dos”. Cada venezolano creía que tenía un pozo de petróleo en el patio de su casa; durante 70 años una Coca-Cola personal costó Bs0.25, la fortaleza del $Bolívar vendía a ese país como del primer mundo; nadie reparaba electrodomésticos, los botaban y compraban nuevos; en las filas de Mariche, cerro caraqueño, frente a los ranchos. veíamos carros de alta gama. Tras un largo periodo de dictaduras, la “democracia” comenzó a gobernar post el acuerdo político de Puntofijo, muy efímero, una especie de Frente Nacional, concertado entre Acción Democrática, (AD), URD y Copey. Ahí fue Troya, sus dirigentes empezaron a robar como si fueran dictadores en nombre de la democracia. 

Recuerdo el sonado caso de la llamada “Barcaza”, Carlos Andrés Pérez, CAP, era el presidente, un negociado parecido al software que Duque compró en efectivo en Israel con el silencio cómplice de los llamados demócratas del país. Con el “caracazo” contra CAP, hubo muchos muertos en Caracas. Por estos hechos AD perdió el poder. Hoy Venezuela está en el radar de todas las empresas extractivas del mundo, en especial norteamericanas para las cuales la transición energética no está en sus planes; sus reservas petroleras y de otros metales estratégicos, contrario sensu, son una amenaza mortal para los venezolanos que no pudieron consolidar su democracia; en la jerga de la geopolítica, este territorio hace parte del llamado “bajo vientre” hasta donde los EE. UU. extienden sus fronteras antillanas; podríamos decir que Venezuela es a los EE. UU. lo que Ucrania es a Rusia, un postre muy apetecido, pero dinamitado por dentro y Colombia en el área de candela. Es difícil prever lo que sucederá allá, pero sus efectos se sentirán con mayor intensidad en Colombia. Y, si lo que quieren es volver a la era pre-Chávez, la del rancho, la Machado y su combo son los ideales. Todo hace prever que Maduro seguirá en el poder y habría que analizar qué es lo más conveniente para Colombia.                                                                       

Por: Luis Napoleón de Armas P.