VALLEDUPAR

Basuras y contaminación: las secuelas del ‘desenguayabe’ en el río Guatapurí

Muchos asistentes cocinan en el lugar, consumen alimentos y permanecen por varias horas en el río, pero no todos regresan con la basura que generan.

El 26 de diciembre, el panorama en varios sectores del río evidencia una realidad menos festiva

El 26 de diciembre, el panorama en varios sectores del río evidencia una realidad menos festiva

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Cada 25 de diciembre, mientras Valledupar despierta lentamente tras la intensa celebración de la Navidad, cientos de habitantes y visitantes se trasladan al río Guatapurí para prolongar la festividad.

La tradición, profundamente arraigada en la cultura vallenata, convierte al afluente en punto de encuentro familiar, de reencuentros y de alivio tras la extensa jornada decembrina.

Sin embargo, al día siguiente, el 26 de diciembre, el panorama en varios sectores del río evidencia una realidad menos festiva. Residuos de frituras, empaques plásticos, botellas, restos de comida y desechables quedan esparcidos a lo largo de las orillas, reflejando el impacto ambiental que deja la masiva afluencia de personas al emblemático balneario natural.

Aunque el río sigue siendo sinónimo de identidad, la acumulación de residuos reabre el debate sobre la responsabilidad ciudadana.

Aunque el río sigue siendo sinónimo de identidad, la acumulación de residuos reabre el debate sobre la responsabilidad ciudadana.

Durante la jornada festiva, muchos asistentes cocinan en el lugar, consumen alimentos y bebidas y permanecen por varias horas en el río, pero no todos regresan con la basura que generan. El resultado es un escenario que contrasta con el valor simbólico y ambiental que históricamente ha tenido el Guatapurí para la ciudad.

Aunque para miles de vallenatos el río sigue siendo sinónimo de identidad, vida y tradición, la acumulación de residuos tras el 25 de diciembre reabre el debate sobre la responsabilidad ciudadana y la necesidad de mayor conciencia ambiental. El cuidado del Guatapurí no solo depende de las autoridades, sino también de quienes año tras año disfrutan de sus aguas.

La tradición de visitar el río Guatapurí sigue vigente y parece inquebrantable, pero su preservación exige un compromiso colectivo. De lo contrario, la fiesta que cada diciembre reúne a la ciudad podría seguir dejando, al día siguiente, una huella que amenaza uno de los símbolos naturales más importantes de la Capital Mundial del Vallenato.

Por: Alfredo José García Betancourt, Betan

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