La región del Catatumbo ha sido por décadas fortín de los diferentes grupos armados ilegales. Según informes de varias organizaciones la guerrilla ha tenido presencia en esta región hace mád de cuatro décadas, y a pesar de los ataques directos e indirectos de los grupos de autodefensas y de los operativos de la Fuerza Pública, […]
La región del Catatumbo ha sido por décadas fortín de los diferentes grupos armados ilegales. Según informes de varias organizaciones la guerrilla ha tenido presencia en esta región hace mád de cuatro décadas, y a pesar de los ataques directos e indirectos de los grupos de autodefensas y de los operativos de la Fuerza Pública, ha logrado mantener su influencia aprovechando las características montañosas y selváticas de algunas zonas de la región.
En su época, los grupos de autodefensas se asentaron principalmente en las zonas planas y selváticas, tanto en la frontera con el sur del Cesar, como en los márgenes derecho e izquierdo del río Catatumbo, en las cabeceras municipales, algunos corregimientos de municipios ubicados en la zona montañosa y algunas áreas rurales con cultivos de coca. La tensión en esta zona que comprende municipios de Norte de Santander y Santander se refleja en los municipios del sur del Cesar, especialmente en Aguachica donde confluyen todas las fuerzas. De ahí que este municipio, el segundo con más población del departamento cesarense, cansado de la violencia y sus efectos, hizo hace 20 años la consulta por la paz para decirle no más a esas fuerzas oscuras.
Después de todos los efectos de la violencia, y aun con la presencia de grupos armados, bandas criminales, narcotráfico, los alcaldes del Catatumbo se reunieron esta semana junto con una veintena de entidades estatales para trazas la ruta que lleve al desarrollo. La Vicepresidencia de la República y la Asociación de Municipios del Catatumbo trabajaron de manera conjunta por el desarrollo del Norte de Santander, la provincia de Ocaña y el sur del Cesar, y a partir de ahora realizarán mesas de trabajo para priorizar proyectos de interconexión eléctrica, sistemas de acueducto, vías de comunicación y viviendas rurales, entre otros proyectos.
Es una mirada necesaria al Catatumbo, donde los campesinos, los jóvenes, las mujeres y los niños, viven su día a día, olvidados por el Estado, sobreviviendo en medio de ese ambiente enrarecido, en el que prima la presión armada. La población que allí habita necesita todo el apoyo, el acompañamiento, no esporádico y temporal, sino permanente, para que así se impulse a la región, atendiendo sus necesidades y visibilizando el potencial cultural, económico y turístico que tiene para brindarle a Colombia.
El vicepresidente d la República, Oscar Naranjo, instaló la vitrina de promoción ‘Catatumbo, región de esperanza’, en la que expusieron el potencial cultural, económico y turístico. Es un primer paso, que deben seguir los alcaldes de esos municipios, de la mano de los gobernadores de los tres departamentos. El sur del Cesar también tiene su parte en este propósito y debe esforzarse más (comunidad, clase dirigente, social y económica) para buscar ese desarrollo.
La región del Catatumbo ha sido por décadas fortín de los diferentes grupos armados ilegales. Según informes de varias organizaciones la guerrilla ha tenido presencia en esta región hace mád de cuatro décadas, y a pesar de los ataques directos e indirectos de los grupos de autodefensas y de los operativos de la Fuerza Pública, […]
La región del Catatumbo ha sido por décadas fortín de los diferentes grupos armados ilegales. Según informes de varias organizaciones la guerrilla ha tenido presencia en esta región hace mád de cuatro décadas, y a pesar de los ataques directos e indirectos de los grupos de autodefensas y de los operativos de la Fuerza Pública, ha logrado mantener su influencia aprovechando las características montañosas y selváticas de algunas zonas de la región.
En su época, los grupos de autodefensas se asentaron principalmente en las zonas planas y selváticas, tanto en la frontera con el sur del Cesar, como en los márgenes derecho e izquierdo del río Catatumbo, en las cabeceras municipales, algunos corregimientos de municipios ubicados en la zona montañosa y algunas áreas rurales con cultivos de coca. La tensión en esta zona que comprende municipios de Norte de Santander y Santander se refleja en los municipios del sur del Cesar, especialmente en Aguachica donde confluyen todas las fuerzas. De ahí que este municipio, el segundo con más población del departamento cesarense, cansado de la violencia y sus efectos, hizo hace 20 años la consulta por la paz para decirle no más a esas fuerzas oscuras.
Después de todos los efectos de la violencia, y aun con la presencia de grupos armados, bandas criminales, narcotráfico, los alcaldes del Catatumbo se reunieron esta semana junto con una veintena de entidades estatales para trazas la ruta que lleve al desarrollo. La Vicepresidencia de la República y la Asociación de Municipios del Catatumbo trabajaron de manera conjunta por el desarrollo del Norte de Santander, la provincia de Ocaña y el sur del Cesar, y a partir de ahora realizarán mesas de trabajo para priorizar proyectos de interconexión eléctrica, sistemas de acueducto, vías de comunicación y viviendas rurales, entre otros proyectos.
Es una mirada necesaria al Catatumbo, donde los campesinos, los jóvenes, las mujeres y los niños, viven su día a día, olvidados por el Estado, sobreviviendo en medio de ese ambiente enrarecido, en el que prima la presión armada. La población que allí habita necesita todo el apoyo, el acompañamiento, no esporádico y temporal, sino permanente, para que así se impulse a la región, atendiendo sus necesidades y visibilizando el potencial cultural, económico y turístico que tiene para brindarle a Colombia.
El vicepresidente d la República, Oscar Naranjo, instaló la vitrina de promoción ‘Catatumbo, región de esperanza’, en la que expusieron el potencial cultural, económico y turístico. Es un primer paso, que deben seguir los alcaldes de esos municipios, de la mano de los gobernadores de los tres departamentos. El sur del Cesar también tiene su parte en este propósito y debe esforzarse más (comunidad, clase dirigente, social y económica) para buscar ese desarrollo.