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General - 5 octubre, 2018

Vallenatos, mano amiga de venezolanos

<> Mateo 25:40.

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Con el pasaje bíblico impreso en el libro de Mateo 25:40, el padre Nolberto Mogollón de la Parroquia Santa María del Camino de Valledupar responde cuando se le pregunta el porqué de las jornadas de “multiplicación de los panes”, como le han llamado a la actividad que él, en compañía de varios miembros de la comunidad de Emaús y la red de parejas, desarrolla para dar de comer a los venezolanos que vagan en las calles de Valledupar.

“En la primera jornada fuimos al sector del barrio El Carmen. Cuando llegamos nos preocupamos porque había más de 300 venezolanos entre mujeres, hombres, adultos mayores, niños, niños de brazos y jóvenes”, recuerda el párroco y señala que, como si se hubiera tratado de un milagro, y luego de una corta homilía sobre el pasaje que se haya en Mateo 14:13-21 y que narra la multiplicación de los panes y los peces, “Dios hizo lo suyo.”

“Solo habíamos preparado comida para 250 personas, pero luego de alabanzas y oración, ¡qué impresión!, todos comieron, algunos repitieron y sobró comida”, asegura el sacerdote.

Esta actividad que semanalmente realiza el presbítero y un grupo de fieles nació del clamor de los migrantes del vecino país que han llegado a Colombia rogando ayuda en cada semáforo y regodeándose por cualquier peso entre los transeúntes que, muchas veces, suelen fastidiarse con la reiterada escena.

Aunque hasta el momento y según manifiesta el padre Mogollón han podido llevar comida y vestido a los venezolanos refugiados en sectores como el de La Terminal de Transportes, ‘El Boliche’ 1 y 2, La Permanente Central de la Policía y sus alrededores, Coudadela 450 años, el 9 de Marzo y Zapato en Mano, este es solo un pequeñísimo sector de una población que podría llegar a los 4 millones de migrantes, según anunció esta semana el canciller colombiano Carlos Holmes Trujillo.

Según el canciller, son tres los posibles escenarios en torno a la situación venezolana: “En el más crítico, la suma de requerimientos para hacer frente a la crisis llegaría a los 26 billones de pesos (llegada de 4 millones de venezolanos). En caso de que las circunstancias continúen como se vienen desarrollando actualmente los requerimientos serían de 12 billones de pesos de aquí al 2021 (y 2,3 millones de venezolanos), y en un caso optimista de mejoramiento de las condiciones de Venezuela, sería de 10 billones de pesos (con 1’2 millones de inmigrantes venezolanos)”, sin embargo, frente a esto aclaró que la última opción es poco probable.

¿Alcaldía humanitaria?

Según el último censo realizado entre abril y junio de este año por la la Unidad para la Gestión de Riesgo de Desastres, Valledupar es la ciudad del Cesar con mayor registro de migrantes venezolanos con una cifra que, para la fecha de finalización del mismo, ascendía a los 11.340 migrantes venezolanos.

Entre tanto, cifras de Migración Colombia indican que, a corte de 30 de agosto, 935.593 venezolanos han llegado hasta Colombia. De ellos, un 2,9 % han llegado al departamento del Cesar, o sea, más de 27 mil migrantes.

Ante esto, el secretario de Gobierno, Gonzalo Arzuza Torrado, indicó que la ciudad no está prestando ayuda humanitaria a los venezolanos pero aseguró que la administración municipal sostuvo una importante reunión con organismos como la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Programa Mundial de Alimentación (PMA) y la Cruz Roja, entre otros, para formular un plan de contingencia ante la situación.

“Con ellos hicimos varios compromisos para priorizar a Valledupar como una ciudad que tiene un cantidad importante de ciudadanos venezolanos. Además se va a abrir esta semana la oficina de la Acnur y, además, estaremos abriendo comedores y refugios para brindar atención a los migrantes. Todo esto coordinado con las agencias internacionales que son las que están manejando los recursos para los venezolanos que llegan a nuestro país”, señaló Arzuza Torrado.

El funcionario enfatizó en que antes no había sido posible gestionar ayudas porque el Gobierno Nacional ni siquiera tenía en el radar a la ciudad de Valledupar, “pero la administración municipal, preocupada por la situación, acudió a los organismos internacionales para que priorizaran a la ciudad por sus importantes problemas de migrantes”.

