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Columnista - 20 enero, 2021

Vacunarnos contra la desinformación

Una educación basada en más ciencia puede ser el antídoto para las graves amenazas que enfrenta el mundo por cuenta del cambio climático, las guerras y conflictos, las desigualdades, la negación de la ciencia, el menoscabo de la democracia, la falta de derechos humanos, en fin. Vacunar a nuestros estudiantes contra el populismo, el alarmismo […]


Una educación basada en más ciencia puede ser el antídoto para las graves amenazas que enfrenta el mundo por cuenta del cambio climático, las guerras y conflictos, las desigualdades, la negación de la ciencia, el menoscabo de la democracia, la falta de derechos humanos, en fin.

Vacunar a nuestros estudiantes contra el populismo, el alarmismo y la desinformación debe ser una tarea de verdaderos maestros, una tendencia y un predicamento viral para que la población no sea presa fácil de la manipulación, el engaño y los cantos de sirena.

Contrarrestar el racismo, el extremismo, el desamor que genera violencia,  y la intolerancia, es otro de los paradigmas inaplazables, temas que hoy son abordados en Cumbres de docentes del Premio Nobel, que han demostrado que las ideas brillantes, la ciencia, la compasión y el trabajo duro pueden mejorar el mundo.

Las conferencias internacionales en línea están a la orden del día en el portal www.nobelprize.org, de alto valor para concientizar a la sociedad civil y alertar a la comunidad en general para no caer en tanto absurdo y estupidez.

Infodemia es la desinformación de la pandemia del coronavirus, lo que equivale a atentar contra la salud y la vida. Y pensar que sobran teorías conspirativas que apuntan a desacreditar la vacuna a la que han sobrevivido millones de inoculados, pero juzgan su efectividad tras el deceso de una veintena de ancianos frágiles, con comorbilidades y mayores de 80 años, muertes que asocian con la vacuna de Pfizer-BioNTech.

Es mejor creerle a la ciencia, a los expertos, y no a los charlatanes, eso sí tener a metros a los incrédulos, franja de mayor riesgo, que representa el 60 % de la población, que no cree en  el covid-19 y se va de rumba, pese a que la mayor evidencia o prueba son las decenas de miles de muertes a nivel mundial.

Como toda vacuna, las reacciones son normales, en algunos casos sobrevienen efectos secundarios, algo de fiebre y malestar y un poco de dolor en el sitio de la inyección, explica el bioquímico y experto en Salud Pública, Moisés Wasserman, lo que dista del alarmismo basado en el supuesto implante de un microchip en la vacuna para esterilizar y diezmar a la población.

Hay que felicitar a la ciencia, la tecnología y la Organización Mundial de la Salud, que en un tiempo récord de 10 meses logra una vacuna capaz de aumentar la inmunidad general y derrotar el coronavirus, proceso que en el pasado tardó hasta 32 años, como lo explica el descubrimiento de la vacuna contra la varicela.

Columnista
20 enero, 2021

Vacunarnos contra la desinformación

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Miguel Aroca Yepez

Una educación basada en más ciencia puede ser el antídoto para las graves amenazas que enfrenta el mundo por cuenta del cambio climático, las guerras y conflictos, las desigualdades, la negación de la ciencia, el menoscabo de la democracia, la falta de derechos humanos, en fin. Vacunar a nuestros estudiantes contra el populismo, el alarmismo […]



Una educación basada en más ciencia puede ser el antídoto para las graves amenazas que enfrenta el mundo por cuenta del cambio climático, las guerras y conflictos, las desigualdades, la negación de la ciencia, el menoscabo de la democracia, la falta de derechos humanos, en fin.

Vacunar a nuestros estudiantes contra el populismo, el alarmismo y la desinformación debe ser una tarea de verdaderos maestros, una tendencia y un predicamento viral para que la población no sea presa fácil de la manipulación, el engaño y los cantos de sirena.

Contrarrestar el racismo, el extremismo, el desamor que genera violencia,  y la intolerancia, es otro de los paradigmas inaplazables, temas que hoy son abordados en Cumbres de docentes del Premio Nobel, que han demostrado que las ideas brillantes, la ciencia, la compasión y el trabajo duro pueden mejorar el mundo.

Las conferencias internacionales en línea están a la orden del día en el portal www.nobelprize.org, de alto valor para concientizar a la sociedad civil y alertar a la comunidad en general para no caer en tanto absurdo y estupidez.

Infodemia es la desinformación de la pandemia del coronavirus, lo que equivale a atentar contra la salud y la vida. Y pensar que sobran teorías conspirativas que apuntan a desacreditar la vacuna a la que han sobrevivido millones de inoculados, pero juzgan su efectividad tras el deceso de una veintena de ancianos frágiles, con comorbilidades y mayores de 80 años, muertes que asocian con la vacuna de Pfizer-BioNTech.

Es mejor creerle a la ciencia, a los expertos, y no a los charlatanes, eso sí tener a metros a los incrédulos, franja de mayor riesgo, que representa el 60 % de la población, que no cree en  el covid-19 y se va de rumba, pese a que la mayor evidencia o prueba son las decenas de miles de muertes a nivel mundial.

Como toda vacuna, las reacciones son normales, en algunos casos sobrevienen efectos secundarios, algo de fiebre y malestar y un poco de dolor en el sitio de la inyección, explica el bioquímico y experto en Salud Pública, Moisés Wasserman, lo que dista del alarmismo basado en el supuesto implante de un microchip en la vacuna para esterilizar y diezmar a la población.

Hay que felicitar a la ciencia, la tecnología y la Organización Mundial de la Salud, que en un tiempo récord de 10 meses logra una vacuna capaz de aumentar la inmunidad general y derrotar el coronavirus, proceso que en el pasado tardó hasta 32 años, como lo explica el descubrimiento de la vacuna contra la varicela.