Antes de la pandemia invitamos al foro ‘El Cesar y La Guajira, una sola nación’, ya el hermano departamento venía con una crisis de gobernabilidad, se habían completado 8 gobernadores en 7 años, la Nación había intervenido y administraba desde Bogotá la salud departamental, Cerrejón pasaba por mal momento y las regalías se desplomaban, había protestas por el estado de las vías, la corrupción campeaba y la migración proveniente de Venezuela se había desbordado.
Antes de la pandemia invitamos al foro ‘El Cesar y La Guajira, una sola nación’, ya el hermano departamento venía con una crisis de gobernabilidad, se habían completado 8 gobernadores en 7 años, la Nación había intervenido y administraba desde Bogotá la salud departamental, Cerrejón pasaba por mal momento y las regalías se desplomaban, había protestas por el estado de las vías, la corrupción campeaba y la migración proveniente de Venezuela se había desbordado.
Tuvimos tres grandes motivaciones: guajiros residentes en Valledupar habían manifestado su preocupación por la evolución de la península; las comunes raíces históricas, pues Riohacha y Valledupar compartían las viejas provincias, que no conocían frontera, de Padilla y Valledupar. Cuando en 1.880 el ingeniero John May informó al General Julián Trujillo, presidente de los Estados Unidos de Colombia, todos sus esfuerzos para explotar las minas del Cerrejón descubiertas por él en 1865 tituló su reporte ‘El descubrimiento de las minas de Valle Dupar”; el convencimiento de que una Guajira próspera y su acceso rápido a ella contribuyen mucho al desarrollo del Cesar; señalamos que eran tan importantes para nuestro departamento las vías en la Guajira como las de nuestra circunscripción departamental, debido al acceso a puertos marítimos y secos, atractivo y complementario turismo y el tránsito hacia Venezuela.
La bonanza algodonera no hubiera sido suficiente para darle base económica a la creación del nuevo departamento del Cesar sin la riqueza petrolera y los mercados que ofrecía Venezuela a los productos agropecuarios y las incipientes industrias. En fin, tener vecinos ricos y prósperos ayuda al desarrollo del Cesar.
Los problemas de La Guajira se fueron agudizando con el tiempo, y todos los pasos han ido para mal. Se llegó recientemente a niveles de pobreza superiores a los del Chocó y en 2022, un año de extraordinario desempeño de la economía nacional, según reporta el DANE, fue el único departamento que no creció (-3.5%). Los niños wayuu de la alta guajira año tras año morían y morían.
En lo que había transcurrido del gobierno de Petro los bloqueos viales por parte de las comunidades se acentuaron, cada dos días había una interrupción del tráfico vehicular, o del tren del carbón, y los niveles de violencia e inseguridad no escatimaban sus daños.
EL PILÓN, a raíz del asiento semanal del presidente Petro y su gobierno y la declaratoria de emergencia económica y social de La Guajira ha recogido entrevistas de personalidades guajiros: el denominador común es la esperanza. Se harán obras y servicios en todos los órdenes; se ha consensuado en el activo social tan importante que representa la Represa del Ranchería, y en un nuevo modelo energético. Llamamos a victorias tempranas y evidentes, porque las controversiales obras de largo plazo anunciadas, “un tubo de agua hasta Nazaret”, unas desalinizadoras o un aeropuerto internacional en el extremo norte requerirán complejos y demorados estudios y diseños de factibilidad.
Antes de la pandemia invitamos al foro ‘El Cesar y La Guajira, una sola nación’, ya el hermano departamento venía con una crisis de gobernabilidad, se habían completado 8 gobernadores en 7 años, la Nación había intervenido y administraba desde Bogotá la salud departamental, Cerrejón pasaba por mal momento y las regalías se desplomaban, había protestas por el estado de las vías, la corrupción campeaba y la migración proveniente de Venezuela se había desbordado.
Antes de la pandemia invitamos al foro ‘El Cesar y La Guajira, una sola nación’, ya el hermano departamento venía con una crisis de gobernabilidad, se habían completado 8 gobernadores en 7 años, la Nación había intervenido y administraba desde Bogotá la salud departamental, Cerrejón pasaba por mal momento y las regalías se desplomaban, había protestas por el estado de las vías, la corrupción campeaba y la migración proveniente de Venezuela se había desbordado.
Tuvimos tres grandes motivaciones: guajiros residentes en Valledupar habían manifestado su preocupación por la evolución de la península; las comunes raíces históricas, pues Riohacha y Valledupar compartían las viejas provincias, que no conocían frontera, de Padilla y Valledupar. Cuando en 1.880 el ingeniero John May informó al General Julián Trujillo, presidente de los Estados Unidos de Colombia, todos sus esfuerzos para explotar las minas del Cerrejón descubiertas por él en 1865 tituló su reporte ‘El descubrimiento de las minas de Valle Dupar”; el convencimiento de que una Guajira próspera y su acceso rápido a ella contribuyen mucho al desarrollo del Cesar; señalamos que eran tan importantes para nuestro departamento las vías en la Guajira como las de nuestra circunscripción departamental, debido al acceso a puertos marítimos y secos, atractivo y complementario turismo y el tránsito hacia Venezuela.
La bonanza algodonera no hubiera sido suficiente para darle base económica a la creación del nuevo departamento del Cesar sin la riqueza petrolera y los mercados que ofrecía Venezuela a los productos agropecuarios y las incipientes industrias. En fin, tener vecinos ricos y prósperos ayuda al desarrollo del Cesar.
Los problemas de La Guajira se fueron agudizando con el tiempo, y todos los pasos han ido para mal. Se llegó recientemente a niveles de pobreza superiores a los del Chocó y en 2022, un año de extraordinario desempeño de la economía nacional, según reporta el DANE, fue el único departamento que no creció (-3.5%). Los niños wayuu de la alta guajira año tras año morían y morían.
En lo que había transcurrido del gobierno de Petro los bloqueos viales por parte de las comunidades se acentuaron, cada dos días había una interrupción del tráfico vehicular, o del tren del carbón, y los niveles de violencia e inseguridad no escatimaban sus daños.
EL PILÓN, a raíz del asiento semanal del presidente Petro y su gobierno y la declaratoria de emergencia económica y social de La Guajira ha recogido entrevistas de personalidades guajiros: el denominador común es la esperanza. Se harán obras y servicios en todos los órdenes; se ha consensuado en el activo social tan importante que representa la Represa del Ranchería, y en un nuevo modelo energético. Llamamos a victorias tempranas y evidentes, porque las controversiales obras de largo plazo anunciadas, “un tubo de agua hasta Nazaret”, unas desalinizadoras o un aeropuerto internacional en el extremo norte requerirán complejos y demorados estudios y diseños de factibilidad.