Vallenatos solidarios

Como el padre Nolberto y los fieles de la parroquia Santa María del Camino, muchos ciudadanos han tomado la iniciativa de realizar actividades que mitiguen las dificultades por las que atraviesan los migrantes que son caracterizados por Migración Colombia como “irregulares”; estos son, los que han superado el tiempo de permanencia, que en el país ascienden a los 51.179, y, los que ingresaron sin autorización al país, cerca de 54.587, cifras a corte de 30 de agosto, último censo realizado por la entidad.

Entre esos ciudadanos solidarios se encuentra un grupo de mujeres, conformado por Sandra, Eva, Corina, Andrea y María Claudia, que se hace llamar Ángeles De Amor, (ADA) y quienes recolectan ropa en buen estado y preparan cenas para llevar a los sitios más congestionados por venezolanos que se refugian de la lluvia y el sol, en cualquier parte de la ciudad.

Sandra, uno de esos “ángeles”, refiere con melancolía a qué se debe el nombre de este grupo que se proyecta como fundación sin ánimo de lucro.

“Un día Andrea lo bautizó así. Luego, mientras intentábamos hacer un logo, descubrí que las iniciales formaban el apócope “ADA”, como llamábamos a mi papá Adalberto, quien falleció hace algunos años. Allí entendí que desde el cielo él puso en nuestros corazones ayudar, porque él decía que por muy necesitados que estuviéramos, siempre había alguien que necesitaba mucho más”, indicó la voluntaria.

Según otros miembros de Ángeles de Amor, la mayoría de los venezolanos que requieren ayuda se hallan pernoctando en los alrededores de LaTerminal de Transportes y en “La casa del terror”, en el barrio Kennedy, donde hay cerca de 50 hospedados a cambio de $3.000 pesos por día.

Para seguir con su labor humanitaria, los voluntarios de la parroquia Santa María del Camino están requiriendo un refrigerador necesario para guardar los alimentos perecederos que son donados por personas de buen corazón, mientras que Ángeles de Amor reciben cualquier tipo de ayuda y vinculación para tender la mano a los hermanos venezolanos que hoy vienen a Colombia en la búsqueda desesperada de un mejor porvenir.

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5 octubre, 2018

Vallenatos, mano amiga de venezolanos

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Con el pasaje bíblico impreso en el libro de Mateo 25:40, el padre Nolberto Mogollón de la Parroquia Santa María del Camino de Valledupar responde cuando se le pregunta el porqué de las jornadas de “multiplicación de los panes”, como le han llamado a la actividad que él, en compañía de varios miembros de la comunidad de Emaús y la red de parejas, desarrolla para dar de comer a los venezolanos que vagan en las calles de Valledupar.

“En la primera jornada fuimos al sector del barrio El Carmen. Cuando llegamos nos preocupamos porque había más de 300 venezolanos entre mujeres, hombres, adultos mayores, niños, niños de brazos y jóvenes”, recuerda el párroco y señala que, como si se hubiera tratado de un milagro, y luego de una corta homilía sobre el pasaje que se haya en Mateo 14:13-21 y que narra la multiplicación de los panes y los peces, “Dios hizo lo suyo.”

“Solo habíamos preparado comida para 250 personas, pero luego de alabanzas y oración, ¡qué impresión!, todos comieron, algunos repitieron y sobró comida”, asegura el sacerdote.

Esta actividad que semanalmente realiza el presbítero y un grupo de fieles nació del clamor de los migrantes del vecino país que han llegado a Colombia rogando ayuda en cada semáforo y regodeándose por cualquier peso entre los transeúntes que, muchas veces, suelen fastidiarse con la reiterada escena.

Aunque hasta el momento y según manifiesta el padre Mogollón han podido llevar comida y vestido a los venezolanos refugiados en sectores como el de La Terminal de Transportes, ‘El Boliche’ 1 y 2, La Permanente Central de la Policía y sus alrededores, Coudadela 450 años, el 9 de Marzo y Zapato en Mano, este es solo un pequeñísimo sector de una población que podría llegar a los 4 millones de migrantes, según anunció esta semana el canciller colombiano Carlos Holmes Trujillo.

