Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 13 mayo, 2010

UNA PROPUESTA DIFERENTE

ESTA ESQUINA Por: Hernán Araujo Ariza Valledupar es una ciudad que tiene muchas glorietas; creo que fue entre los gobiernos de Elías Ochoa y Johnny Pérez que se construyeron. Fueron tantas que bien podemos proponer el indicador ‘Glorietas per cápita’, donde seguro tendremos el primer lugar; no solo en Colombia sino en el mundo. Contamos […]

Boton Wpp

ESTA ESQUINA

Por: Hernán Araujo Ariza

Valledupar es una ciudad que tiene muchas glorietas; creo que fue entre los gobiernos de Elías Ochoa y Johnny Pérez que se construyeron. Fueron tantas que bien podemos proponer el indicador ‘Glorietas per cápita’, donde seguro tendremos el primer lugar; no solo en Colombia sino en el mundo.
Contamos con unas grandes y otras pequeñas. Unas tienen reconocidas piezas de arte, como la María Mulata de Grau. Otras cuentan con representaciones autóctonas, como las riñas de gallos. Hay unas imponentes, como la de Hernando de Santana; mientras que otras pasan de agache, como la de la ‘monjita’. Unas que no tienen nada, como la del terminal. Y otras que tienen atractivo, pero que les falta la glorieta; como la del aeropuerto, donde ubicarán la olvidada ‘cabeza’ de López Michelsen. En fin, de todo tenemos. Incluso la mayoría no las llama glorieta sino ‘romboy’; degenerativo de su nombre en inglés: “round point”.
Tal vez por el afán -o estrés- con el que circulamos por las glorietas, no nos percatamos de lo abandonadas que permanecen durante todo el año. A excepción de la temporada de festival, cuando corren a ‘pulirlas’. Pero por más que este año acudieron a regarlas y abonarlas, no pudieron salvar las palmas que sembraron alrededor de La Pilonera Mayor y algunas sembradas en la María Mulata; pudo más el olvido de todo el año que la diligencia con que las atienden en un mes.
A lo mejor, debido a ese olvido que padecen nuestros monumentos, el alcalde Luis Fabián Fernández decidió ocuparse de ellos. Con grata sorpresa recibimos -el martes- la noticia donde autorizan la instalación de unos modernos sistemas de riego por aspersión. El sistema cuenta con sensores de humedad que evitan el desperdicio innecesario de agua, y hasta pueden ser controlados por internet a través de GPS. Además, resaltable que sean aspersores anti vandálicos, pues garantiza que no van a estar averiados en poco tiempo.
Nos sorprende para bien, la intención del alcalde de preocuparse por las zonas verdes que acompañan nuestras glorietas. Como también nos agrada, la buena intención de implementar estos avanzados sistemas de riego, utilizados en campos de golf del mundo. PERO -y columna que se respete, lleva su ‘pero’- nos sorprende para mal, que tengamos nosotros que estar pagando tan caro (con nuestros impuestos) la falta de imaginación de nuestro alcalde.
Porque podemos entender que no se le haya ocurrido algo más innovador, pero no pretenda que nos limitemos a pagar eso sin decir nada. No, hay muchas maneras de lograr su noble propósito, sin tener que desembolsarle NADA a la concesión de Amoblamiento Urbano o tener que pagar un solo peso.
Hay un concepto muy de moda en el mundo de hoy; es la Responsabilidad Social Empresarial. Ahí, está la clave. Veamos: El ex alcalde Carvajal, en un arrebato de informalidad y ‘lisura’, se atrevió a pedirle a los constructores del Centro Comercial Guatapurí, que le donaran a la ciudad el pedestal donde iría La Pilonera Mayor. Solo fue pedirlo y ahí está!
Es así de fácil alcalde, no crea que no. Para el mantenimiento de esa glorieta, hágale una visita a la gerente del Guatapurí Plaza o a la gerente del Sonesta. Pídales que dispongan de sus jardineros para que le donen 1 o 2 horas al día al cuidado de esta zona verde que tienen de vecina. La María Mulata, más fácil; háblese con el gerente del Éxito, que estará orgulloso de mandar a alguien diariamente a regar las palmas y grama que embellecerán su entorno. Para Los Gallos; solo tiene que hablar con la gente del IDRECC o la Liga de Lucha contra el Cáncer y pedirles el favor de responder por eso. La de Los Músicos, tóquele la puerta a Supertiendas Olímpica; que aunque estén a una cuadra, seguro que no se oponen a asumirlo. Y por El Obelisco ni se moleste, que de eso se encargará la UPC.
Vincule si quiere a los demás vecinos de las glorietas o a otras empresas que deseen colaborar; pero para que cumplan. Recuerde que no es caridad, es Responsabilidad Social Empresarial. Y sin ningún beneficio a cambio para las empresas, salvo la satisfacción de ayudar con la ciudad y la oportuna divulgación de sus esfuerzos.
Más fácil no la podía tener alcalde, desista por favor de pagar equipos costosos y encárguese de empezar a comprometer a los privados con lo público. Si no lo hace, serían muchas las dudas que generaría ese ‘negocio’, sobre quienes serían sus beneficiarios.
MI ÚLTIMA PALABRA: Sin espacio.

