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Columnista - 19 marzo, 2020

Una mirada hacia la verdadera sostenibilidad (I)

En este momento de la historia de la humanidad no voy hablar de coronavirus ya que estamos muy bien informados. Pero sí de la historia de la humanidad donde se formulan las inquietudes de muchas personas y organizaciones que, ante una evidencia tan espeluznante, tratan de emprender acciones que respondan a la necesidad urgente de […]

En este momento de la historia de la humanidad no voy hablar de coronavirus ya que estamos muy bien informados.

Pero sí de la historia de la humanidad donde se formulan las inquietudes de muchas personas y organizaciones que, ante una evidencia tan espeluznante, tratan de emprender acciones que respondan a la necesidad urgente de mitigar, remediar y compensar las acciones de la humanidad, de forma que sea posible frenar y revertir los índices actuales de deterioro. Naciones Unidas, por ejemplo, ha emprendido una convocatoria a todas las naciones para redefinir las metas, luego de los bajos resultados que arrojaron 15 años de aplicación de los Objetivos del Milenio, bajo el esquema de la “Agenda de Desarrollo Pos 15” para la reevaluación de metas para el periodo 2016 – 2030.

Podemos decir que, ante la evidente inoperancia de las metas acordadas en el año 2000 con ocasión del nuevo milenio, que en 15 años no fue posible cumplir, se hace necesario evaluar no las metas, sino los caminos. Todos conocimos de primera mano las iniciativas que originaron los Objetivos del Milenio; todas ellas hacían prever que la humanidad había asumido su responsabilidad y que emprendería cambios con seguridad y vehemencia que arrojarían los mejores resultados, pero no fue así.

Pueden darse muchas lecturas de lo que ocurrió de los compromisos gubernamentales, empresariales y personales incumplidos para el logro de las metas; sin embargo, esto solamente provocaría una polémica más, que no aporta nada a la solución. Por ellos hemos considerado desde nuestra propia visión que debemos apartarnos de las metas y concentrarnos en la búsqueda de caminos y salidas que arrojen resultados inmediatos, específicamente en el principio que originó el movimiento del desarrollo sostenible, para lo que vale la pena retomar la definición original en 1987, presentada por la comisión Bruntland: “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades”.

De lo anterior, surgen algunas preguntas: ¿cuáles son las necesidades a que se refería la definición?; ¿por qué razón se plantearon en forma tan abstractas?; ¿qué interés hubo de por medio? En fin, lo que sí es evidente es que esta formulación no dejó nada expreso y planteó una idea sin ideales claros, que obliga a hacer suposiciones.

NOTA: Todos debemos estar atentos y acogernos a las sugerencias que nos hacen las autoridades del gobierno y la salud para evitarnos ser contagiados con el famoso COVID-19.

Columnista
19 marzo, 2020

Una mirada hacia la verdadera sostenibilidad (I)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

En este momento de la historia de la humanidad no voy hablar de coronavirus ya que estamos muy bien informados. Pero sí de la historia de la humanidad donde se formulan las inquietudes de muchas personas y organizaciones que, ante una evidencia tan espeluznante, tratan de emprender acciones que respondan a la necesidad urgente de […]


En este momento de la historia de la humanidad no voy hablar de coronavirus ya que estamos muy bien informados.

Pero sí de la historia de la humanidad donde se formulan las inquietudes de muchas personas y organizaciones que, ante una evidencia tan espeluznante, tratan de emprender acciones que respondan a la necesidad urgente de mitigar, remediar y compensar las acciones de la humanidad, de forma que sea posible frenar y revertir los índices actuales de deterioro. Naciones Unidas, por ejemplo, ha emprendido una convocatoria a todas las naciones para redefinir las metas, luego de los bajos resultados que arrojaron 15 años de aplicación de los Objetivos del Milenio, bajo el esquema de la “Agenda de Desarrollo Pos 15” para la reevaluación de metas para el periodo 2016 – 2030.

Podemos decir que, ante la evidente inoperancia de las metas acordadas en el año 2000 con ocasión del nuevo milenio, que en 15 años no fue posible cumplir, se hace necesario evaluar no las metas, sino los caminos. Todos conocimos de primera mano las iniciativas que originaron los Objetivos del Milenio; todas ellas hacían prever que la humanidad había asumido su responsabilidad y que emprendería cambios con seguridad y vehemencia que arrojarían los mejores resultados, pero no fue así.

Pueden darse muchas lecturas de lo que ocurrió de los compromisos gubernamentales, empresariales y personales incumplidos para el logro de las metas; sin embargo, esto solamente provocaría una polémica más, que no aporta nada a la solución. Por ellos hemos considerado desde nuestra propia visión que debemos apartarnos de las metas y concentrarnos en la búsqueda de caminos y salidas que arrojen resultados inmediatos, específicamente en el principio que originó el movimiento del desarrollo sostenible, para lo que vale la pena retomar la definición original en 1987, presentada por la comisión Bruntland: “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades”.

De lo anterior, surgen algunas preguntas: ¿cuáles son las necesidades a que se refería la definición?; ¿por qué razón se plantearon en forma tan abstractas?; ¿qué interés hubo de por medio? En fin, lo que sí es evidente es que esta formulación no dejó nada expreso y planteó una idea sin ideales claros, que obliga a hacer suposiciones.

NOTA: Todos debemos estar atentos y acogernos a las sugerencias que nos hacen las autoridades del gobierno y la salud para evitarnos ser contagiados con el famoso COVID-19.