Con el tiempo y en cualquier etapa de la vida debes enfrentar el bien, aunque el telón caiga, remarcaba Steve Jobs, tal y como lo acaba de hacer la Alcaldía de Barranquilla al convertir en Acuerdo Municipal la exoneración del impuesto predial para los pensionados. Valledupar debe emular a la Puerta de Oro de Colombia, […]
Con el tiempo y en cualquier etapa de la vida debes enfrentar el bien, aunque el telón caiga, remarcaba Steve Jobs, tal y como lo acaba de hacer la Alcaldía de Barranquilla al convertir en Acuerdo Municipal la exoneración del impuesto predial para los pensionados. Valledupar debe emular a la Puerta de Oro de Colombia, haciendo respetar las áreas de cesión que pierde el municipio de Valledupar día tras día por cuenta de urbanizadores y particulares inescrupulosos, conforme al uso del suelo contemplado en el POT (Acuerdo Municipal 2111 de 2015), que es letra muerta en la desaforada carrera de recicladores de instalarse en cualquier parte, arrastrando cordones delincuenciales y contaminando.
Capítulo especial merecen el Hospital Rosario Pumarejo de López y el Instituto de Rehabilitación Especial del Cesar, Idreec, que en época preelectoral pretenden salvar políticos con cantos de sirena, cuando es bien sabido que ambas entidades están en crisis por culpa del sistema o modelo económico (recetas del FMI), que robustece la red privada de salud quitándole los usuarios a la Red Pública, pero aparecen los candidatos a cargos y corporaciones públicas por elección popular rasgándose las vestiduras y dramatizando el infortunio en señal de duelo, conocedora la opinión que es un dolor fingido para pescar votos.
Así pasó con el Seguro Social, lo marchitaron, el Estado le quedó debiendo al Instituto billones de pesos, pero el negocio estaba a la vuelta con el rol de las EPS e IPS, hoy en poder de las élites (presidentes, partidos políticos, ministros, grupos económicos y congresistas), comedia sin auditorio por el precedente de la privatización, porque así también aconteció con Telecom y otras instituciones de carácter oficial, de tal suerte que la pregunta es obvia: ¿Cómo compiten el Hospital Rosario Pumarejo de López y el Idreec con la red privada? ¡Imposible!
Traigo a colación al estadounidense Steve Jobs, creador de Apple e iPod y mayor accionista del conglomerado de medios de comunicación y entretenimiento estadounidense más grande del mundo, como lo es Disney, por el legado de amor que supo valorar minutos antes de su muerte, en la cama más cara del mundo como describe el hospital, acaecida el 5 de octubre de 2011, a los 56 años, afectado por un cáncer de páncreas.
El magnate de los negocios en el sector de la informática y la industria del entretenimiento, tras alcanzar el éxito en el mundo de la tecnología y enorgullecido de su fortuna y reconocimientos, recapituló su vida en medio del dolor, consciente de que la riqueza no tiene sentido cuando se acerca más la muerte, para reflexionar que perseguir otras metas que no estén relacionadas con el dinero debe ser algo mucho más importante, como mejorar tus relaciones, el arte o un sueño de la infancia, atesorar el amor por tu familia, tu pareja y tus amigos.
Esa es la verdadera riqueza que te seguirá, te acompañará, te dará fuerza y luz para seguir adelante. El amor podrá viajar por miles de kilómetros y la vida no tiene límites. Dios nos dio los sentidos para sentir el amor en los corazones de los demás, no las ilusiones provocadas por el dinero que “he ganado toda la vida y no me lo podré llevar”. “Las cosas materiales que se extravían pueden encontrarse, pero hay una cosa que no se puede encontrar, una vez que se pierde: la vida”, subraya entre comillas y en letra de molde el inventor de Apple.
Con el tiempo y en cualquier etapa de la vida debes enfrentar el bien, aunque el telón caiga, remarcaba Steve Jobs, tal y como lo acaba de hacer la Alcaldía de Barranquilla al convertir en Acuerdo Municipal la exoneración del impuesto predial para los pensionados. Valledupar debe emular a la Puerta de Oro de Colombia, […]
Con el tiempo y en cualquier etapa de la vida debes enfrentar el bien, aunque el telón caiga, remarcaba Steve Jobs, tal y como lo acaba de hacer la Alcaldía de Barranquilla al convertir en Acuerdo Municipal la exoneración del impuesto predial para los pensionados. Valledupar debe emular a la Puerta de Oro de Colombia, haciendo respetar las áreas de cesión que pierde el municipio de Valledupar día tras día por cuenta de urbanizadores y particulares inescrupulosos, conforme al uso del suelo contemplado en el POT (Acuerdo Municipal 2111 de 2015), que es letra muerta en la desaforada carrera de recicladores de instalarse en cualquier parte, arrastrando cordones delincuenciales y contaminando.
Capítulo especial merecen el Hospital Rosario Pumarejo de López y el Instituto de Rehabilitación Especial del Cesar, Idreec, que en época preelectoral pretenden salvar políticos con cantos de sirena, cuando es bien sabido que ambas entidades están en crisis por culpa del sistema o modelo económico (recetas del FMI), que robustece la red privada de salud quitándole los usuarios a la Red Pública, pero aparecen los candidatos a cargos y corporaciones públicas por elección popular rasgándose las vestiduras y dramatizando el infortunio en señal de duelo, conocedora la opinión que es un dolor fingido para pescar votos.
Así pasó con el Seguro Social, lo marchitaron, el Estado le quedó debiendo al Instituto billones de pesos, pero el negocio estaba a la vuelta con el rol de las EPS e IPS, hoy en poder de las élites (presidentes, partidos políticos, ministros, grupos económicos y congresistas), comedia sin auditorio por el precedente de la privatización, porque así también aconteció con Telecom y otras instituciones de carácter oficial, de tal suerte que la pregunta es obvia: ¿Cómo compiten el Hospital Rosario Pumarejo de López y el Idreec con la red privada? ¡Imposible!
Traigo a colación al estadounidense Steve Jobs, creador de Apple e iPod y mayor accionista del conglomerado de medios de comunicación y entretenimiento estadounidense más grande del mundo, como lo es Disney, por el legado de amor que supo valorar minutos antes de su muerte, en la cama más cara del mundo como describe el hospital, acaecida el 5 de octubre de 2011, a los 56 años, afectado por un cáncer de páncreas.
El magnate de los negocios en el sector de la informática y la industria del entretenimiento, tras alcanzar el éxito en el mundo de la tecnología y enorgullecido de su fortuna y reconocimientos, recapituló su vida en medio del dolor, consciente de que la riqueza no tiene sentido cuando se acerca más la muerte, para reflexionar que perseguir otras metas que no estén relacionadas con el dinero debe ser algo mucho más importante, como mejorar tus relaciones, el arte o un sueño de la infancia, atesorar el amor por tu familia, tu pareja y tus amigos.
Esa es la verdadera riqueza que te seguirá, te acompañará, te dará fuerza y luz para seguir adelante. El amor podrá viajar por miles de kilómetros y la vida no tiene límites. Dios nos dio los sentidos para sentir el amor en los corazones de los demás, no las ilusiones provocadas por el dinero que “he ganado toda la vida y no me lo podré llevar”. “Las cosas materiales que se extravían pueden encontrarse, pero hay una cosa que no se puede encontrar, una vez que se pierde: la vida”, subraya entre comillas y en letra de molde el inventor de Apple.