El joven hizo su Maestría en Leyes, Boston College – Law School, habló sobre su experiencia y conocimientos que adquirió en Estados Unidos.
Miguel Andrés Villazón Gutiérrez es un vallenato que acaba de recibir grado en master en leyes en Estados Unidos, título que pocos ostentan y es una muestra de deseos de superación, por ello EL PILÓN reconoce este triunfo y resalta a un cesarense que triunfa en el exterior.
Este profesional hizo un balance de la justicia americana con la colombiana y dijo que la corrupción afecta de manera directa a la administración de justicia. Esto hace que el aparato judicial funcione más lento y los controles conlleven a la congestión judicial.
EL PILÓN: ¿En qué consiste ser master en leyes?
Miguel Andrés Villazón: El título de master en leyes llamado LL.M. es un título reconocido internacionalmente, diseñado para abogados extranjeros. Consiste en un entrenamiento especializado y avanzado en el ámbito jurídico y legal. Todo el programa se estudia y se evalúa en inglés. El master cumple una doble función: por un lado, proporciona una formación completa y rigurosa en el sistema jurídico y políticoamericano conocido como ‘Common law’ o ley común, fundado esencialmente en el precedente judicial.
Por otro lado proporciona un estudio profundo de aquellas áreas del derecho que están en continuo desarrollo en el mundo globalizado.
El master acredita al estudiante para ejercer en cualquier contexto internacional, además del nacional.
EP: Los alcances de esta maestría, como cesarense, ¿cómo las aplicaría en su territorio?
MAV: El departamento del Cesar goza de un desarrollo industrial y comercial significativo. Este progreso es un desafío, pues no podemos olvidar que los resultados dependen en gran medida de la estructuración y direccionamiento de las políticas que se generen alrededor de estos avances. El entendimiento de los negocios, transacciones y la postura del país frente a relaciones comerciales con otros países, permite que el Cesar sea más productivo y participativo en la creciente globalización.
Estos cambios deben enfrentarse acompañados de conocimientos especializados para lograr resultados viables y sostenibles. Áreas como derecho transaccional, corporativo, negocios internacionales, innovación, competitividad, protección de la industria, derechos humanos, derechos laborales bajo estándares internacionales, son claves para lograr un mayor desarrollo y son perfectamente aplicables a la realidad del Cesar.
EP: ¿Cómo observa la dinámica de la justicia colombiana y qué aspectos cree que debería mejorar o direccionar para una mayor eficacia?
MAV: Se han presentado importantes iniciativas para el mejoramiento de la administración de justicia, como son las recientes reformas del Código de Procedimiento, la implementación de procesos orales y simplificación de trámites. Sin embargo, considero que se requieren cambios de fondo en la forma de administrar justicia. La adecuada capacitación del personal y la modernización de las instituciones genera que las reformas no se queden en los textos normativos sino que lleguen a materializarse en realidades concretas.
El ordenamiento jurídico colombiano tiene bases del sistema francés, español y americano. Esta mezcla en cierta medida carece de identidad. La adecuada adaptación de los diferentes principios de sistemas debe estar acompañada de una apropiada adaptación a nuestra realidad, de lo contrario puede desencadenar en morosidad de la justicia. En mi opinión en este aspecto, la tendencia hacia el derecho americano tiene mucho por mejorar.
EP: Haciendo una comparación, el sistema judicial de Estados Unidos le lleva años luz al de Colombia, o ¿es que la corrupción colombiana no deja que la justicia muestre sus bondades?
MAV: En mi opinión, existen grandes diferencias entre los dos sistemas pero la ventaja del sistema americano frente al colombiano está basada en la fortaleza de las instituciones, el ejercicio de la autoridad y la rapidez de los procesos.
El hecho de ser distintos tipos de ordenamientos legales no hace que uno sea mejor que otro. La aplicación de las leyes y el cumplimiento de su finalidad sí toman relevancia al momento de ponderar la eficacia del americano frente al colombiano. Indudablemente la justicia en Colombia es altamente manipulable.
EP: ¿Existen más cesarenses como usted preparándose en universidades como Boston College?.
MAV: Durante el año académico no conocí ningún otro cesarense cursando estudios similares. En el programa de LL.M. yo era el único colombiano en esta Universidad. En Boston College hay varios colombianos estudiando y preparándose en otras facultades. También conocí un número significativo de colombianos estudiando diferentes disciplinas en otras Universidades de Boston.
Sin embargo, tengo conocimiento de otros cesarenses que estudian maestrías en otros países, que con seguridad a su regreso llegarán para aportar al progreso de Valledupar y Cesar.
EP: ¿Qué lección de vida le dio a usted el hecho de estudiar en un centro como este y qué visión tiene ahora de su profesión.
MAV: Fue una gran experiencia a nivel profesional y personal, con un componente multicultural. Mis compañeros eran litigantes, jueces, asesores legales y empresariales de 20 países diferentes. Comprendí que la globalización y el conocimiento no tienen límites.
Hoy en día el abogado dejó de estar limitado al litigio. El abogado va mucho más allá, desempeñándose como analista de proyectos, negociador, mediador, estructurador, proveedor de soluciones, entre otras. Como asesor y representante de su cliente juega un papel primordial como agente del negocio.
Como servidor público representa los intereses de la población, organizando y llevando a cabo políticas y reformas sostenibles. Sin duda alguna, el abogado cumple una importante labor social en el estado de derecho.
