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Columnista - 6 junio, 2012

Una discusión inútil

Por: Basilio Padilla Seguimos con la discusión sobre si en el Cesar estamos listos o no para el TLC. Pero, en vez de este tema, la idea debe ser como aprovechar los beneficios que se pueden derivar de este tratado. En columnas anteriores he hecho énfasis en el hecho de que nuestro sector agrícola padece […]

Por: Basilio Padilla

Seguimos con la discusión sobre si en el Cesar estamos listos o no para el TLC. Pero, en vez de este tema, la idea debe ser como aprovechar los beneficios que se pueden derivar de este tratado. En columnas anteriores he hecho énfasis en el hecho de que nuestro sector agrícola padece de múltiples problemas por la falta de los recursos, tecnificación y maquinaria que nos pueda hacer competitivos en nuestro país y también en el exterior.
En este caso no podemos hablar de que no estamos listos, porque la única esperanza de alistarnos es que podamos tener acceso a los elementos que nos ayuden a obtener estos propósitos y esa esperanza la vemos con el TLC. Es decir podríamos pasar 50 años más y no nos prepararíamos porque las circunstancias serían las mismas. Menciono el sector agrícola porque este ha sido históricamente una de las bases de nuestra economía, antes del advenimiento de la explotación carbonífera y una a las cuales debemos mirar hacia el futuro. Parte importante de esta preparación es el intercambio humano que debemos iniciar con el propósito de educar a nuestros agricultores y ganaderos de cómo manejar la tecnificación, sin depender de la madre naturaleza para los cultivos, lo cual implica buenos sistemas de riego, división de las tierras, cultivo de buenos pastos y mejoramiento genética de la raza bovina, es decir en vez de tener 80 vacas de ordeño que produzcan 5 litros cada una, se tienen 20 que produzcan 20 litros cada una. Todo esto hubiese sido prácticamente imposible de hacer antes del TLC, simplemente porque no tenemos acceso a préstamos bancarios y a los estratosféricos precios de la maquinaria agrícola. Los llamados expertos del campo vienen de Bogotá, también a precios y costos que casi es imposible de poder obtener.
En otras palabras era casi imposible poder alistarnos para el TLC, dadas las circunstancias a que nos estamos refiriendo. La idea que debemos proponer para nuestro departamento seria el acceso organizado a los recursos materiales y educativos, que no nos lleve a la bancarrota, tecnificar y luego iniciar el proceso de encontrar todos los mercados para promover nuestros productos. No necesariamente tenemos que hacerlo con los EE.UU., sino también con cualquier región que tenga la necesidad de estos productos. La idea es que podamos utilizar los recursos que se ofrezcan con la ayuda del TLC, para mejorar nuestro precaria situación actual, donde las fincas no producen ni para pagar los costos de mantenimiento.
Dadas todas estas circunstancias y una buena orientación, podríamos comenzar a reunir los elementos necesarios para salir del subdesarrollo agropecuario en que nos encontramos y así poder superar el hecho de que actualmente importamos todos los productos de la canasta familiar de todas partes, pero que no las podemos producir en nuestro departamento. El otro aspecto de este crucigrama es la organización de los recursos educativos dirigidos al aspecto comercial de nuestro departamento. Aquí lo indicado es un intercambio que no solo involucre a aquellos que tengan los medios de educarse, sino un esfuerzo masivo, que nos ayude a crear empleo en nuestro departamento. El intercambio comercial debe hacerse en forma especializada, para que los representantes de los distintos sectores se reúnany hablen un mismo lenguaje en cuanto a la complejidad de sus negocios. Al fin y al cabo los beneficios que puedan ocurrir con el TLC, dependen de los esfuerzos organizados de nuestras instituciones, cámara de comercio y representantes del gobierno.

Columnista
6 junio, 2012

Una discusión inútil

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Basilio Padilla

Por: Basilio Padilla Seguimos con la discusión sobre si en el Cesar estamos listos o no para el TLC. Pero, en vez de este tema, la idea debe ser como aprovechar los beneficios que se pueden derivar de este tratado. En columnas anteriores he hecho énfasis en el hecho de que nuestro sector agrícola padece […]


Por: Basilio Padilla

Seguimos con la discusión sobre si en el Cesar estamos listos o no para el TLC. Pero, en vez de este tema, la idea debe ser como aprovechar los beneficios que se pueden derivar de este tratado. En columnas anteriores he hecho énfasis en el hecho de que nuestro sector agrícola padece de múltiples problemas por la falta de los recursos, tecnificación y maquinaria que nos pueda hacer competitivos en nuestro país y también en el exterior.
En este caso no podemos hablar de que no estamos listos, porque la única esperanza de alistarnos es que podamos tener acceso a los elementos que nos ayuden a obtener estos propósitos y esa esperanza la vemos con el TLC. Es decir podríamos pasar 50 años más y no nos prepararíamos porque las circunstancias serían las mismas. Menciono el sector agrícola porque este ha sido históricamente una de las bases de nuestra economía, antes del advenimiento de la explotación carbonífera y una a las cuales debemos mirar hacia el futuro. Parte importante de esta preparación es el intercambio humano que debemos iniciar con el propósito de educar a nuestros agricultores y ganaderos de cómo manejar la tecnificación, sin depender de la madre naturaleza para los cultivos, lo cual implica buenos sistemas de riego, división de las tierras, cultivo de buenos pastos y mejoramiento genética de la raza bovina, es decir en vez de tener 80 vacas de ordeño que produzcan 5 litros cada una, se tienen 20 que produzcan 20 litros cada una. Todo esto hubiese sido prácticamente imposible de hacer antes del TLC, simplemente porque no tenemos acceso a préstamos bancarios y a los estratosféricos precios de la maquinaria agrícola. Los llamados expertos del campo vienen de Bogotá, también a precios y costos que casi es imposible de poder obtener.
En otras palabras era casi imposible poder alistarnos para el TLC, dadas las circunstancias a que nos estamos refiriendo. La idea que debemos proponer para nuestro departamento seria el acceso organizado a los recursos materiales y educativos, que no nos lleve a la bancarrota, tecnificar y luego iniciar el proceso de encontrar todos los mercados para promover nuestros productos. No necesariamente tenemos que hacerlo con los EE.UU., sino también con cualquier región que tenga la necesidad de estos productos. La idea es que podamos utilizar los recursos que se ofrezcan con la ayuda del TLC, para mejorar nuestro precaria situación actual, donde las fincas no producen ni para pagar los costos de mantenimiento.
Dadas todas estas circunstancias y una buena orientación, podríamos comenzar a reunir los elementos necesarios para salir del subdesarrollo agropecuario en que nos encontramos y así poder superar el hecho de que actualmente importamos todos los productos de la canasta familiar de todas partes, pero que no las podemos producir en nuestro departamento. El otro aspecto de este crucigrama es la organización de los recursos educativos dirigidos al aspecto comercial de nuestro departamento. Aquí lo indicado es un intercambio que no solo involucre a aquellos que tengan los medios de educarse, sino un esfuerzo masivo, que nos ayude a crear empleo en nuestro departamento. El intercambio comercial debe hacerse en forma especializada, para que los representantes de los distintos sectores se reúnany hablen un mismo lenguaje en cuanto a la complejidad de sus negocios. Al fin y al cabo los beneficios que puedan ocurrir con el TLC, dependen de los esfuerzos organizados de nuestras instituciones, cámara de comercio y representantes del gobierno.