Por: Rodolfo Quintero Romero

La página web de la Presidencia informó el 2 de noviembre que el presidente Santos reiteró su compromiso de llevar una sede de la Universidad Nacional al Cesar. Esta hubiera sido la noticia del año, si no se hubiera incluido una declaración de la ministra de educación, María Fernanda Campo, en donde precisaba que lo que se buscaba era “crear la ‘Gran Ciudadela del Conocimiento’ en el sur del Cesar, donde la Universidad Nacional y otras instituciones lleguen con su oferta educativa para los estudiantes de la región.”
Según ella, dicha Ciudadela consiste en:“construir una gran infraestructura que nos permita que en esa infraestructura funcionen varias instituciones de educación superior con lo mejor de su oferta. Allá llegarían la Universidad Nacional con parte de su oferta y otras universidades para poder brindarles a los estudiantes de este sector del país la mejor educación posible”.
Entiendo que se trata de un predio en donde se construirían una serie de aulas y laboratorios que estarían disponibles, por turnos, para las universidades interesadas. Es lo que deduzco de su vago comentario. Un esbozo de propuesta sin estructuración alguna,  cuyo diseño parece no estar definido. En resumen, un globo de distracción con el fin de no hacer nada.
El 4 de noviembre, vía twitter, el gobernador Monsalvo precisó que la ciudadela se construiría en La Paz. De ser así habría que preguntarle en que predio se haría porqueno podría ser en el que la gobernación de Moreno ya escrituró a la  Universidad Nacional.
Si están pensando incluirlas en la misma área,  “La Nacional” no vendría al Cesar ya que no acostumbra  compartir infraestructura con otras universidades y menos si tienen carácter privado.Todas sus sedes son para su uso exclusivo. Pero esto no perturbaa la doctora Campo ya que su pretensión es que la educación superior tenga ánimo de lucro, sea responsabilidad del sector privado, y que el público se limite a la básica y la media.
Muchos temen que de construirse la Ciudadela, tampoco lleguen allí  universidades de prestigio nacional sino las de “medio pelo”, las de “garaje”, aquellas en donde la Ministra jamás matricularía a sus hijos. Empresas privadas que han convertido la educación en un negocio lucrativo para sus dueños y en una estafa para sus alumnos condenados a recibir una pésima educación.
Señor Gobernador: todos reconocemos su liderazgo en esta campaña por hacer realidad la sede de la Universidad Nacional en La Paz. Las fuerzas sociales y políticas agrupadas en el Comité Pro Sede lo apoyan sin vacilaciones. Contamos también con el representante Pedro Muvdi en la dirección del OCAD regional, instancia que aprueba los proyectos financiados con dineros de las regalías del carbón. La situación no puede ser mejor.
No perdamos esta oportunidad, doctor Monsalvo. Abra las puertas al diálogo, a la concertación de estrategias, para que “todos a una” luchemos por hacer realidad este sueño que ayudará a superar las desigualdades, impulsará el desarrollo económico y sembrará paz en nuestra región.
Unámonos para hacer realidad la sede de la Universidad Nacional en La Paz. Consigamos el dinero para su construcción y funcionamiento. No nos dejemos enredar y dividir con improvisados proyectos de ciudadelas universitarias que no van para ninguna parte y que más tarde podemos estructurar mejor. El Cesar se lo agradecerá toda la vida.
No puede ser que una Ministra derrote a toda una región que solo pide una universidad decente para educar a sus hijos.
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