Cuanto quisiéramos volver a los titulares de prensa de los meses de diciembre de los últimos cuatro años en los que se resaltaba que la accidentalidad vial en Valledupar mostraba cierta disminución en comparación con el año inmediatamente anterior. Pero no, en este 2024 las cifras de accidentes viales se han disparado como en las pasadas épocas.
Cuanto quisiéramos volver a los titulares de prensa de los meses de diciembre de los últimos cuatro años en los que se resaltaba que la accidentalidad vial en Valledupar mostraba cierta disminución en comparación con el año inmediatamente anterior. Pero no, en este 2024 las cifras de accidentes viales se han disparado como en las pasadas épocas.
El reporte que hasta el momento entregan las autoridades es bastante inquietante, las distintas carreteras del Cesar y las vías públicas de Valledupar han sido escenas de dolor en este diciembre 2024, dejando muchos heridos y algunos de gravedad. Sumado a ello también preocupa que persista el alto número de quemados con pólvora.
Lamentable que siga sucediendo este tipo de hechos dolorosos cuando se creía que un alto porcentaje de la gente ya había comenzado a tomar conciencia de la importancia que representa acatar las recomendaciones de las autoridades y todo aquello que ayude a evitar accidentes de tránsito y tragedias por el uso de la pólvora. Las noticias de esta semana parecieran desvirtuar tal creencia.
Durante los días 24 y 25 de diciembre los accidentes de tránsito estuvieron a la orden del día en Valledupar: uno en la avenida Los Militares, otro en el sector de la calle 44, un tercero en el puente Salguero, en la vía que va de Valledupar al municipio de La Paz y el cuarto percance vial se registró en la mañana del miércoles en vías del municipio de Aguachica, sin mencionar otros del resto del Cesar y en días anteriores.
Bueno sería que en esta temporada de fin de año solo trajera consigo celebraciones, reuniones familiares y, desde luego, la reactivación de muchas actividades económicas en el Cesar que ayudan a mejorar las fuentes de ingresos de centenares de hogares.
Por qué no entender que el abuso en las vías cobra vidas y genera consecuencias sociales y económicas significativas.
Ya se ha dicho hasta la saciedad que una de las principales causas de accidentes es el exceso de velocidad, agravado por el consumo de alcohol y el uso de motocicletas sin las medidas de seguridad adecuadas.
La implementación de controles rigurosos por parte de las autoridades de tránsito, especialmente en las carreteras nacionales y los corredores urbanos más transitados, han sido una prioridad en cada diciembre, pero nada de eso ha valido, lo cual hace pensar que el problema desborda la capacidad de acción de la institucionalidad y en ese caso la responsabilidad mayor recae en cada uno de los ciudadanos que no cumple con la responsabilidad social que debe asumir; por ello, se deben replantear las acciones preventivas.
Durante años hemos sido testigos de las distintas medidas de las autoridades que incluyen puestos de control permanentes para verificar que los conductores no estén bajo los efectos del alcohol y que porten toda la documentación requerida, entre otros aspectos.
Sin embargo, también hemos visto que falta más control para obligar el uso del casco para motociclistas, el respeto a los semáforos, lo mismo que acciones de sensibilización sobre los riesgos de conducir en estado de fatiga, esto debe reforzarse con campañas educativas. La cultura vial aún es muy deficiente en nuestra ciudad.
La situación obliga a reforzar el compromiso conjunto entre autoridades, ciudadanos y sectores privados para prevenir tragedias. Cierto es que un problema que venía cediendo volvió a recrudecerse y eso es una voz de alerta para revisar la eficiencia de las estrategias en Valledupar y el Cesar.
Cuanto quisiéramos volver a los titulares de prensa de los meses de diciembre de los últimos cuatro años en los que se resaltaba que la accidentalidad vial en Valledupar mostraba cierta disminución en comparación con el año inmediatamente anterior. Pero no, en este 2024 las cifras de accidentes viales se han disparado como en las pasadas épocas.
Cuanto quisiéramos volver a los titulares de prensa de los meses de diciembre de los últimos cuatro años en los que se resaltaba que la accidentalidad vial en Valledupar mostraba cierta disminución en comparación con el año inmediatamente anterior. Pero no, en este 2024 las cifras de accidentes viales se han disparado como en las pasadas épocas.
El reporte que hasta el momento entregan las autoridades es bastante inquietante, las distintas carreteras del Cesar y las vías públicas de Valledupar han sido escenas de dolor en este diciembre 2024, dejando muchos heridos y algunos de gravedad. Sumado a ello también preocupa que persista el alto número de quemados con pólvora.
Lamentable que siga sucediendo este tipo de hechos dolorosos cuando se creía que un alto porcentaje de la gente ya había comenzado a tomar conciencia de la importancia que representa acatar las recomendaciones de las autoridades y todo aquello que ayude a evitar accidentes de tránsito y tragedias por el uso de la pólvora. Las noticias de esta semana parecieran desvirtuar tal creencia.
Durante los días 24 y 25 de diciembre los accidentes de tránsito estuvieron a la orden del día en Valledupar: uno en la avenida Los Militares, otro en el sector de la calle 44, un tercero en el puente Salguero, en la vía que va de Valledupar al municipio de La Paz y el cuarto percance vial se registró en la mañana del miércoles en vías del municipio de Aguachica, sin mencionar otros del resto del Cesar y en días anteriores.
Bueno sería que en esta temporada de fin de año solo trajera consigo celebraciones, reuniones familiares y, desde luego, la reactivación de muchas actividades económicas en el Cesar que ayudan a mejorar las fuentes de ingresos de centenares de hogares.
Por qué no entender que el abuso en las vías cobra vidas y genera consecuencias sociales y económicas significativas.
Ya se ha dicho hasta la saciedad que una de las principales causas de accidentes es el exceso de velocidad, agravado por el consumo de alcohol y el uso de motocicletas sin las medidas de seguridad adecuadas.
La implementación de controles rigurosos por parte de las autoridades de tránsito, especialmente en las carreteras nacionales y los corredores urbanos más transitados, han sido una prioridad en cada diciembre, pero nada de eso ha valido, lo cual hace pensar que el problema desborda la capacidad de acción de la institucionalidad y en ese caso la responsabilidad mayor recae en cada uno de los ciudadanos que no cumple con la responsabilidad social que debe asumir; por ello, se deben replantear las acciones preventivas.
Durante años hemos sido testigos de las distintas medidas de las autoridades que incluyen puestos de control permanentes para verificar que los conductores no estén bajo los efectos del alcohol y que porten toda la documentación requerida, entre otros aspectos.
Sin embargo, también hemos visto que falta más control para obligar el uso del casco para motociclistas, el respeto a los semáforos, lo mismo que acciones de sensibilización sobre los riesgos de conducir en estado de fatiga, esto debe reforzarse con campañas educativas. La cultura vial aún es muy deficiente en nuestra ciudad.
La situación obliga a reforzar el compromiso conjunto entre autoridades, ciudadanos y sectores privados para prevenir tragedias. Cierto es que un problema que venía cediendo volvió a recrudecerse y eso es una voz de alerta para revisar la eficiencia de las estrategias en Valledupar y el Cesar.