La oposición venezolana no puede darle la vanguardia a aventureros, mercenarios y narcos al estilo de la mafia gringa contra Fidel Castro, en un mundo tan mediatizado. Y cuando decimos eso no es por exculpar al régimen de Maduro, que es un gobierno cívico-militar, férreo, dictatorial pero ojo, que no podría por las permanentes amenazas ser de otra manera.
La oposición venezolana no puede darle la vanguardia a aventureros, mercenarios y narcos al estilo de la mafia gringa contra Fidel Castro, en un mundo tan mediatizado. Y cuando decimos eso no es por exculpar al régimen de Maduro, que es un gobierno cívico-militar, férreo, dictatorial pero ojo, que no podría por las permanentes amenazas ser de otra manera.
Asistimos a la radicalización de las partes, al desgaste del diálogo y de la gestión de los países que buscan un entendimiento, dentro de los que no está Colombia, hoy enfocados en enfrentar el coronavirus.
En momentos en que paradójicamente muchos venezolanos resuelven retornar a su país por estar con la familia y por la evidencia de que Colombia, y los otros países, no podrán atenderlos con la generosidad y los empleos de antes, todo por efecto del coronavirus, se han activado rebeldes con dudosos antecedentes con el fin de derrocar al gobierno de Maduro. Una de esas operaciones clandestinas en la costa próxima a Caracas fue debelada, algunos exmilitares muertos, otros capturados y se buscan a dos ciudadanos estadounidenses.
En pasados días se había descubierto un plan y unas armas en Colombia en el cual terminó involucrado otro exmilitar quien manifestó que había firmado en ese propósito un acuerdo con el famoso publicista JJ Rendón y Juan Guaidó. Rendón lo reconoció pero Guaidó no. Aunque ha circulado un facsímil con su firma.
El gobierno venezolano ha iniciado allanamientos, órdenes de detención contra opositores, ahora en armas o patrocinando esa vía, entre ellos a Rendón.
Se ha culpado a Colombia y a los Estados Unidos de estar detrás de esa conspiración. El presidente Duque manifestó ayer que no tenía responsabilidad en ello y Trump afirmó que no alentaba ese tipo de actuaciones: “Si voy es con un ejército de frente y en una operación de invasión”, dijo.
Esta situación de Venezuela siempre nos ha inquietado, pues hay evidencia de un plan contra el gobierno de Venezuela desde nuestro territorio. Así como se ha dicho siempre del apoyo desde Venezuela a los grupos guerrilleros colombianos, como el ELN y la disidencia de las FARC. Es un estado de cosas que hace frágil la frontera, que afectaría a los departamentos de La Guajira y Cesar y que podría traer la indeseable consecuencia de alguna activación de esos rebeldes colombianos, que han sido frenados por nuestra Fuerza Pública.
Felizmente desde la tregua unilateral de las FARC aún antes de la firma de los acuerdos de La Habana, en estos departamentos hermanos no se ha presentado ninguna acción de violencia, ataque, hostigamiento, extorsión o secuestro por parte de la otrora organización armada; los espacios ETCR en los que viven parte de los excombatientes dan muestras cada día más de su compromiso con la paz, la vida productiva y normal.
Venezuela como siempre, nos seduce, nos preocupa, y con todo reiteramos que la vía de la negociación política es el de la solución de su profundo drama y de su trágica película de héroes, villanos, narcos, mercenarios, militares, demócratas que hacen parte de la oposición y deben tomar la vanguardia.
La oposición venezolana no puede darle la vanguardia a aventureros, mercenarios y narcos al estilo de la mafia gringa contra Fidel Castro, en un mundo tan mediatizado. Y cuando decimos eso no es por exculpar al régimen de Maduro, que es un gobierno cívico-militar, férreo, dictatorial pero ojo, que no podría por las permanentes amenazas ser de otra manera.
La oposición venezolana no puede darle la vanguardia a aventureros, mercenarios y narcos al estilo de la mafia gringa contra Fidel Castro, en un mundo tan mediatizado. Y cuando decimos eso no es por exculpar al régimen de Maduro, que es un gobierno cívico-militar, férreo, dictatorial pero ojo, que no podría por las permanentes amenazas ser de otra manera.
Asistimos a la radicalización de las partes, al desgaste del diálogo y de la gestión de los países que buscan un entendimiento, dentro de los que no está Colombia, hoy enfocados en enfrentar el coronavirus.
En momentos en que paradójicamente muchos venezolanos resuelven retornar a su país por estar con la familia y por la evidencia de que Colombia, y los otros países, no podrán atenderlos con la generosidad y los empleos de antes, todo por efecto del coronavirus, se han activado rebeldes con dudosos antecedentes con el fin de derrocar al gobierno de Maduro. Una de esas operaciones clandestinas en la costa próxima a Caracas fue debelada, algunos exmilitares muertos, otros capturados y se buscan a dos ciudadanos estadounidenses.
En pasados días se había descubierto un plan y unas armas en Colombia en el cual terminó involucrado otro exmilitar quien manifestó que había firmado en ese propósito un acuerdo con el famoso publicista JJ Rendón y Juan Guaidó. Rendón lo reconoció pero Guaidó no. Aunque ha circulado un facsímil con su firma.
El gobierno venezolano ha iniciado allanamientos, órdenes de detención contra opositores, ahora en armas o patrocinando esa vía, entre ellos a Rendón.
Se ha culpado a Colombia y a los Estados Unidos de estar detrás de esa conspiración. El presidente Duque manifestó ayer que no tenía responsabilidad en ello y Trump afirmó que no alentaba ese tipo de actuaciones: “Si voy es con un ejército de frente y en una operación de invasión”, dijo.
Esta situación de Venezuela siempre nos ha inquietado, pues hay evidencia de un plan contra el gobierno de Venezuela desde nuestro territorio. Así como se ha dicho siempre del apoyo desde Venezuela a los grupos guerrilleros colombianos, como el ELN y la disidencia de las FARC. Es un estado de cosas que hace frágil la frontera, que afectaría a los departamentos de La Guajira y Cesar y que podría traer la indeseable consecuencia de alguna activación de esos rebeldes colombianos, que han sido frenados por nuestra Fuerza Pública.
Felizmente desde la tregua unilateral de las FARC aún antes de la firma de los acuerdos de La Habana, en estos departamentos hermanos no se ha presentado ninguna acción de violencia, ataque, hostigamiento, extorsión o secuestro por parte de la otrora organización armada; los espacios ETCR en los que viven parte de los excombatientes dan muestras cada día más de su compromiso con la paz, la vida productiva y normal.
Venezuela como siempre, nos seduce, nos preocupa, y con todo reiteramos que la vía de la negociación política es el de la solución de su profundo drama y de su trágica película de héroes, villanos, narcos, mercenarios, militares, demócratas que hacen parte de la oposición y deben tomar la vanguardia.