Según el canciller, son tres los posibles escenarios en torno a la situación venezolana: “En el más crítico, la suma de requerimientos para hacer frente a la crisis llegaría a los 26 billones de pesos (llegada de 4 millones de venezolanos). En caso de que las circunstancias continúen como se vienen desarrollando actualmente los requerimientos serían de 12 billones de pesos de aquí al 2021 (y 2,3 millones de venezolanos), y en un caso optimista de mejoramiento de las condiciones de Venezuela, sería de 10 billones de pesos (con 1’2 millones de inmigrantes venezolanos)”, sin embargo, frente a esto aclaró que la última opción es poco probable.

¿Alcaldía humanitaria?

Según el último censo realizado entre abril y junio de este año por la la Unidad para la Gestión de Riesgo de Desastres, Valledupar es la ciudad del Cesar con mayor registro de migrantes venezolanos con una cifra que, para la fecha de finalización del mismo, ascendía a los 11.340 migrantes venezolanos.

Entre tanto, cifras de Migración Colombia indican que, a corte de 30 de agosto, 935.593 venezolanos han llegado hasta Colombia. De ellos, un 2,9 % han llegado al departamento del Cesar, o sea, más de 27 mil migrantes.

Ante esto, el secretario de Gobierno, Gonzalo Arzuza Torrado, indicó que la ciudad no está prestando ayuda humanitaria a los venezolanos pero aseguró que la administración municipal sostuvo una importante reunión con organismos como la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Programa Mundial de Alimentación (PMA) y la Cruz Roja, entre otros, para formular un plan de contingencia ante la situación.

“Con ellos hicimos varios compromisos para priorizar a Valledupar como una ciudad que tiene un cantidad importante de ciudadanos venezolanos. Además se va a abrir esta semana la oficina de la Acnur y, además, estaremos abriendo comedores y refugios para brindar atención a los migrantes. Todo esto coordinado con las agencias internacionales que son las que están manejando los recursos para los venezolanos que llegan a nuestro país”, señaló Arzuza Torrado.

El funcionario enfatizó en que antes no había sido posible gestionar ayudas porque el Gobierno Nacional ni siquiera tenía en el radar a la ciudad de Valledupar, “pero la administración municipal, preocupada por la situación, acudió a los organismos internacionales para que priorizaran a la ciudad por sus importantes problemas de migrantes”.

Vallenatos solidarios

Como el padre Nolberto y los fieles de la parroquia Santa María del Camino, muchos ciudadanos han tomado la iniciativa de realizar actividades que mitiguen las dificultades por las que atraviesan los migrantes que son caracterizados por Migración Colombia como “irregulares”; estos son, los que han superado el tiempo de permanencia, que en el país ascienden a los 51.179, y, los que ingresaron sin autorización al país, cerca de 54.587, cifras a corte de 30 de agosto, último censo realizado por la entidad.

Entre esos ciudadanos solidarios se encuentra un grupo de mujeres, conformado por Sandra, Eva, Corina, Andrea y María Claudia, que se hace llamar Ángeles De Amor, (ADA) y quienes recolectan ropa en buen estado y preparan cenas para llevar a los sitios más congestionados por venezolanos que se refugian de la lluvia y el sol, en cualquier parte de la ciudad.

Sandra, uno de esos “ángeles”, refiere con melancolía a qué se debe el nombre de este grupo que se proyecta como fundación sin ánimo de lucro.

“Un día Andrea lo bautizó así. Luego, mientras intentábamos hacer un logo, descubrí que las iniciales formaban el apócope “ADA”, como llamábamos a mi papá Adalberto, quien falleció hace algunos años. Allí entendí que desde el cielo él puso en nuestros corazones ayudar, porque él decía que por muy necesitados que estuviéramos, siempre había alguien que necesitaba mucho más”, indicó la voluntaria.

Según otros miembros de Ángeles de Amor, la mayoría de los venezolanos que requieren ayuda se hallan pernoctando en los alrededores de LaTerminal de Transportes y en “La casa del terror”, en el barrio Kennedy, donde hay cerca de 50 hospedados a cambio de $3.000 pesos por día.

Para seguir con su labor humanitaria, los voluntarios de la parroquia Santa María del Camino están requiriendo un refrigerador necesario para guardar los alimentos perecederos que son donados por personas de buen corazón, mientras que Ángeles de Amor reciben cualquier tipo de ayuda y vinculación para tender la mano a los hermanos venezolanos que hoy vienen a Colombia en la búsqueda desesperada de un mejor porvenir.