Los mitos que existen en la región para explicar por qué no se lee lo suficiente y por qué los índices de lectura son tan bajos, deben acabarse. Si es cierto que nos encontramos en una cultura en la que oralidad es tradición, también lo es que existe un gran porcentaje de niños y jóvenes […]
Los mitos que existen en la región para explicar por qué no se lee lo suficiente y por qué los índices de lectura son tan bajos, deben acabarse. Si es cierto que nos encontramos en una cultura en la que oralidad es tradición, también lo es que existe un gran porcentaje de niños y jóvenes que se han acercado a la lectura y esta potencialidad se debe apoyar sin duda alguna.
A propósito del programa ‘Mi barrio es una biblioteca’ que promueve la administración departamental, con el cual pretende llevar los libros a los hogares y que una vez los lean los intercambien con las familias vecinas, tiene un fin noble, que solo soportado con seguimiento y una amplia difusión, podrá dar los resultados que hoy proponen: motivar el gusto por la lectura desde el seno del hogar.
Una buena estrategia para promover la lectura, que debe fortalecerse con planes lectores en las instituciones educativas, para lo que deben considerar la destinación de importantes recursos, así como lo hacen con la alimentación, el transporte escolar y otros. Desde la asignatura de Lengua Castellana éste debe ser el propósito: que el estudiante sepa escribir, leer, interpretar y ame la lectura más allá de sus textos escolares. Seguramente así, sí se obtendrá el resultado esperado, que muchos más niños, jóvenes y adultos lean.
El Dane en el 2012 hizo la última Encuesta de Consumo Cultural, según la cual el 48% de los colombianos mayores de 12 años leyó algún libro en el último año, cuyo porcentaje oscila entre 48 y 54 para las diferentes regiones del país, el 50% leyó revistas y el 63% leyó periódicos. Esta misma Encuesta muestra que los jóvenes entre 12 y 25 años es el que más porcentaje muestra en lectura de libros en el último año, con un 61%. Mientras que en el grupo de 5 a 11 años, la encuesta muestra que el 55% de la población leyó libros en el último año.
En el Cesar comienza la próxima semana la tarea de llevar la lectura a las casas, con el apoyo de la empresa privada que ha aportado hasta el momento recursos para comprar libros. Una titánica tarea en la que no se debe desfallecer, ni hacer solo por unos meses. Si en un mes tienen propuesto comprar cinco mil libros, son cinco mil hogares que comenzarán a leer. ¿Ya saben cómo van a cuidar los libros? ¿Cómo se sabe que si leyeron? Por eso es necesario el seguimiento y de ahí el llamado a la administración departamental para que esta campaña no sea una más, sino que se traduzca en un gran programa lector que llegue a los hogares cesarenses que no pueden acceder a un libro.
Los mitos que existen en la región para explicar por qué no se lee lo suficiente y por qué los índices de lectura son tan bajos, deben acabarse. Si es cierto que nos encontramos en una cultura en la que oralidad es tradición, también lo es que existe un gran porcentaje de niños y jóvenes […]
Los mitos que existen en la región para explicar por qué no se lee lo suficiente y por qué los índices de lectura son tan bajos, deben acabarse. Si es cierto que nos encontramos en una cultura en la que oralidad es tradición, también lo es que existe un gran porcentaje de niños y jóvenes que se han acercado a la lectura y esta potencialidad se debe apoyar sin duda alguna.
A propósito del programa ‘Mi barrio es una biblioteca’ que promueve la administración departamental, con el cual pretende llevar los libros a los hogares y que una vez los lean los intercambien con las familias vecinas, tiene un fin noble, que solo soportado con seguimiento y una amplia difusión, podrá dar los resultados que hoy proponen: motivar el gusto por la lectura desde el seno del hogar.
Una buena estrategia para promover la lectura, que debe fortalecerse con planes lectores en las instituciones educativas, para lo que deben considerar la destinación de importantes recursos, así como lo hacen con la alimentación, el transporte escolar y otros. Desde la asignatura de Lengua Castellana éste debe ser el propósito: que el estudiante sepa escribir, leer, interpretar y ame la lectura más allá de sus textos escolares. Seguramente así, sí se obtendrá el resultado esperado, que muchos más niños, jóvenes y adultos lean.
El Dane en el 2012 hizo la última Encuesta de Consumo Cultural, según la cual el 48% de los colombianos mayores de 12 años leyó algún libro en el último año, cuyo porcentaje oscila entre 48 y 54 para las diferentes regiones del país, el 50% leyó revistas y el 63% leyó periódicos. Esta misma Encuesta muestra que los jóvenes entre 12 y 25 años es el que más porcentaje muestra en lectura de libros en el último año, con un 61%. Mientras que en el grupo de 5 a 11 años, la encuesta muestra que el 55% de la población leyó libros en el último año.
En el Cesar comienza la próxima semana la tarea de llevar la lectura a las casas, con el apoyo de la empresa privada que ha aportado hasta el momento recursos para comprar libros. Una titánica tarea en la que no se debe desfallecer, ni hacer solo por unos meses. Si en un mes tienen propuesto comprar cinco mil libros, son cinco mil hogares que comenzarán a leer. ¿Ya saben cómo van a cuidar los libros? ¿Cómo se sabe que si leyeron? Por eso es necesario el seguimiento y de ahí el llamado a la administración departamental para que esta campaña no sea una más, sino que se traduzca en un gran programa lector que llegue a los hogares cesarenses que no pueden acceder a un libro.