Por: Yolís Díaz Arrieta
Un gran celebración de sus quince años tuvo Fiesta Celestial, el evento de música vallenata cristiana que se realiza en el marco del Festival de la Leyenda Vallenata y que tiene como propósito exaltar al creador de la música para su alabanza,  que esta vez puso a danzar a los ángeles a  ritmo de vallenato.
Una nómina de artistas que han decidido seguir a Dios y honrarlo con sus canciones, pasaron por el evento que tuvo un lleno total todas las noches de su realización en el Patinódromo Municipal.
La última noche, fue cerrada por  Beto Villa, Dagoberto “el Negrito” Osorio, Ché Redondo, Luis Fernando Farfán y María José Ospino. Fue un gran encuentro de artistas y compositores que entregaron su talento al Rey de Reyes y Señor de Señores.
Es de recordar que este año Fiesta Celestial no tuvo concursos, sino que reunió a las agrupaciones que han engrandecido Fiesta Celestial. Un cantautor muy especial para este evento de música Gospel, es Ovidio Aguilar, quien nació y creció como artista, a través de sus participaciones en el evento, ha sido varias veces ganador del concurso de Canción Inédita y es el compositor de la canción insigne de Fiesta Celestial denominada, “La Fiesta Más Bonita”, en esta oportunidad le dedicó la canción “La Quinceañera”.
Fue destacado el concierto que dio Moisés Angulo, el exitoso artista que además de su jocosidad mostró su importante repertorio compuesto por canciones como “Aguacero de Amor” y “Alégrense”. Hizo en medio de su presentación un emotivo testimonio de su vida con el cual mucha gente tomó la decisión de volver los ojos a Dios.
También pasaron por Fiesta Celestial, Los Hijos del Rey, Jonatán Rangel, Tuto Uhia, Calata Mendoza, Ramón Bartidas, Armando Pulido, Marcos Bedoya, Unción Vallenata, Fabián Corrales y Sandra Arregocés.
Fiesta Celestial es un evento que se hace como agradecimiento a Dios por haber regalado a Valledupar la música vallenata, se realiza  completamente gratis, con el esfuerzo de la Fundación Centro Evangelístico Jesús es el Señor, CEJES  y ha permanecido vigente como prueba del respaldo de Dios.