Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 1 noviembre, 2022

Una historia de progreso regional (Segunda parte)

Al instante Andrés precisó: — Había pensado en Escalona, pero ya tiene muchas, claro que le hace falta el título de bachiller. Es bueno aprovechar este gobierno para graduarlo antes que lo hagan los cachacos en busca de gloria en tierra ajena. — — Casi de inmediato el viejo ‘Poncho’ Cotes agregó…….., estoy de acuerdo […]

Al instante Andrés precisó:

— Había pensado en Escalona, pero ya tiene muchas, claro que le hace falta el título de bachiller. Es bueno aprovechar este gobierno para graduarlo antes que lo hagan los cachacos en busca de gloria en tierra ajena. —

— Casi de inmediato el viejo ‘Poncho’ Cotes agregó…….., estoy de acuerdo con mi compadre Andrés, hagámoslo rápido porque ya le vienen para encima una serie de grados “Honoris Causa”, por lo tanto, se debe nombrar un comité para preguntarle qué carrera va a escoger…y así los cartones de grado salgan marcados oportunamente. —

Las carcajadas aparecieron por todos los lados, pero las medallas como era de esperarse, se esfumaron todas, como por arte de magia.

Durante sus años de servicios públicos se construyeron en Valledupar y el Cesar obras importantes para su desarrollo, tanto en la parte de infraestructuras como en obras civiles y arquitectónicas base para el desarrollo futuro en el campo agrícola y ganadero, como en el desarrollo de la economía social beneficiando a todas las regiones.

Fue San Fernando, nombre dado en honor a su hijo Fernando Dangónd Castro, la primera urbanización de interés social sin cuota inicial construida en Valledupar en los años de 1982 en lotes de su propiedad y que hoy constituye una de los grandes centros habitacionales dignos para la ciudad.

Verdaderamente el parrandero y en especial el provinciano cuando escucha un vallenato o los aires musicales preferidos, da fácilmente rienda sueltas a esos estados que, lo llevan a uno a la bohemia; elegante para algunos cuando se disparan las condiciones poéticas y sentimentales que llevamos por dentro y si no se tiene el control debido terminamos haciendo ofrecimientos baldíos como le sucedió a algunos provincianos con sus promesas a una de las figuras más prestigiosas de la música vallenata, Leandro Díaz, para lo cual don Jorge movido por aquellos incumplimientos, me dijo sin pensarlo dos veces: “vamos a regalar una casa para Leandro aquí en la urbanización que se está construyendo, pero la hacemos bajo la sombra de aquel árbol de campano para que sea el sitio de las parrandas”. Así se convirtió en realidad alguna parte de las ilusiones del Homero Vallenato.

Fue así como, aprovechando el momento, en que este gran amigo de aquellos tiempos, Jorge Dangónd regalaba una casa a Leandro en la ciudad de Valledupar, y como este gesto tuvo muchos más para con sus amigos y allegados.

Andrés Becerra famoso personaje de las parrandas y el folclor el día de la entrega de la casa, acto que se realizó con la presencia de altas personalidades de la vida nacional, en son picaresco exclamó: “parece que hoy la vergüenza está llevando a pagar las deudas a los ofrecientes olvidadizos”, Jorge debe agregar los intereses de años de olvido que sólo una o más cajas de whisky pueden enmendar y resarcir el daño causado en el estado anímico y emocional de mi compadre Leandro por la demora en la entrega de esta casa, entre otras cosas, la única promesa cumplida de las tantas hechas a mi compadre Leandro por sus amigos. 

Y me recalcaba don Jorge:  —Los pesos no solo deben utilizarse para mover más pesos. Hay que saber mover los pesos, pero con sentido financiero y humanista buscando el equilibrio para no dañar a nadie y ayudar a muchos. Asume que no tienes por qué caer siempre bien, …— insistía.

Columnista
1 noviembre, 2022

Una historia de progreso regional (Segunda parte)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Fausto Cotes

Al instante Andrés precisó: — Había pensado en Escalona, pero ya tiene muchas, claro que le hace falta el título de bachiller. Es bueno aprovechar este gobierno para graduarlo antes que lo hagan los cachacos en busca de gloria en tierra ajena. — — Casi de inmediato el viejo ‘Poncho’ Cotes agregó…….., estoy de acuerdo […]


Al instante Andrés precisó:

— Había pensado en Escalona, pero ya tiene muchas, claro que le hace falta el título de bachiller. Es bueno aprovechar este gobierno para graduarlo antes que lo hagan los cachacos en busca de gloria en tierra ajena. —

— Casi de inmediato el viejo ‘Poncho’ Cotes agregó…….., estoy de acuerdo con mi compadre Andrés, hagámoslo rápido porque ya le vienen para encima una serie de grados “Honoris Causa”, por lo tanto, se debe nombrar un comité para preguntarle qué carrera va a escoger…y así los cartones de grado salgan marcados oportunamente. —

Las carcajadas aparecieron por todos los lados, pero las medallas como era de esperarse, se esfumaron todas, como por arte de magia.

Durante sus años de servicios públicos se construyeron en Valledupar y el Cesar obras importantes para su desarrollo, tanto en la parte de infraestructuras como en obras civiles y arquitectónicas base para el desarrollo futuro en el campo agrícola y ganadero, como en el desarrollo de la economía social beneficiando a todas las regiones.

Fue San Fernando, nombre dado en honor a su hijo Fernando Dangónd Castro, la primera urbanización de interés social sin cuota inicial construida en Valledupar en los años de 1982 en lotes de su propiedad y que hoy constituye una de los grandes centros habitacionales dignos para la ciudad.

Verdaderamente el parrandero y en especial el provinciano cuando escucha un vallenato o los aires musicales preferidos, da fácilmente rienda sueltas a esos estados que, lo llevan a uno a la bohemia; elegante para algunos cuando se disparan las condiciones poéticas y sentimentales que llevamos por dentro y si no se tiene el control debido terminamos haciendo ofrecimientos baldíos como le sucedió a algunos provincianos con sus promesas a una de las figuras más prestigiosas de la música vallenata, Leandro Díaz, para lo cual don Jorge movido por aquellos incumplimientos, me dijo sin pensarlo dos veces: “vamos a regalar una casa para Leandro aquí en la urbanización que se está construyendo, pero la hacemos bajo la sombra de aquel árbol de campano para que sea el sitio de las parrandas”. Así se convirtió en realidad alguna parte de las ilusiones del Homero Vallenato.

Fue así como, aprovechando el momento, en que este gran amigo de aquellos tiempos, Jorge Dangónd regalaba una casa a Leandro en la ciudad de Valledupar, y como este gesto tuvo muchos más para con sus amigos y allegados.

Andrés Becerra famoso personaje de las parrandas y el folclor el día de la entrega de la casa, acto que se realizó con la presencia de altas personalidades de la vida nacional, en son picaresco exclamó: “parece que hoy la vergüenza está llevando a pagar las deudas a los ofrecientes olvidadizos”, Jorge debe agregar los intereses de años de olvido que sólo una o más cajas de whisky pueden enmendar y resarcir el daño causado en el estado anímico y emocional de mi compadre Leandro por la demora en la entrega de esta casa, entre otras cosas, la única promesa cumplida de las tantas hechas a mi compadre Leandro por sus amigos. 

Y me recalcaba don Jorge:  —Los pesos no solo deben utilizarse para mover más pesos. Hay que saber mover los pesos, pero con sentido financiero y humanista buscando el equilibrio para no dañar a nadie y ayudar a muchos. Asume que no tienes por qué caer siempre bien, …— insistía.