www.pipearaujoariza.com

Columnista
13 mayo, 2010

UNA PROPUESTA DIFERENTE

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Araujo Ariza

ESTA ESQUINA Por: Hernán Araujo Ariza Valledupar es una ciudad que tiene muchas glorietas; creo que fue entre los gobiernos de Elías Ochoa y Johnny Pérez que se construyeron. Fueron tantas que bien podemos proponer el indicador ‘Glorietas per cápita’, donde seguro tendremos el primer lugar; no solo en Colombia sino en el mundo. Contamos […]


ESTA ESQUINA

Por: Hernán Araujo Ariza

Valledupar es una ciudad que tiene muchas glorietas; creo que fue entre los gobiernos de Elías Ochoa y Johnny Pérez que se construyeron. Fueron tantas que bien podemos proponer el indicador ‘Glorietas per cápita’, donde seguro tendremos el primer lugar; no solo en Colombia sino en el mundo.
Contamos con unas grandes y otras pequeñas. Unas tienen reconocidas piezas de arte, como la María Mulata de Grau. Otras cuentan con representaciones autóctonas, como las riñas de gallos. Hay unas imponentes, como la de Hernando de Santana; mientras que otras pasan de agache, como la de la ‘monjita’. Unas que no tienen nada, como la del terminal. Y otras que tienen atractivo, pero que les falta la glorieta; como la del aeropuerto, donde ubicarán la olvidada ‘cabeza’ de López Michelsen. En fin, de todo tenemos. Incluso la mayoría no las llama glorieta sino ‘romboy’; degenerativo de su nombre en inglés: “round point”.
Tal vez por el afán -o estrés- con el que circulamos por las glorietas, no nos percatamos de lo abandonadas que permanecen durante todo el año. A excepción de la temporada de festival, cuando corren a ‘pulirlas’. Pero por más que este año acudieron a regarlas y abonarlas, no pudieron salvar las palmas que sembraron alrededor de La Pilonera Mayor y algunas sembradas en la María Mulata; pudo más el olvido de todo el año que la diligencia con que las atienden en un mes.
A lo mejor, debido a ese olvido que padecen nuestros monumentos, el alcalde Luis Fabián Fernández decidió ocuparse de ellos. Con grata sorpresa recibimos -el martes- la noticia donde autorizan la instalación de unos modernos sistemas de riego por aspersión. El sistema cuenta con sensores de humedad que evitan el desperdicio innecesario de agua, y hasta pueden ser controlados por internet a través de GPS. Además, resaltable que sean aspersores anti vandálicos, pues garantiza que no van a estar averiados en poco tiempo.
Nos sorprende para bien, la intención del alcalde de preocuparse por las zonas verdes que acompañan nuestras glorietas. Como también nos agrada, la buena intención de implementar estos avanzados sistemas de riego, utilizados en campos de golf del mundo. PERO -y columna que se respete, lleva su ‘pero’- nos sorprende para mal, que tengamos nosotros que estar pagando tan caro (con nuestros impuestos) la falta de imaginación de nuestro alcalde.
Porque podemos entender que no se le haya ocurrido algo más innovador, pero no pretenda que nos limitemos a pagar eso sin decir nada. No, hay muchas maneras de lograr su noble propósito, sin tener que desembolsarle NADA a la concesión de Amoblamiento Urbano o tener que pagar un solo peso.
Hay un concepto muy de moda en el mundo de hoy; es la Responsabilidad Social Empresarial. Ahí, está la clave. Veamos: El ex alcalde Carvajal, en un arrebato de informalidad y ‘lisura’, se atrevió a pedirle a los constructores del Centro Comercial Guatapurí, que le donaran a la ciudad el pedestal donde iría La Pilonera Mayor. Solo fue pedirlo y ahí está!
Es así de fácil alcalde, no crea que no. Para el mantenimiento de esa glorieta, hágale una visita a la gerente del Guatapurí Plaza o a la gerente del Sonesta. Pídales que dispongan de sus jardineros para que le donen 1 o 2 horas al día al cuidado de esta zona verde que tienen de vecina. La María Mulata, más fácil; háblese con el gerente del Éxito, que estará orgulloso de mandar a alguien diariamente a regar las palmas y grama que embellecerán su entorno. Para Los Gallos; solo tiene que hablar con la gente del IDRECC o la Liga de Lucha contra el Cáncer y pedirles el favor de responder por eso. La de Los Músicos, tóquele la puerta a Supertiendas Olímpica; que aunque estén a una cuadra, seguro que no se oponen a asumirlo. Y por El Obelisco ni se moleste, que de eso se encargará la UPC.
Vincule si quiere a los demás vecinos de las glorietas o a otras empresas que deseen colaborar; pero para que cumplan. Recuerde que no es caridad, es Responsabilidad Social Empresarial. Y sin ningún beneficio a cambio para las empresas, salvo la satisfacción de ayudar con la ciudad y la oportuna divulgación de sus esfuerzos.
Más fácil no la podía tener alcalde, desista por favor de pagar equipos costosos y encárguese de empezar a comprometer a los privados con lo público. Si no lo hace, serían muchas las dudas que generaría ese ‘negocio’, sobre quienes serían sus beneficiarios.
MI ÚLTIMA PALABRA: Sin espacio.

www.pipearaujoariza.com