El joven hizo su Maestría en Leyes, Boston College – Law School, habló sobre su experiencia y conocimientos que adquirió en Estados Unidos.
Miguel Andrés Villazón Gutiérrez es un vallenato que acaba de recibir grado en master en leyes en Estados Unidos, título que pocos ostentan y es una muestra de deseos de superación, por ello EL PILÓN reconoce este triunfo y resalta a un cesarense que triunfa en el exterior.
Este profesional hizo un balance de la justicia americana con la colombiana y dijo que la corrupción afecta de manera directa a la administración de justicia. Esto hace que el aparato judicial funcione más lento y los controles conlleven a la congestión judicial.
EL PILÓN: ¿En qué consiste ser master en leyes?
Miguel Andrés Villazón: El título de master en leyes llamado LL.M. es un título reconocido internacionalmente, diseñado para abogados extranjeros. Consiste en un entrenamiento especializado y avanzado en el ámbito jurídico y legal. Todo el programa se estudia y se evalúa en inglés. El master cumple una doble función: por un lado, proporciona una formación completa y rigurosa en el sistema jurídico y políticoamericano conocido como ‘Common law’ o ley común, fundado esencialmente en el precedente judicial.
Por otro lado proporciona un estudio profundo de aquellas áreas del derecho que están en continuo desarrollo en el mundo globalizado.
El master acredita al estudiante para ejercer en cualquier contexto internacional, además del nacional.
EP: Los alcances de esta maestría, como cesarense, ¿cómo las aplicaría en su territorio?
MAV: El departamento del Cesar goza de un desarrollo industrial y comercial significativo. Este progreso es un desafío, pues no podemos olvidar que los resultados dependen en gran medida de la estructuración y direccionamiento de las políticas que se generen alrededor de estos avances. El entendimiento de los negocios, transacciones y la postura del país frente a relaciones comerciales con otros países, permite que el Cesar sea más productivo y participativo en la creciente globalización.
Estos cambios deben enfrentarse acompañados de conocimientos especializados para lograr resultados viables y sostenibles. Áreas como derecho transaccional, corporativo, negocios internacionales, innovación, competitividad, protección de la industria, derechos humanos, derechos laborales bajo estándares internacionales, son claves para lograr un mayor desarrollo y son perfectamente aplicables a la realidad del Cesar.
EP: ¿Cómo observa la dinámica de la justicia colombiana y qué aspectos cree que debería mejorar o direccionar para una mayor eficacia?
MAV: Se han presentado importantes iniciativas para el mejoramiento de la administración de justicia, como son las recientes reformas del Código de Procedimiento, la implementación de procesos orales y simplificación de trámites. Sin embargo, considero que se requieren cambios de fondo en la forma de administrar justicia. La adecuada capacitación del personal y la modernización de las instituciones genera que las reformas no se queden en los textos normativos sino que lleguen a materializarse en realidades concretas.
El ordenamiento jurídico colombiano tiene bases del sistema francés, español y americano. Esta mezcla en cierta medida carece de identidad. La adecuada adaptación de los diferentes principios de sistemas debe estar acompañada de una apropiada adaptación a nuestra realidad, de lo contrario puede desencadenar en morosidad de la justicia. En mi opinión en este aspecto, la tendencia hacia el derecho americano tiene mucho por mejorar.
EP: Haciendo una comparación, el sistema judicial de Estados Unidos le lleva años luz al de Colombia, o ¿es que la corrupción colombiana no deja que la justicia muestre sus bondades?
MAV: En mi opinión, existen grandes diferencias entre los dos sistemas pero la ventaja del sistema americano frente al colombiano está basada en la fortaleza de las instituciones, el ejercicio de la autoridad y la rapidez de los procesos.
El hecho de ser distintos tipos de ordenamientos legales no hace que uno sea mejor que otro. La aplicación de las leyes y el cumplimiento de su finalidad sí toman relevancia al momento de ponderar la eficacia del americano frente al colombiano. Indudablemente la justicia en Colombia es altamente manipulable.
EP: ¿Existen más cesarenses como usted preparándose en universidades como Boston College?.
MAV: Durante el año académico no conocí ningún otro cesarense cursando estudios similares. En el programa de LL.M. yo era el único colombiano en esta Universidad. En Boston College hay varios colombianos estudiando y preparándose en otras facultades. También conocí un número significativo de colombianos estudiando diferentes disciplinas en otras Universidades de Boston.
Sin embargo, tengo conocimiento de otros cesarenses que estudian maestrías en otros países, que con seguridad a su regreso llegarán para aportar al progreso de Valledupar y Cesar.
EP: ¿Qué lección de vida le dio a usted el hecho de estudiar en un centro como este y qué visión tiene ahora de su profesión.
MAV: Fue una gran experiencia a nivel profesional y personal, con un componente multicultural. Mis compañeros eran litigantes, jueces, asesores legales y empresariales de 20 países diferentes. Comprendí que la globalización y el conocimiento no tienen límites.
Hoy en día el abogado dejó de estar limitado al litigio. El abogado va mucho más allá, desempeñándose como analista de proyectos, negociador, mediador, estructurador, proveedor de soluciones, entre otras. Como asesor y representante de su cliente juega un papel primordial como agente del negocio.
Como servidor público representa los intereses de la población, organizando y llevando a cabo políticas y reformas sostenibles. Sin duda alguna, el abogado cumple una importante labor social en el estado de derecho.