VALLEDUPAR

Construcción de política pública para habitantes de calle avanza con jornadas de atención 

En el comedor comunitario Tres Ave Marías, 57 habitantes de calle recibieron atención médica y social.

La jornada integral de salud en Valledupar ofrece servicios médicos y sociales a personas en situación de calle. Foto: Jesús Ochoa.

La jornada integral de salud en Valledupar ofrece servicios médicos y sociales a personas en situación de calle. Foto: Jesús Ochoa.

canal de WhatsApp

Este jueves, 26 de junio, en el comedor comunitario de la iglesia Tres Ave Marías, se realizó una jornada de restauración de derechos para decenas de habitantes en condición de calle. Allí, lejos de los discursos institucionales y los balances oficiales, la realidad se vivió a ras de suelo: 57 personas, entre ellas niños y miembros de la etnia yukpa, recibieron atención médica, social y humana en una jornada integral que, más allá de los servicios ofrecidos, dejó ver las profundas brechas y retos que enfrenta esta población en Valledupar.

La Jornada Integral de Salud realizada por la Alcaldía Municipal, a través de la Secretaría Local de Salud y su Plan de Intervenciones Colectivas (PIC), contó con el apoyo de la Oficina de Gestión Social, Sisbén, Unidad de Salud Mental, SION, Hospital Eduardo Arredondo Daza (HEAD), Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entre otras entidades.

Entre la necesidad y la oportunidad

Raisa, una mujer oriunda de San Juan de Cesar que vive en la calle desde hace años, fue una de las últimas en llegar. “Vivo aquí mismo, en el sector. Aprovecho estas jornadas para la salud, para comunicarme con los médicos y también para comer. No todos los días puedo hacerlo, a veces solo hasta el viernes si no hay ayuda”, relata con voz serena, mientras espera su turno para una consulta médica. Aunque la jornada prometía limpieza dental, la falta de guantes impidió completar algunos procedimientos. “Ya me saqué, pero fui a hacerme limpieza y no había guantes”, cuenta resignada.

A su alrededor, voluntarios y profesionales de la salud se afanan en atender a cada persona. Hay chequeos de VIH, vacunación, peluquería, asesoría legal y procesos de identificación. La meta, según Jaide Medina Calderón, secretaria local de Salud, es avanzar en la caracterización de los habitantes de calle y garantizar que accedan a los servicios básicos. “Nosotros hacemos estas jornadas varias veces al año, en los puntos donde sabemos que hay más concentración de habitantes de calle. Aquí, en Tres Ave Marías, ellos llegan por los alimentos y porque ya saben que pueden encontrar ayuda”, explica Medina. Además, se realizarán más jornadas en sitios clave como el mercado.

La funcionaria reconoció que la política pública para esta población aún está en construcción. “El Ministerio de la Igualdad nos ha dicho que no hay que inventar una nueva política, sino adaptar la que ya existe al contexto de Valledupar. Mientras tanto, seguimos con estas acciones afirmativas, porque la salud es un derecho que no puede esperar”, enfatiza.

El rostro humano detrás de la ayuda

Detrás de la logística y la articulación institucional, la iglesia Tres Ave Marías juega un papel fundamental. El padre franciscano Francisco Emilio Arcila Montoya, quien lleva más de una década dedicado a esta labor, lo resume así: “Aquí nadie me nombró, simplemente empecé a atender para que no se perdieran las ayudas. La parroquia responde por todo, y cada persona que trabaja aquí tiene su sueldo y sus riesgos cubiertos”.

Francisco Emilio Arcila Montoya, sacerdote franciscano que acompaña y brinda apoyo integral a la población en situación de calle en Valledupar. Foto: Jesús Ochoa.

Para el padre Arcila, los habitantes de calle son, ante todo, seres humanos con historias de vida complejas y capacidades desperdiciadas. “Muchos han salido adelante. Aquí hubo un economista que era el terror de los bancos y terminó recuperándose. Otros vuelven, pero ya no como habitantes de calle, sino como personas que han logrado rehacer su vida. Nosotros no dejamos de creer en ellos”, afirma.

El religioso lamenta el estigma y el maltrato que sufren estas personas. “Jamás me había dado cuenta de cuánto sufrían hasta que me metí en este comedor. Una cosa es verlos de lejos y otra es conocerlos. Aquí hay psicólogos, economistas, personas con talento que solo necesitan una mano amiga”, reflexiona.

Retos y reclamos pendientes

No todo es celebración. Claudia Mejía, familiar de un habitante de calle, plantea una queja recurrente: la dificultad para acceder a medicamentos. “Uno tiene que pagar transporte, esperar horas y a veces no hay medicamentos en las EPS. Deberían organizarse mejor, porque no todos pueden costear ni siquiera una pastilla para el dolor de cabeza”, reclama.

Leer: Alcaldía de Valledupar contabilizó 113 habitantes en condición de calle en la ciudad

La jornada de salud en Tres Ave Marías fue, para muchos, un respiro en medio de la adversidad. Pero también dejó en evidencia que la atención a los habitantes de calle no puede limitarse a eventos aislados. Se requiere continuidad, articulación y, sobre todo, voluntad para mirar de frente a quienes la ciudad suele ignorar.

Caracterización y actualización de la base de datos fueron parte fundamental de la jornada para garantizar atención adecuada a habitantes de calle. Foto: Secretaría de Salud de Valledupar.

Como dice el padre Arcila, “el mundo no será destruido por los que hacen el mal, sino por los que lo miran sin hacer nada”. En Valledupar, al menos por un día, alguien decidió hacer algo.

Temas tratados
  • Cesar
  • habitantes de calle
  • valledupar

TE PUEDE INTERESAR